Tu corazón, mi corazón

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Varios días habían pasado, pero, parecía que algo nunca cambiaría, y alguien estaba desesperada de no saber qué hacer.

- Mentirosa, mentirosa, mentirosa, mentirosa, mentirosa, mentirosa, mentirosa, menti..... -

- Dios, cállate, Lalisa. Me tienes harta, desde que estás con Jennie te has vuelto más rebelde conmigo - Frunció el entrecejo.

- Solo.... solo ya deja de meterte en mi vida, ya, entiende que no te quiero cerca. Tu mentira no te funcionó, yo.... yo lo iba a descubrir porque me mentiste con Sana - Seguía protestando Lisa.

- Claro que era verdad, solo que.... - Se comenzó a mover nerviosa ante no saber qué pretexto poner. - Ella acudió a mí, pero después descubrimos que no lo estaba -

- Eres una mentirosa, solo me mientes, te encanta mentirme - Soltó enojada Lisa.

- Mira, Lalisa. No se te olvide lo del otro día - Le recordó Emma. - Tampoco ni siquiera me dejas verla, si al menos tengo una nieta debes dejarme verla, o ya te advertí lo que puedo hacer -

- Ya cállate - Comenzó a voltear hacia todos lados rogando al cielo que la castaña no la hubiera escuchado, o sabía que atacaría inmediatamente a Emma. - No te metas con Kylie, no te metas con ella, te lo juro que no.... porque.... porque me olvidaré que dices ser mi madre -

- ¡No me hables de esa manera! - Le gritó. - Tengo derecho de verla, no me dejas ni siquiera mirarla -

- No, no y no. No te dejaré que.... que la veas ni nada, eres una persona fea, ella es una bebé pero sé qué harías cualquier cosa para dañarla - Lisa seguía defendiendo, ni ella misma sabiendo qué le pasaba, pues cuando mencionaban a su hija le hervía la sangre y el instinto protector le llegaba.

- ¡No! - Gritó desesperada. - No le haré nada, déjame verla, Lisa. O ya te advertí, te atendrás a las consecuencias -

- Vete, Emma. Vete, quiero que te vayas. Deberías irte para siempre de mi vida. ¿Qué.... qué fue lo que hice yo para merecer una madre como tú? - Sus palabras hicieron sentir levemente débil a Emma, y su rostro lo pudo reflejar, no dijo nada, y solo salió de su casa dejando un portazo.

Lisa no tardó en ir hacia su recámara en busca de la castaña, rogando al cielo que no hubiese escuchado absolutamente nada.

Se quedó observando por toda la habitación, y agradeció cuando vio a Jennie salir del baño con el cabello húmedo y una bebé en brazos cubierta por una toalla color rosado.

- Nini, nini.... - Fue hacia ella corriendo para abrazarla y después llenar el rostro de Kylie con besos, haciéndola soltar una risita y moverse en los brazos de su madre.

- ¿Qué pasa, Lili? - Sonrió divertida ante su actitud. - ¿Quién era? -

- Nadie, no era nadie, era.... era el cartero - Soltó nerviosa.

- Dime quién fue - Besó su mejilla. - Sé cuando mientes, anda - La observó atenta sentándose en la cama.

- Era.... era mamá - Confesó sentándose a su lado.

- Tranquila - Dejó un corto beso en sus labios. - ¿Qué fue lo que te dijo? -

- Es que.... es que no quiero que te enojes - Frunció sus labios mientras veía a Kylie.

- Dímelo - Ante un silencio sepulcral volvió hablar. - Lisa - Le advirtió. - Dímelo, si es malo tú sabes que no importará porque estaremos juntas -

- Bueno - Admitió. - Es que ella quiere ver a Kylie -

- Está bien - Contestó la castaña.

- ¡¿Qué?! - Su grito de impresión hizo asustar a Kylie. - Perdón - Se sonrojó. - Pero no..... no puedes decir eso -

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora