Transcurridos ya más de quince días de mi charla con Hae en la que me había contado de su mala experiencia estudiantil, opté por no insistir en el tema. La Señora Lee había regresado apenas hacía tres días a Corea y aunque no la veía mucho por sus ocupaciones, no me dejaba tranquilo el no haber adelantado nada con respecto a la petición que me había hecho. Pero en cierta forma lo era también por Hae, por que sentía que el mismo se había encerrado en su propio mundo, y eso podría traer consecuencias negativas en un futuro no muy lejano, por ser quien es, y la responsabilidad que esto le implica.
Recogía como siempre el desorden que Hae había dejado en la sala de confianza de la casa; donde hoy, se le antojo hacer sus deberes escolares, negándose hacerlos en el salón de estudio que tiene destinado para eso. Trataba de agilizar mi labor, dado que, él ya me esperaba en la sala de baile, adelantando las rutinas de calentamiento. De pronto, escuché un taconeo tras de mi, y sin esperarlo una mano fue posada en mi hombro.
---Eunhyuk, que bueno que te encuentro por aquí, deseo hablar un instante contigo---tragué saliva al escuchar la voz de la señora Lee, por la incertidumbre de lo que me diría.
---Quiero felicitarte por el buen trabajo que estás haciendo con mi Donghae. Para serte honesta, creo que es demasiado bueno, considerando el corto tiempo que llevas en casa---volví a tragar saliva. ¿Yo si habría escuchado bien sus palabras?.
---Gracias, muchas gracias señora Lee---hice una marcada reverencia. Me produjo una gran alegría la forma afable como me elogió, por que hasta ahora su actitud para conmigo, había sido algo adusta. Entonces, me anticipé a explicarle el por qué, de la demora en el otro encargo.
---No sabe lo bien que me hacen sentir sus palabras; ya que, resulta mínimo lo que hago, frente a todo lo que recibo de usted y de Donghae haciendo que viva con un corazón agradecido. Por eso, me disculpo y me avergüenza reconocer que, no he podido adelantar mucho con lo referente a convencer a Hae de estudiar en un colegio apropiado para él, pero le prometo que ya pronto le cumpliré.
---¡Ah¡ eso. No tienes por que sentirte mal por eso. Entiendo perfectamente que es algo difícil de lograr, de por sí, ya has adelantado bastante hasta este momento. Tómate tu tiempo, con tal que lo consigas, estará bien. Pero claro, no tardes demasiado. Hazlo como un desafío; entre lento y rápido a la vez. Confío plenamente en ti cariño---las expresiones soltadas por la señora Lee, fueron acompañadas de un suave toque en mi mentón, con sus dedos índice y pulgar. Fue algo muy emotivo para mi, al punto de casi quere llorar. Por ser una mujer tan importante, la que me estaba tratando de esa forma maternal, y que ninguna mujer lo habia hecho antes, aparte de la madre superiora y las hermanas que me criaron. Por unos segundos, pensé en mi madre, esa, que nunca conocí. Sentí la necesidad de hincarme a sus pies y besarlos, como muestra de agradecimiento. Pero en ese justo momento llegó Hae, impidiéndome llevar a cabo mi pensamiento.
---¡Eunhyuk!. ¿Por que tan lento?, nisiquiera has recogido nada. Hace mil horas que te espero para la clase de baile.
---A ver, bebé, por favor no seas injusto e irrespetuoso con tu hyung, por que eso, es él, para ti. Él no está siendo lento, solo que lo distraje con una pequeña plática que sosteniamos. Ten en cuenta que el desorden que dejaste es grande y, no han pasado mil horas como dices, a lo sumo diez minutos. Ya, deja eso así Eunhyuk, y mejor ve a entrener a Hae como solo tú sabes hacerlo. Por eso--- señaló los útiles escolares; unos en mis manos, y otros esparcidos en el sofá y el piso---no te preocupes, le pediré a una de las empleadas que se ocupe de eso.
---Gracias de nuevo señora Lee, es usted muy gentil.
---No es nada, es apenas lo justo. Y ahora, vayan a divertirse---Donghae no espero ni media para sacarme casi arrastrado, por la fuerza y velocidad que usó al tomar mi mano para ir al salón de baile.
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Irrefrenable Amor
FanfictionSinopsis: Dicen que el dinero compra todo lo material, pero no, lo inmaterial. Sentimientos como el amor, la ternura, y la dedicación, jamás se compran con dinero. Un niño rico, caprichoso, mimado, y malcriado nos mostrará que es la excepción a la r...