La escuela es el punto de partida, de allí saldremos en los buses hacia el campamento. Ya en camino a ella, junto a Jessica, a quien designó mi mamá para verificar que saliera de viaje sin ninguna novedad, me siento agitado: mis manos sudan, mi corazón palpita más rápido de lo normal. ¿Pero por qué me siento así, si no es la primera vez que asisto a un campamento de verano?
Toda tensión fue liberada cuando vi a mis tres amigos, del que se destaca, Sehun. Se ve todavía más atractivo sin su uniforme. Demasiado guapo ese chico. Nos saludamos con eufóricos abrazos como si no nos hubiéramos visto en años. No necesité usar la explicación que tenía prevista, diferente a la real, para justificar la ausencia de Eunhyuki. Ya que ellos, ni lo preguntaron.
Que no pudiera asistir, con tanta expectativa y emoción que tenía por hacerlo, me entristece un poco. Pero confío en que podrá superar las exigencias académicas, y asistirá para el próximo.—Me alegra que hayas seguido mis indicaciones tal como te las propuse. -Me extrañó verlo llevar una pequeña mochila a sus espaldas.
—Todavía no sé si sea buena idea. Me preocupa que estemos fuera de las residencias, mientras los otros duermen, y nosotros deberíamos estar haciendo lo mismo -Al llegar, lo primero que hicimos, como es costumbre en estas eventos, fue recibir la bienvenida de parte de un cordinador académico, con un largo y aburridor discurso sobre las normas de comportamiento, al igual que, cuáles y cómo van estar distribuidas las actividades... Y así empezamos con las del primer día. Antes de irnos a dormir, Sehun me convenció para que saliera de los dormitorios y me encontrara con él en cierto lugar. Lo fácil que me resultó hacerlo, me pareció raro.
-Relájate, Hae. Mejor acompáñame a un sitio. -Sehun extendió un brazo y rodeó con él mis hombros. No comprendo por qué diablos le hago caso. Me condujo por un camino que nos alejaba de las edificaciones de hospedaje. Pese a ser más de las siete de la noche, el sol no se ha puesto en su totalidad, consiguiendo que la noche sea clara. La maravilla que causa el verano. Llegamos a una pequeña pendiente. Sehun me ayudó a bajar, cuidando bien de mí para evitar que cayera. Nos sentamos sobre un gran tronco de madera, diseñado como asiento.
-Te explicaré algo para que te tranquilices. Yo tengo todo planeado de forma meticulosa. Sabía de antemano la distribución que harían. Como siempre; los dormitorios de las chicas, separados de la de los chicos. Arreglé para que tú y yo quedáramos juntos. Lo mismo que, quienes estarían en nuestro dormitorio. Y si te diste cuenta, estuve muy colaborador distribuyendo las bebidas que tenían unas cuantas goticas de algo que les hará tener dulces y relajados sueños a nuestros tres compañeros de habitación -Lo explicado no disminuyó mi temor.
-Los compañeros me importan poco menos que un rábano molido, Sehun. Pese a que no vi a ninguno, mi temor es por los encargados de vigilarnos.
-Te confiaré un secreto para que te relajes de una vez por todas. -Palmeó mi espalda con suavidad. -La gran mayoría, por no decir todos: directivos, docentes, coordinadores; académicos, disciplinarios, etcétera. Le besan el trasero a mi papá, ya que él siendo un prestigioso arquitecto, junto con su equipo de trabajo, lideró hace unos años las ampliaciones y remodelaciones de la escuela, reduciendo muchos costos, moviendo influencias en beneficio de la misma. -Interrumpí su confidencia que me resultaba sinsentido.
-Eso suena bien, pero qué relación tiene con nuestra escapada.
-Espera, espera, allá voy. El personal disciplinario encargado esta noche, saben que estamos aquí. Es más, nos cuidan la espalda. Es algo así como; papá trabaja, y yo me hago acreedor de los beneficios. -terminó lo dicho con un guiño de ojo.
-¡Yee!... Eso, sí que me tranquiliza. ¡Sehun eres genial!
-No, el genial eres tú, precioso. -me habló con un tono entre meloso y coqueto. Sentí un estremecimiento en todo mi cuerpo que me hizo ruborizar.
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Irrefrenable Amor
FanfictionSinopsis: Dicen que el dinero compra todo lo material, pero no, lo inmaterial. Sentimientos como el amor, la ternura, y la dedicación, jamás se compran con dinero. Un niño rico, caprichoso, mimado, y malcriado nos mostrará que es la excepción a la r...