La enseñanza del "No"

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Enredó sus dedos en su pelaje suave y sonrió, pero después recordó todo, la realidad siempre estaba presente.

- Lisa... - Suspiró. - Me has tocado como nunca - Sintió cosquillas en su vientre cuando la vio moverse incómoda. Ésta se encontraba dormida en su abdomen casi a la altura antes de su entrepierna, sentía su respiración caliente, pero relajada, su cabello alborotado y sus piernas enredadas junto con las suyas la hizo recordar lo que antes para ella era "felicidad" a su lado. "Pero", siempre había uno. Ella quería estar con su Lisa, y cada vez que recordaba como la había corrido de su casa, siquiera queriéndola escuchar, recordaba el odio, el coraje.

Ella había sentido eso por Lisa, si bien sentía amarla el enojo le había hecho hacer cosas que no pensaba con claridad. Había acelerado las cosas pidiéndole a Sehun casarse lo más pronto, tenía planeado todo, faltaban dos semanas para su boda, ¿Dos semanas? ¿Dos semanas y se había acostado con Lisa?

No pues.... Jennie había perdido la cuenta de cuántas veces Lisa había eyaculada dentro de ella, la había tratado tan diferente, que no sabía si eso era bueno, o malo. Nunca, hasta esa noche, había alcanzada las más altas cumbres del placer. Incluso cuando mantenía relaciones con Lisa antes, jamás experimentó esa aguda sensación que hace temerle la locura y desearla. Nunca se sintió lanzada, como en aquel momento, al remolino del placer, rotos todos los lazos, cruzaba todas las fronteras, lo que para las demás mujeres era la ascención, para ella era la caída. Se había dejado poseer, y se había entregado. Siempre le hacía el amor con tanto pasión que se sorprendía. Pero en esa noche había sobrepasado lo que para ella era placer. Habían terminado agotadas, no se diga Lisa, quien ahora abrazaba su cintura mientras dormía en su vientre, la castaña siguió acariciando su suave pelaje que tanto había extrañado hacer antes de lo ocurrido.

- Jennie.... Jennie... - La nombrada sintió un remolino en su estómago, asustada pero feliz de escuchar entre sus sueños a Lisa nombrarla.

- Ssssh.... - Susurró cual bebé para tratar de calmarlo, bajó su vista al igual que sus manos y se atrevió a acariciar la espalda desnuda de Lisa.

Siempre sería sorprendente la forma en la que le hacía el amor, pero esta vez, esa vez sentía que había algo que superaba el concepto que tenía de "placer"

Sus pensamientos fueron interrumpidos, cuando Lisa se removió inquieta, sintió ternura por aquella chica que estaba dormida en su vientre, pues tan agotada había acabado que ahora estaba dormida ahí, con el cabello alborotado utilizando su abdomen como almohada.

- ¿Jennie? - Lisa abrió los ojos asustada como un bebé que añora por su madre al despertar. - ¿Jennie? - Se levantó enseguida y cuando observó a ésta verla preocupada exhaló. - Perdón - Desvió la mirada.

- ¿Qué pasa, Lili? - La motivó a que la abrazara extendiendo sus brazos y Lisa no tardó en refugiarse en ellos. - ¿Estabas asustada? - Lisa no respondió y la castaña solo sintió su respiración acelerarse y sentir cómo ésta la apretaba con fuerza en el abrazo.
Se asustó cuando gotas de agua mojaron su torso desnudo, bajó la vista para saber qué es lo que pasaba, pero Lisa parecía esconderse más mientras la abrazaba.

- ¿Por qué hiciste eso? Tú.... tú...Jennie, tú dijiste que querías estar conmigo, y después te vi como él te preguntaba si querías casarte con él.... tú me miraste, tuviste el descaro de hacerlo, y después dijiste que "sí" cuando yo estaba enfrente de ti - Sollozó. - Yo.... yo sí te quiero, pero creo que tú solo me quieres por.... porque te hago sentir bien cuando estamos en la cama -

La castaña tragó saliva fuerte por sus palabras, no lo había pensado, pero aunque lo pensara sabía que Lisa la trataba demasiado bien en la cama, pero ese no era su interés por ella, en realidad ya no sabía cual era, ya qué, sentía amor por ella, pero no sabía hacerlo bien. Tan solo sentía arruinarlo cada vez que se acercaba a ella y la tocaba.

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora