Capítulo《57》

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La atmósfera era buena; día soleado, cielo despejado, disminución de deberes, pero lo mejor de todo, era el humor de Hae, al punto de pedirle a su mamá reunirnos de nuevo. Durante la reunión escuchó con atención aceptando sin chistar las indicaciones que nos fueron dadas. También aceptó de buen modo cuando la mayor le pidió que nos dejara, para hablar a solas.

---Eunhyuk, creo que ha llegado la hora de compensar toda esa dedicación que le dispensas a mi hijo. Así que, quiero que me digas con toda sinceridad. Cuáles son tus metas y aspiraciones a futuro, para encargarme de ayudarte a cumplirlas---me sorprendió y agradó mucho su interés por mí.

---Primero que todo, le agradezco que piense en mí de esa forma. Le responderé con honestidad. Mi gran anhelo desde siempre, es llegar a convertirme en un gran bailarín.

---¡Por Dios! Pero si eso es muy poca cosa. Entiendo que por tu condición llena de carencias de toda índole no tengas grades aspiraciones. Pero te repito. Yo pagaré---me resultó ofensivo su menosprecio a mis aspiraciones y a lo que representa esa valiosa profesión.

---Perdone usted, que la contradiga. Pero pienso que el baile, es una profesión tan digna como cualquier otra. 

---Como sea, Eunhyuk. No me interesa discutir eso. Solo piensa esto. Cómo se sentirá Donghae cuando en el futuro se encargue de dirigir los destinos de la empresa, y tú solo seas un bailarín. Dudo que Hae pueda sentirse orgulloso de ti. Ahora bien, recuerda que tu deber es estar a su lado---de acuerdo a sus palabras, me hice imágenes mentales. Me asaltó la duda.

---No lo había pensado de esa manera. Usted tiene toda la razón. Me disculpo por tener un pensamiento tan egoísta. Mi mayor deseo, es que Hae se sienta orgulloso de mí.

---Es justo lo que imaginé. Espero que siempre tengas presente el agradecimiento a él por permitirte estar a su lado y ser acogido por esta familia.

---Por supuesto que sí, señora. Mi agradecimiento será de por vida---,una sonrisa le iluminó el rostro a mi interlocutora. Y en un gesto cariñoso despeinó con suavidad mi cabello para luego acariciar mi mejilla.

---Buen chico. Mira, Eunhyuk. Me he tomado el trabajo de analizar junto al doctor Jung, tus habilidades que, por fortuna, son varias. Y ambos, llegamos a la misma conclusión. Tu capacidad en cuanto al manejo de la tecnología. Aprovechar esa habilidad, te puede servir para seguir ayudando a Donghae como hasta ahora. Ya que, como bien sabes, ese no es su fuerte. Quiero que le digas a Hae, que fue una elección por voluntad propia y pensada para el bien de los dos. Eso lo hará sentir feliz y orgulloso de ti. También te encargo de hacer que acepte mi decisión de cerrar el salón de baile. Ya que, para ese lugar tengo otros planes en mente.

---¡Pero, señora!, por qué cerrarlo, si a los dos nos sirve para relajarnos de nuestros deberes.

---A ver y te explico algo, Eunhyuk. Ustedes están en esa etapa en que sí de verdad quieren ser personas importantes en la vida, y no unos mediocres y fracasados, deberán trabajar muy duro. Ya habrá tiempo para distracciones. Pero este, no es ese tiempo. ¿Entendido?

---Perfectamente, señora.

---Correcto. Entonces, espero que cumplas con lo que te he pedido, que del proyecto de vida de ustedes dos, me encargo yo. Eso era todo lo que tenía para decirte. Ahora, ya te puedes retirar---a pesar que sabía que la señora Lee, estaba haciendo todo por mi bien, me era inevitable controlar un sentimiento de impotencia por no volver hacer; ni siquiera como distracción, lo que siempre he amado hacer, bailar. Encima, tener que encargarme de lidiar con la reacción de Donghae cuando le hable del asunto.

Donghae, es el ser más impredecible que haya conocido jamás. Contra todo pronóstico, este, aceptó sin mucho aspaviento el cierre del salón de baile, y se emocionó mucho cuando le conté mis planes de estudio a futuro y como nos servirán para trabajar juntos. Todo lo anterior, me hizo comprender que su mamá estaba en lo cierto.

Pasadas varias semanas, el salón de baile, quedó convertido en una elegante y moderna oficina para Hae y para mí que de forma oficial, fui nombrado por él como su asistente.
La oficina se inauguró con una reunión muy formal en la que intervinieron nuestros profesores, el doctor Jung, quien supervisa y dirige a los anteriores, la señora Lee y su asistente, la señorita Jessica Hoon. Todo con la intención de instruirnos y prepararnos para el ingreso al colegio.
Durante dos eternos meses en los que tuvimos una intensa preparación, dejamos a todos sorprendidos con los altos puntajes de las evaluaciones y entrevistas a las que fuimos sometidos. La señora Kim, como siempre, se ha dedicado animarme. Ella, se ha encontrado en total desacuerdo con las decisiones de su patrona, a la que le hizo jurarle que seré protegido a la par de su hijo.

---Ya sabes, Eunhyuk. A ti deben tratarte de igual forma que a mi niño Hae. Porque tú no eres menos que nadie. Siempre recuerda eso.

---Señora, Kim. Creo que estoy teniendo una especie de déjà vu, por sentir que esto ya lo habia vivido y escuchado decir antes---le dije bromeando, por lo repetitivas que han sido sus palabras en estos días.

---Eso, burlate de mis consejos, muchachito insolente.---Me devolvió la broma, mientras servía más té en nuestras respectivas tasas.

---Gracias por este relajante té. De verdad que lo estaba necesitando.

---A mí nadie me engaña. Sé que finges calma, para que Hae se sienta tranquilo y no entre en sus acostumbrados estados de ansiedad, por la expectativa del colegio.

---No sabe cuanto le agradezco que me conozca de tal manera. Y sí, muy dentro de mí me asusta ese lugar tan lleno de formalidades, pero más que eso, me preocupa la cantidad de Donghae.

---¿Cantidad de Donghae? ¿Qué quieres decir con eso?

---Lo que quiero decir es que, en ese colegio van a haber muchos chicos; ricos, mimados y malcriados, tal como nuestro pequeño, amo Lee, que no por el hecho de quererlo y de tenerle tanta paciencia, vamos a negar que en en ciertos momentos nos vuelve locos con...

---¡HYUKKI! ¡Se puede saber qué diablos haces aquí! Llevo horas buscándote por toda la casa---el grito del protagonista de nuestra conversación retumbó por todo el espacio de la cocina. Ese acto, era el ejemplo más claro, de lo que acaba de decir.

---Te considero, con tantos Donghae que tendrás que lidiar---farfulló la señora Kim, intentando no reír para evitar aumentar la molestia, si eso fuera posible, de un irritado Donghae. Yo lo seguí en silencio, escuchando toda clase de quejas y reclamos por haberme desaparecido sin avisarle.

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