Capítulo《42》

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Hola🤗 mis preciosas y muy queridas lectoras. Mil gracias bellas, por todo su: apoyo, paciencia y seguimiento a mi amor(fic). Mi deseo para ustedes es de: bienestar, éxitos y mucha felicidad.💖Saludos💖

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De camino al lugar donde me reuniría con Hae, y a punto de conocer su misterioso secreto, no sentía ni expectación, ni curiosidad, ni nada parecido. Mi sentir era de inmensa felicidad, ya que, mis pensamientos se hallaban puestos en la aclaración del mal entendido, en lo conectados que estábamos en nuestros sentir mutuo, la ternura de Hae en cada gesto, palabra, mirada. La confianza que depositaba en mi, por encima de cualquier otra persona en su vida, contándome algo que hasta ahora, solo le pertenecía a él, y máxime si tenía en cuenta, el corto tiempo de conocernos. Todo eso junto, resultaba de un valor incalculable.

No pasó mucho tiempo para que Hae se reuniera conmigo. Sin decir una palabra, me tomó de la mano y me condujo por un pequeño sendero empedrado, ubicado diagonal a la fuente. Al término de nuestro andar, nos encontramos frente a una habitación que reconocí de inmediato. Siendo la misma que él se había abstenido de mostrarme aquella primera vez que lo visité[*] y que, hasta ahora, no habíamos vuelto ni a pasar cerca.

Donghae introdujo en la cerradura de la puerta, una llave plateada, unida a un llavero negro rectangular y de tamaño mediano. Una vez abrió la puerta de la habitación, tomó mi mano nuevamente y nos adentramos en ella. El interior se encontraba en penumbras, y con ese característico olor de los lugares que permanecen cerrados por mucho tiempo. Hae, apuntó hacía un determinado lugar con el llavero, por lo tanto, capté que este se trataba de un mando a distancia, por que, automáticamente el sitio fue llenándose de luz, al mismo tiempo que un ventanal era descubierto a medida que las cortinas que lo tapaban iban deslizándose. Donghae, que aún no me soltaba la mano, me sujetó la otra, quedando frente a mí acortando la distancia entre los dos. Con la mirada puesta en el piso, habló con voz suave.

---Hyukki, antes que te presente a mis amigos, ---lo que dijo, me sonó sin sentido, ya que, a menos que hablara de amigos imaginarios, no veía a otro ser vivo a parte de nosotros  ---debo explicarte algo, Desde que tengo uso de razón, no me han gustado las niñas, las encontraba tontas y aburridas, muy diferente al trato con los niños, como mi primo Siwon, con quien crecí llegando a ser muy cercano, casi como hermanos. Al principio no lo entendía y por eso no le daba ninguna importancia, pero en la medida que fui creciendo, hasta hoy día, tengo claro que me gustan... los... chicos...---las últimas palabras, las dijo con voz entre cortada---llegué  a esa certeza, poco a poco. Empezando por el gusto y emoción que me producían leer en secreto, mangas con temática Yaoi. Quedaba impactado con los personajes masculinos, pero entre todos, Super Galáctico era mi preferido. Para salir de dudas completamente, hice que mis padres me comprarán un amigo y luego, dos más. Ahora ven aquí; para que puedas entender lo qué te estoy diciendo---soltó mis manos para dirigirnos más adentro del lugar.

Observé una sala de estar, decorada con un estilo entre; refinado y sobrio a la vez. El piso estaba totalmente alfombrado en color gris, las  paredes blancas, dos mesas laterales medianas servían como base, a un par de finos jarrones de porcelana china, de la dinastía Ming. Junto a lo anterior, había un sofá y dos butacas tapizadas en terciopelo azul turquesa. Lo que percaté en ellos, me produjo algo de miedo, miedo que me hacía querer salir corriendo de allí y si sino fuera por que Hae sostenía mi mano con firmeza, lo hubiera hecho.

---Hyukki, este es mi gran secreto del que te hablé. Ellos son los amigos con quienes comparto libremente mis pensamientos. Pero, para los demás, solo son mis; muñecos de sentimientos o, emociones, algo así como unos curiosos juguetes---,y vaya, que eran curiosamente extraños. Se trataba de tres especies de maniquíes casi humanos. Su tamaño era aproximadamente, unos cuantos centímetros más bajos, comparados con nuestra estatura. Sus perfectas facciones, sus cabellos y sus vestuarios, los hacían lucir casi reales. Vi como Hae se acercaba a uno de ellos, y lo que hizo, me fastidió enormemente.

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