Capítulo《41》

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Enojado, triste, frustrado y todos los sentimientos negativos habidos y por haber habitan en mi estos dos últimos días. Todo inició desde que la señora Yong nos interrumpiera en el salón de baile, estropeando el mejor momento de mi vida. Tuve que hacer un gran esfuerzo para contenerme de patearle su gordo, viejo y feo trasero, por razón de su impertinencia, aunque en realidad ella no fuera la verdadera responsable, sino otra persona, mi madre, que pese al respeto que le debo guardar, se había ganado que mentalmente si le pateara el trasero sin ningún remordimiento. Me resultó fastidioso su inesperado llamado al estudio para darme toda una cátedra sobre el hijo bueno, y alabar mi actual comportamiento, todo por que venían tres de los más importantes miembros de la Junta directiva de la empresa con sus respectivas esposas, y ella quería que demostrara que estoy capacitado para ocupar mi lugar como futuro heredero. De ese modo, mi conducta en presencia de esas personas debía ser la del niño perfecto que mamá quería lucir. En un acto de rebeldía que consideraba más que justa por arruinar un momento tan ansiado por mi. Me negué rotundamente aceptar las peticiones de mi madre. Pero, cuando me encontraba a punto de cumplir el desacato. Ella, poniendo cara de rendición, posó su mano izquierda en mi hombro, y habló.

---Está bien, tú ganas. No lo hagas si no quieres bebé, no voy a obligarte. Pero resulta una lástima que no puedas mostrar toda la utilidad de Eunhyuk en tú proceso de cambio. Esto, me hace reconsiderar la permanencia de él en esta casa---,apenas y había tomado el pomo de la puerta para abrirla y salir de ahí dejando a mamá fastidiada. Pero esas últimas palabras dichas por ella, lograron que el fastidiado resultara ser yo. Ya que, me cayeron como pesadas piedras en la cabeza. Me volví para confrontarla.

---Acaso, ¿estás tratando de usar algún tipo de chantaje o, amenaza madre?---la miré desafiante.

---Claro que no cariño, como puedes si quiera pensar eso. Lo que quiero decir es que, Eunhyuk vino a esta casa con el propósito de ayudarte, y realmente se ha esforzado en cumplirlo. Empero, si tú obstinada conducta me muestra algo contrario. ¿Qué otra razón válida tendría para tenerlo aquí?. Ahora, ¿comprendes?---dándome un beso en la frente regresó a su escritorio para hacer una llamada. Mientras hablaba por teléfono, me recosté en el sofá que está ubicado en diagonal a su escritorio, para pensar bien lo que me había dicho. Después de darle muchas vueltas al asunto, terminé aceptando que ella, tenía razón. En todo caso, lo haría solo por mi Hyukki y eso quería dejarlo bien claro. Me puse de pie para darle una respuesta a mi madre.

---De acuerdo madre lo haré, cumpliré al pie de la letra tus disposiciones, y me comportaré como me has pedido que lo haga. Te mostraré cuán indispensable resulta Eunhyuk para mi.

---Eso me parece estupendo bebé. Por que mi insistencia era debido a que, había dispuesto todo con la señora Kim, para que asesore a Eunhyuk en cuanto a su vestimenta, dado que deseo que nos acompañe en la cena---mamá me abrazó, pese a mi renuencia por encontrarme sudado, pero a ella no le importó, y eso me agradó mucho. Tomamos té y comimos galletas, mientras me instruía sobre algunas cosas que requería saber sobre los invitados. Luego me ayudó con mi arreglo personal para que luciera impecable. Después de todo, fue grata la reunión con mamá.

Lo no tan grato, fue lo que sobrevino después. Eunhyukki y mi madre me estaban cargando de muy mala energía. El primero me tenía en un dilema por su actitud ilógica. Seguido a nuestro mal intento de "beso" accidental, despejé mis dudas en cuanto lo que sentía Hyukki hacía mí deduciendolo de su reacción. Cuando yo me retiré un poco para ver su expresión, sus ojos estaban cerrados y tomándome por mis mejillas había querido besarme, pero fuimos interrumpidos. No obstante, su conducta luego de eso, ha sido indiferente, retraída, y nada parecida con su personalidad cálida. Sentía un inmenso deseo de hablar con él a solas, para saber que hice mal, y, si amerita hincarme ante él, no dudaré en hacerlo, con tal que volvamos a ser los de antes. Por infortunio mi madre llevaba dos días pegada a mí, como un chicle en la ropa, impidiendo cumplir mi voluntad.

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