Me encontraba flotando, sobre una nube de alegría fascinante; desde que me habían anunciado que tendría un hermano sustituto, y este, no sería otro que mi Hyukki. No encontraba forma de mostrarles lo agradecido que me sentía, con las autoras de ese doble milagro. Mi tía Amber y mi madre, y era doble el milagro por que lograron que papá aceptara sin ninguna clase de objeción, según palabras textuales de mi madre. Por que a decir verdad, su opinión me importaba mucho.
Cinco semanas y media, parecieron siglos. Había sido el tiempo transcurrido, desde que me dieron la excelente noticia, pero el proceso para que mi Hyukki saliera del orfanato, conllevaba una serie de trámites que todos los días me explicaban, cuando me quejaba ante la anciosa espera. Le pedí a mi madre que me dejara encargarme de todo lo que tenía que ver con la instalada de mi hermano sustituto en casa. Consiguiendo que la señora Kim, al igual que el resto de empleados, siguieran al pie de la letra mis instrucciones.
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Orfanato Fe y Amor en Cristo.
《Los hijos de Dios》La escena tenía algo de similitud con la primera vez que salí de mi hogar con destino a la casa Lee. La madre superiora repitiendo de manera nerviosa, las mil y una advertencia que ya me había hecho antes; mientras lo hacía, me sujetaba del brazo con fuerza, pero sin llegar a lastimarme. La mañana también coincidía: cielo despejado, un sol que tímidamente hacia su aparición, como anunciando un radiante día. El mismo auto; el lujoso Audi color negro hizo su ingreso, tal cual, como aquel día. ¿La diferencia?. En esta ocasión, era despedido no sólo por la madre y la hermana Shin, sino, por toda mi familia que dejaba atrás, recordándome que ya no era uno de ellos, ya que no regresaría a casa como la vez anterior. El señor Zhou Mi, saludo e intercambió algunas breves palabras con la madre, luego tomó mi equipaje que consistía en una maleta negra mediana, la depositó en la cajuela del coche, después de haberme abierto la puerta para indicarme que entrará en él. Durante el recorrido hacia mi nuevo lugar de vivienda, mis nervios estaban a flor de piel. Pero una vez me encontré en la entrada de la casa; un fuerte y emocionado grito, fue el antídoto perfecto para contrarrestar todos mis pesares.
---¡HYUKKI!. ¡¡Qué bueno que por fin has llegado!!---Donghae se abalanzó contra mí, estrechandome tan fuerte entre sus brazos que temí por un instante que me pudiese desbaratar. Con mucha dificultad medio salude a las demás personas que se encontraban presentes, por que Hae no paraba de hablar y halar de mi brazo para hacer que lo mirara. Cuando el señor Zhou Mi, le pidió a una de las empleadas, que le acompañara, para indicarle en que habitación dejar mi equipaje. Hae protestó.
---¡Hyukki! por que has traído equipaje, tengo entendido que mi madre te dijo que aquí no necesitarías nada.
---Sí, es cierto Hae, pero quise conservar algunos recuerdos muy especiales para mi, entre ellos; algunos regalos de mis hermanos del orfanato---noté un gesto de desagrado, para nada disimulado, por parte de Hae, sobretodo ante lo último que le dije. Realmente no entendí muy bien la razón de su molestia
---Hyukki, de ahora en adelante, yo soy tú único hermano, a quien debes: mirar, cuidar, y prestar toda la atención posible. ¿De acuerdo?--- señaló la maleta, y dirigiéndose al señor Zhou Mi, ordenó que la desaparecieran. Yo palidecí ante la angustia que me generaron sus palabras; por perder algo que era emocionalmente valiosísimo para mi.
---¡Que clase de arbitrariedad es esa mi niño!. Debes ser respetuoso con los deseos y las pertenencias del niño Soo. Si te comportas así, nada más, él llegando, lograrás que se quiera devolver por donde vino. Señor Zhou, señorita Gong, lleven esa maleta a donde corresponde---,me volvió el alma al cuerpo por la oportuna defensa de la señora Kim, su nana. Hae voltio sus ojos como respuesta.
Luego, me agarró desprevenido por el brazo, para casi arrastrarme dentro de la casa. Una vez dentro vi
las aterradoras escaleras, recordando como las subí aquella vez, afortunadamente, no me hizo subirlas, ya que, seguimos de largo. Me mostró entusiasmado una sala de baile que habían adaptado. Tenía tres grandes espejos, pared a pared, luces, un vestidor, baño, un enorme televisor, reproductores de música, en fin, era espectacular; comparada con el sencillo salón de baile donde solíamos crear coreografías con los chicos, y eso me causó una nostalgia momentánea, por que Hae con su amena charla, logró sin querer que se desvaneciera.Horas después; llegaron la señorita Kim, y la señora Lee. Se excusaron por no haber estado presentes para recibirme, y me dieron una agradable bienvenida,
acto que me tranquilizó bastante.Posteriormente seguimos al comedor para disfrutar de un delicioso almuerzo. Durante la comida se produjo una charla amena, a pesar de eso, no podía evitar sentirme algo inseguro por la presencia de las mujeres, y sobretodo, por la señora Lee, que parecía seguir con la mirada, cada uno de mis movimientos. Así que, me esforcé por comportarme lo más educado que pude. Ya bien entrada la tarde, la señorita Kim, se marchó. Fue entonces que la señora Lee, le pidió a Hae que nos dejará un momento a solas; ya que al parecer, tenía algo importante que hablar conmigo. Donghae obedeció a regañadientes.
Caminamos hasta el estudio. La Señora Lee, abrió la puerta y con un señalamiento de mano, me indicó que entrará al lugar, una vez dentro me pidió que me sentará en un cómodo sofá marrón, finamente tapizado. Empero ella se mantuvo de pie. Me observó detenidamente por unos minutos y luego se dirigió a uno de dos, grandes y elegantes escritorios que se encontraban en el estudio. La vi regresar detendiéndose, justo en frente de mi, con una carpeta gris en sus manos, mirándome con el seño fruncido. Me carcomía los nervios ante la expectativa de lo que ella tendría para decirme. Su expresión era altiva, muy diferente a la demostrada momentos antes. Eso, me hizo sentir temeroso. ¿Será que está mujer, se arrepintió de haberme traído?....
---Espero que comprendas y no tomes a mal lo que voy a decirte. Soo Eunhyuk.
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Irrefrenable Amor
FanfictionSinopsis: Dicen que el dinero compra todo lo material, pero no, lo inmaterial. Sentimientos como el amor, la ternura, y la dedicación, jamás se compran con dinero. Un niño rico, caprichoso, mimado, y malcriado nos mostrará que es la excepción a la r...