Capítulo (64)

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Fue un alivio comprobar que Hae no se había molestado por que salí huyendo, por así decirlo, de su habitación. Me comentó que su primo Siwon lo llamó y lo que le dijo, no me agradó mucho.

Tres semanas después, no solo siento, al igual que todos los empleados, sino que vivimos el desagrado. Los papás de Hae, su abuela paterna, su primo, y los padres de este, han venido para presentar sus respetos a la memoria de su abuelo tras cumplirse otro aniversario de su muerte.

Sin importar el estrés que lo anterior conlleva, yo me encuentro, feliz. Debido a la expectativa por una actividad extracurricular programada por la escuela. Pensar que voy a poder salir de estas cuatro paredes que por momentos siento que me asfixian, lo mismo que disfrutar al aire libre las diferentes actividades programadas, en compañía de mi Hae, me llena de emoción.

   —No, Hyukki, esa vestimenta no es apropiada. Quiero algo que vaya, entre casual, pero con un toque de formal a la vez.

   —Eso quiere decir que, al igual que los días anteriores, saldrás con tu primo -lo miré de soslayo para disfrutar de esa vista que me ofrecía sin proponérselo. Sentado en el pie de cama, vestido con su albornoz, con las piernas cruzadas; su cabello mojado y desordenado. Esa imagen me produce cierto escalofrío.

    —Aciertas. Pero, no te pongas celoso.

    —¿Y qué te hace pensar que estoy celoso?

   —Tú mismo, con tu actitud. Esa que siempre tienes cuando estoy con Siwon o mis amigos de la escuela. Te vuelves serio, distante y muy formal. Es como si estuvieras de cuerpo presente, pero de mente ausente.

   —Pues te equivocas, no son celos. Ya te lo he explicado en otras ocasiones que expresas lo mismo. Me gusta darte tu espacio para que compartas a gusto con quienes tienes tanto en común a diferencia mía, que siento no tener nada en común con ellos.

   —Sí, sí, sí. Y las vacas nadan por los aires entre olas de nubes —dejé lo que hacía para mirarlo con curiosidad, ante esa expresión tan loca. Al notar mi forma de verlo, soltó una carcajada.

   —Lo que quise decir es que, tú a mí no me engañas. Sí son celos lo que hace que tengas ese fuerte cambio de ánimo cuando comparto con mis amigos o Siwi. Y eso me encanta. Aunque, esta vez si que lo has sabido manejar muy bien, porque te he visto algo contento. ¿Acaso, me ocultas algo, Eunhyuki?

   —Me satisface mucho saber lo bien que me conoces. Pero no, no te oculto nada. Es cierto que estoy muy feliz, pero es por algo que ya tú sabes. El campamento de verano y, todo lo que vamos a divertirnos juntos. Mi emoción es tan grande, que ni me afecta que tus fastidiosos amigos, también vayan.

   —Eh..., Hyukki, ¿mamá no ha hablado contigo, con respecto al campamento de verano?

   —No. La señora Lee si bien y tiene tiempo de saludarme, y eso, si por casualidad me la tropiezo en el camino y me hago notar, saludándola primero. ¿Por qué me lo preguntas?

   —Este, bueno. Te preguntaba porque suce...

    —¡Muy buenos días mi precioso, Hae! ¿Cómo, todavía no estás listo? Ya deberías estarlo. ¡Apresúrate! —El fastidioso, antes mencionado, entró en la habitación ignorándome, como es su costumbre. Mi charla con Donghae se arruinó.

    —¡Siwi!, primero que todo, te agradezco que no me presiones. Relájate. Deja tu mala costumbre de manejar todo con horarios y tantas formalidades. Cada vez te pareces más a mi tío y a papá —Hae frunció el seño y cruzó los brazos en franco fastidio.

—Por favor, no te enojes conmigo, Hae. Mis disculpas. Es cierto que tiendo a manejar todo con una determinada disciplina. Sin embargo, en este caso se debe a que me urge aprovechar la ocasión de pasar el mayor tiempo posible con la persona más especial para mí —Me revuelve el estómago nada más escucharle las ridiculeces a este idiota.

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