- Me da miedo - Hizo un puchero apenada. Y después soltó una pequeña risa cuando los ojos de Lisa se escondieron tras su sonrisa y corrió para abrazarla.
- No importa - Encendió la luz con un solo click, y sonrió al ver a la castaña tan solo con una delgada bata de seda cubrir su cuerpo. - A mi también antes.... me daba miedo la oscuridad - Caminó por alrededor de la isla viendo cómo Jennie bebía el contenido de su vaso con leche.
- No tanto, no creas que tanto me da miedo ya - Mintió dejando el vaso allí y observando a Lisa con una sonrisa. - Ahora lo supere gracias a mamá -
- ¿Amas mucho.... mucho a tu mamá? - Sus ojos brillaron cuando vio de nuevo a la castaña sonreír, ya no podía negarlo, la amaba y cuánto no. La sensación que tenía en el corazón con solo verla la hacía sentir que se había perdido todo este tiempo y por fin podía encontrar su hogar.
- Sí, Lili. Mamá lo es todo para mí - Recargó su mentón en su mano pensativa.
- Yo no, yo solo amo a papá - A pesar de que recordó a su madre sonrió.
- Ay no - Frunció sus labios cortamente y corrió para abrazarla. - No recuerdes a tú madre - La conocía demasiado como para no saber qué había pensando en ella. - Tu madre te ama, pero te lo expresa de otra manera, yo lo sé. No sabes lo que yo daría por darle todo mi amor a una persona como tú - Besó su mejilla.
- ¿Y me lo vas... me lo vas a dar? - Lisa se mordió el labio nerviosa.
- Estoy dispuesta hacerlo, quiero, necesito - Pasó las manos por su espalda y se detuvo para abraza su cintura, y mirándola sonriente, besó sus labios tiernamente. No les importó realmente cuanto pudieron llegar a perder el tiempo mirandose, era tan cómodo verse en los ojos de la otra que nada importaba. No se percataban que se veían con amor sin fin, que no cesaría solo por una noche, el siguiente y el siguiente hasta la eternidad lo tendrían incrustado en su alma.
- ¿Otra vez? - Preguntó Lisa tímidamente pasando la mano por las piernas desnudas de Jennie, quien no entendió muy bien al principio, pero ante la mano intrusa adentrarse a sus bragas lo comprendió.
- No te cansarás, ¿cierto? - Lisa negó orgullosa. - ¿Te has dado cuenta de la hora qué es? - El reloj marcaba exactamente las cuatro de la mañana con siete minutos. - Mañana no querrás despertarte -
- ¿Mañana quieres acompañarme a trabajar? - Preguntó emocionada Lisa.
- Está bien - Saltó sonriente. - Quiero pasar el día de mañana junto a ti - Era como dejarse guiar por la cizaña y la tentación de pecar aún sabiendo que se arrepentiría después, pero que le encantaría también arrepentirse.
- ¿Qué harás... qué harás cuando te quiera más y ya no pueda alejarme de ti? - Por fin se atrevió a preguntar con ojos brillantes.
- No digas eso - La castaña acarició su rostro. Pues de hecho, ninguna de las dos se estaba dando cuenta de cuán podían llegar amarse. - No lo digas - Y no quería escucharlo, su corazón solo latía pero ahora del miedo de pensar que aunque no quisiera algún día Lisa se terminaría yendo. Cerró los ojos por unos segundos y una lagrima escapó de sus ojos al imaginárselo, no pensó que se lo imaginaría tan cruel. - No me dejes - Se colgó de su cuello asustada para después con su nariz acariciar la piel de su cuello.
Lisa no contestó, no supo qué decir, pues no sabía si en realidad la castaña era quien terminaría dejándola, todo siendo al revés.
Cerró los ojos por fin logrando entender que lograría sentir amor. Se había enamorado, no sabía que era esa especie de cosa, pero sabía que era lo más bello que había podido sentir en toda la vida. No solo le entregaba el corazón, a ella le entregaba el alma, el cuerpo, todo era suyo, todo lo envolvía y se lo regalaba. Su mundo, ahora lo comparaba poco, era pequeño, solo lo que abarcaban sus brazos cuando la tenía, eso era, su mundo. Todo le pertenece, había cambiado su piel por la suya, su corazón ella lo llenaba, por ella palpitaba. Ahora, quererla, era el sentimiento más perfecto e inexplicable que podía tener, la amaba que cuando cerraba los ojos y apretujaba su delgado cuerpo contra ella la hacia perderse en un mundo lleno de imaginación a su lado. La amaba tanto que le dolía, le dolía amarla con tanta fuerza. Estaba enamorada sin saber en qué momento había ocurrido aquello.
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Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!
FanfictionAunque estés con él siempre serás mía, porque llevas mi nombre tatuado en tu piel y en el corazón, porque él no sabrá tocarte como yo lo hacía, porque él no te amara como yo, y si no eres mía.... entonces tampoco lo serás de nadie más. Jennie jamás...