capítulo 《7》

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Las presentaciones fueron de mi total agrado, pero en especial la última. Por su toque divertido e ingenioso. Tenía una amena charla sobre mi apreciación del evento, con la hermana Shin. Una mujer de mediana edad, amable y muy agraciada, por la forma en que acompaña lo que dice; gesticulando con manos y rostro. Me comentó varias cosas, entre ellas; que llevaba más de veinticinco años al servicio del monasterio, hecho, que la hizo merecedora del puesto de asistente de la Madre superiora. También habló sobre los chicos, destacando a uno, llamado Eunhyuk, que fue el creador de la última presentación. Lo que contó sobre él, me dejó impresionada.
En medio de nuestra agradable conversación quise echar un vistazo a Donghae. Consciente del tiempo que llevaba hablando con la monja, y pese a que no era mucho, tal vez sí podía ser el suficiente para que Donghae se aburriera, y eso resultaría ser un problema.
Me invadió un escalofrío, al no verlo a mi lado. Con disimulo, lo busqué con la mirada hasta donde mi vista me permitía, y sobre todo, en el grupo donde se encontraba la señora Lee. Pero allí tampoco estaba. De inmediato me preocupé. Situación que no pasó desapercibida para la hermana Shin.

   —¿Sucede algo, señora Kim?

   —Pues sí, hermana. Se trata del niño Donghae, hace un momento se encontraba aqui, y ahora no logro verlo.

   —No se preocupe, debe estar por ahí entre las personas  —.Habían muchos grupitos de personas hablando entre sí, y distribuidos de manera aleatoria sobre el amplio pasillo que dividía las dos grandes filas de sillerías del auditorio. Uno de los grupos más grandes era donde estaba la señora Lee. No deseaba que ella se enterara que descuidé a su hijo, porque me ganaría un doble problema; con la madre y con el hijo.

   —Tranquila, señora Kim, ya me he comunicado con el resto de mis compañeras, y en cualquier momento lo ubicarán. Este es un lugar muy seguro, se lo puedo garantizar. Recuerde que trabajamos con niños  —.Buscamos de manera prudente: en los baños, detrás del escenario y en el vestíbulo, quedando claro que dentro del recinto, no estaba.

   —Por supuesto, hermana. Yo puedo entender eso, sé que Hae no corre peligro aquí dentro. Pero me temo que la señora Lee, no estará muy presta a entender eso. Ella...  —Pensé bien que decir para no dar a entender que mi patrona era muy sobreprotectora y, además, estaba muy prevenida con los chicos del orfanato—, como toda madre, se preocupará y molestará mucho conmigo. Hae es algo inquieto, y se asusta cuando ve otros niños, ya que es muy timido, y por ende, se le dificulta interrelacionar. Pero, de todas formas se lo debo informar.

   —Sí, creo que es lo más correcto, señora Kim. Ya hay varios grupos de monjas encargadas de la busqueda. Tenemos mucha experiencia para encontrar a los chicos que a veces se nos esconden por diversas razones; evadir sus deberes, por miedo cuando están recién llegados, rebeldía, evitar un escarmiento por algún mal comportamiento, o cuando han intentado fugarse, sin éxito hasta ahora  —.Las palabras de la hermana sonaron tranquilizadoras. Pero de seguro para mi patrona no serán así.

   —Señora Lee, me permite un momento, por favor. Tengo que informarle algo  —,me disculpé por la interrupción hecha a la charla y nos apartamos un poco de los demás. Con algo de temor le comuniqué lo sucedido.

   —!QUÉ! ¿Cómo es eso que no sabe dónde está mi bebé? Usted conoce a Hae. A él no se le puede dejar solo, y menos en este lugar  —.Las palabras de la señora Lee, salieron de su boca sin ninguna prudencia. Parece Donghae, soltando sin un filtro lo que piensa. Fue visible el desagrado de la hermana Shin, frente a esa afirmación prejuiciosa.

   —¿Pasa algo malo?  —.Se acercó a preguntar la Madre superiora, inquieta por el tono alto y molesto que usó la señora Lee.

   —Sí, Madre. Al parecer el niño Lee, salió de aquí sin darnos cuenta  —.Se apuró a responder antes que yo, la hermana Shin.

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