Capítulo 《31》

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Hace más de un par de semanas, había sido informado de que saldría del orfanato, para ir a vivir en la casa de la familia Lee, no en calidad de adoptado, sino como un hermano sustituto de Donghae. En ese mismo instante, me empecé a sentir como un personaje de algún manga, de los que acostumbro leer, ya que mi vida estaba dando un giro de ciento ochenta grados, y la única razón que me hacía no ver el panorama tan desolador, era que compartiría con mi amigo hermano Hae; por lo demás no. Dejar mi hogar donde he vivido desde que nací, mis madres, mis hermanos, mis rutinas, mis formas de estudio, todo, absolutamente todo lo que hasta este momento había sido mi vida. Nada más pensarlo, me producía; tristeza, ansiedad, y hasta algo de miedo.

Cuando a Hae, le contaron acerca de esta novedad, su dicha fue tal, que me transmitía algo de sosiego. Todos los días me enumeraba las cosas que haríamos juntos; decidí entonces, dejarme contagiar de su buena energía, para soportar la triste despedida. La congoja era general, Mini me pidió disculpas, al igual que todos los que se comportaron mal conmigo, y no desperdiciaban oportunidad para atenderme y hacerme disfrutar buenos momentos junto a ellos, al igual que lo hacían todos lo demás. Por parte de las monjas era igual, hasta la hermana Ji, por primera vez, se estaba comportando amable; bueno, a su modo. Cierto dia, me pidió que me quedara en el salón después de las clases. Una vez a solas, me aconsejó que me siguiera comportándo como hasta ahora, y que no diera motivos de disgusto a las personas con las que tendría que vivir de ahora en adelante, al igual que otra serie de recomendaciones; usando su característica voz regañona. Finalmente me dió un fuerte abrazó que duró tan sólo unos segundos y sin más, se marchó, dejándome ahí, sin siquiera poder reaccionar ante su acto.

La madre superiora y la hermana Shin, me despedían faltando tan solo media hora para que vinieran por mi.

---Ya sabes hijo, ten siempre presente nuestros consejos, no permitas ninguna clase de menosprecio. Recuerda que un ser humano, nunca debe perder: ni su autorrespeto, ni su autovaloración, ni sus ilusiones, ni sus sueños y, mucho menos, su derecho a ser feliz. Aquí está tú familia que no te abandonará jamás, y si algo no va bien, sólo acude a nosotras y te apoyaremos completamente sin importar lo que se tenga que enfrentar. ¿entendido?.

---Sí madre. Para mi también ustedes son mi familia, y jamás olvidaré, a quienes amo por encima de todo, por que les debo todo. Mi agradecimiento con ustedes, es de por vida---,la hermana Shin balbuceo algo ininteligible. Abrazándome rompió en llanto, logrando que lo hiciéramos de la misma forma; la madre y yo, mientras nos fundiamos en un abrazo los tres.

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