Un simple hecho

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- Ah, Lili, para, por favor - Jadeó en su oído. Tenía la pierna enredada en la cintura de Lisa mientras esta tocaba los puntos débiles de su cuello, y de su centro. Ya no podía más, ya no sabía cuánto más sobreviviría. - Se nos hará tarde - Le recordó, y aunque sintió a Lisa abandonarla de golpe y sentirse vacía sonrió cuando ella también sonrió alegre.

- ¿Si? ¿Si me acompañarás al hospital? - Preguntó.

- Claro, como el otro día, ¿recuerdas que estuve contigo? - Lisa asintió emocionada, y Jennie suspiró, ahora se estaba creando dos vidas, estaba huyendo de una, para refugiarse en los brazos de Lisa, quien notó su preocupación cuando la castaña se recostó de costado y le dio la espalda.

- ¿No quieres? - Se refirió a su trabajo, creyendo que ese era el problema.

- No, no es eso - Le sonrío la castaña, aunque Lisa no podía ver eso, y por ello, Jennie se volteó para poder verla. En verdad quería estar con ella, pero en verdad también quería a otra persona. Cada vez que creía estar segura de su respuesta, llegaba alguno de los dos a confundirla.

Con Lisa era todo diferente, era una chica tierna que había conocido en poco tiempo, pero que ahora su corazón formaba parte de ella. Y con Sehun, la castaña creía amarlo por tantos años de relación, porque cada vez que pensaba en un futuro, se imaginaba estando con él. Pero ahora que lo pensaba, ya no sabía en realidad qué era lo que quería en su vida. Estaba pasando mucho más tiempo con Lisa, de hecho, prefería despertar en su cama que en la que siempre había despertado, podía dejar a Sehun colgado al teléfono diciéndole que nuevamente se había presentado un problema como el de aquel le día, y era todo.

- Ah, cierto - Lisa pareció captarlo, y nerviosa jugó con las sábanas que cubrían su propio cuerpo desnudo. - Qué tienes que ir a trabajar - Ya ni eso tampoco le importaba a la castaña. - Qué tienes un novio - Abrazó sus piernas y sentada en la cama se quedó observando hacia la nada.

- No.... no era eso - Mintió. - ¿Lisa, recuerdas lo que te dije hace algunos días? - Ésta negó con el entrecejo fruncido. Jennie resopló y se acercó a ella. - Yo, te dije que quería estar contigo. Yo te amo - Su confesión hizo que Lisa volteara enseguida a verla con ojos abiertos.

- ¿Tú qué? ¿Tú me amas? - Preguntó incrédula.

- Yo te amo - Afirmó Jennie.

- ¿Tú me amas? - Seguía sin creérsela.

- Yo te amo - Jennie comenzó a ponerse nerviosa.

- ¿Tú me.... -

- Lisa - La interrumpió. - Sí, yo.... es en serio - Hizo un puchero. Y aunque le confesaba sus sentimientos, no le decía del todo la verdad. Claro que estaba enamorada de ella, claro que la amaba, pero también omitía otra parte. - Mira, no sé ni en qué momento pasó, yo me he dado cuenta que desde que llegaste a mi vida te he querido - Avergonzada por sus palabras, se cubrió con las sábanas y se envolvió en ellas. Lisa rió con ternura al verla. - No dirás nada -

- Sí, sí - Se apresuró para hablar Lisa, y con una sonrisa se acercó para abrazar su cuerpo.

- ¿Si qué? - Asomó su cabeza con cuidado y correspondió al abrazo.

- Yo..... - El sonido del timbre la hizo dar un pequeño brinco, y, al menos agradeció darse cuenta, no como aquella vez que habían entrado sin avisar. Se asustó enseguida creyendo que sería como la otra vez.

- Tranquila - Jennie besó fugazmente sus labios. - Yo iré -

- ¡No! - Gritó exaltada. Y después carraspeó. - Es... es lo que menos deberías hacer, yo iré -

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora