Capítulo ⟨62⟩

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-Odio tanto eso, es irritante el sentirte siempre controlada. Hace poco, por ejemplo, mis padres me obligaron a asistir a una aburrida fiesta, por el cumpleaños de la esposa de uno de sus socios, sin respetar que yo tenía otros planes.

-¡Uy, te entiendo, Yoona! Eso es insufrible! Con mis padres es igual. Ellos de vez cuando, me obligan a asistir a estúpidos eventos, con la intención de mostrar su supuesta perfecta familia. Imagínense que en el más reciente, me hicieron poner un maldito vestido color rosa de seda, con unos horribles encajes. Me quería morir con ese ridículo traje que me hacía sentir gorda. ¡Ustedes saben lo terrible que es verte y sentirte gorda!

-Por lo que veo, tenemos un mal en común, los padres. Sería bueno que nos emancipemos. ¿No les parece una idea genial?

-Nop, Yoona. No es para nada genial.

-Y, ¿Por qué no, Sehun? Si nosotras, Hae y tú sufrimos por la misma situación.

-Sencillo. Porque eso se puede hacer en algunos países, pero no aquí en Corea, donde vivimos. Además, por ahora los necesitamos, al menos, para que cumplan con su obligación de mantenernos. Después de todo, ellos mismos decidieron traernos a este mundo, sin que nosotros se los hubiéramos pedido. Entonces, saquémosle provecho. ¿O no? -. Las chicas y Hae aplaudieron y chocaron las manos festejando la idiotez dicha por el cabeza hueca del amigo. No sé y tampoco me interesa saberlo, si lo terrible, según ellos, que viven con sus padres sea verdad o no. Pero me cuesta creer que no tengan algo bueno que decir de sus padres, por mínimo que esto sea. Algo como, agradecer los privilegios que tienen en comparación aquellos que no los tenemos. De pronto, se me ocurre que sería bueno tratar de hacerlos caer en cuenta de su ingratitud. Tal como trato de hacer con Hae cuando se presenta la ocasión.

-Escuchando las quejas que tienen sobre sus padres, lamento que pasen por ese tipo de situaciones difíciles de manejar. Mas, pienso que deberían ver tambien la parte buena y agradecer tantos privilegios que tienen gracias a ellos. Ustedes ni se imaginan cuántos chicos carecemos de...- detuve mi hablar, al ver que Hae tropezó el vaso que contenía su jugo de manzana sobre la mesa donde habíamos estado almorzando. De suerte, lo regado fue lo que restaba del líquido, que no era mucho.

-Siento ser tan torpe-dijo, al tiempo que tomaba una servilleta para intentar limpiar la mesa.

-No, Hae, tú jamás podrás ser torpe. Tú eres muy inteligente.

-Yoona tiene razón, tú eres genial. Esto, fue algo accidental, algo que nos puede pasar a cualquiera.

-Gracias, chicas, por ser tan comprensivas.

-Me uno a lo expresado por mis amigas, en favor de mi gran amigo, Hae. Mejor vamos al baño a lavar nuestras manos y dientes, que ya pronto tendremos la siguiente clase. Deja que el personal de aseo se encargue de limpiar- todos se levantaron, Sehun le pasó el brazo a Hae por los hombros yéndose, seguido por las chicas. Yo me levanté de la mesa muy despacio dejando que se fueran primero, con el fin de poner distancia con esa molesta compañía.

Tanto de camino a casa, como ya en ella, sentía a Hae fastidiado. Me preocupaba que la dichosa tregua, de ya hace bastante tiempo, hubiera expirado, recordando que estaba molesto conmigo. Teniendo en cuenta, su carácter voluble e impredecible, no es de extrañar. Es mejor salir de dudas.

-¿Hae qué te sucede? Te siento de mal humor.

-Pues sí, Hyukki, sí lo estoy. Me alegra que lo notes y lo preguntes.

-Y... ¿Por qué motivo?-pregunté, estrujando mis manos, con temor de la respuesta.

-Eunhyuki voy a ser sincero contigo. Espero usar las palabras correctas para evitar que llegues a malinterpretar lo que te voy a decir-. Este, no es un buen anuncio.

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