---Madres, no se imaginan lo tranquilizante que me resultan sus apreciaciones. Yo quiero contarles que...---tomé sus manos entre las mías, para continuar mi confesión. Me invadía apenas una pequeña pero normal inquietud, ante el paso liberador. Mi atención se apartó del asunto que me ocupaba, por el sonido de mi teléfono móvil, con el ringtone dispuesto para las llamadas entrantes de Donghae. Contesté de inmediato.---Hyukki, me siento mal, creo que me he resfriado por el frío que hace hoy, y por eso, estoy volviendo a casa---sin siquiera alcanzar a decir nada, escuché a Hae que me hablaba con voz nasal y eso me preocupó.
Me olvidé por completo de todo, disponiéndome a preparar lo necesario para cuando llegara Hae. La calefacción correcta en su habitación, las medicinas indicadas y un té especial para resfriados. El lapso entre la llamada de Hae y su llegada a casa, me pareció un siglo. Arrepentimiento y pena me causó su estado al verlo llegar. Su rostro pálido, sus labios rojos y sus ojos llorosos, me mostraban lo descuidado que fui, al no impedirle salir; a sabiendas del clima particularmente frío y lluvioso.
Empezando el día Donghae, me sorprendió al anunciar que saldría con la señora Kim, y dos personas de seguridad. Según sus palabras, de esa manera podría compartir más a gusto con mis madres. Eso, al principio me pareció extraño, incluso llegué a pensar que bromeaba, pero al comprobar la veracidad de lo dicho, le agradecí infinitamente su buena intención. Más ahora, me era inevitable no sentirme mal, por ver la preocupación en la señora Kim, que no se explicaba la causa del repentino cambio en el estado de salud de Donghae, teniendo en cuenta que salió bien abrigado y, entusiasmado al principio del recorrido.
---¿Seguro que ya te sientes mejor Haecito? Deberías seguir durmiendo---después de tomar su medicina, durmió por casi una hora, tiempo en el que me mantuve velando su sueño. Posteriormente de comprobar que todo estaba bien con Hae y entretenerse un rato hablando con la señora Kim, mis madres se marcharon.
---Sí mi Hyukki, gracias a tus cuidados, ahora me siento más aliviado.
---Hae, de nuevo te agradezco que me hayas dado ese tiempo a solas con mis madres, pero tú salud es prioridad y no debiste salir en este día con tan baja temperatura.
---Tengo que ser sincero contigo mi Hyukki. El clima, no fue el responsable de mi malestar físico. Lo fue, el estrés que me invadió al presentir tú intención de hablarles a tus madres sobre lo nuestro, sin siquiera tener en cuenta mi opinión sobre algo, que nos involucra a los dos. Por qué supongo que a eso te referías al decirles que eres diferente. O, ¿me equivoco?---su tono acusatorio, me dejó atónito. ¿Cómo pudo enterase de algo que no presenció? Con la mirada enterrada en el piso por la vergüenza, traté de aclarar.
---Sí Hae, a eso me refería, y era lo que me disponía a hacer. Perdóname por haber actuado por mi mismo, sin mirar tu opinión; que como bien dices, es algo de los dos. De todos modos, nunca fue con mala intención, todo lo contrario, deseaba sincerarme no solamente con ellas, sino, también con tu nana. De esto intenté hablar contigo hace poco, pero no encontré la oportunidad propicia. Bebé, mi deseo es encontrar apoyo de las personas que más amamos y que nos aman, es la única razón te lo juro---la última frase me salió ahogada por la pesadumbre. Me llevé las manos a la cara para ocultar las lágrimas derramadas. Sentí los brazos de Hae enredarse en mi cuello.
---Calmate mi Hyukki, yo te comprendo y sé que estás en lo cierto en cuanto a querer sentir el apoyo de quienes sabemos, nos lo darán amorosamente. Pero, sucede que yo no siento igual. Mi deseo, es poder atesorar estos sentimientos en nuestros corazones; sin que nadie más interfiera. Que sea algo así como otro secreto que nos una. Sé que debe sonarte egoísta, pero eso obedece a todo el sentimiento que me produces, algo tan grande e inexplicable, que me termina asustando mucho---la explicación y confesión de Hae, me dejó sin palabras, por que era evidente que ambos sentíamos, y a la vez, temíamos por la intensidad del sentimiento que nos une. Extreché aún más el abrazo, al sentir como descansó su cabeza sobre mi hombro izquierdo, como lo hacen los bebés para sentirse cómodos. Lo sostuve de esa manera por largo rato, al notar que dormitaba, quizás por el efecto que aún le producía la medicina.
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Irrefrenable Amor
FanfictionSinopsis: Dicen que el dinero compra todo lo material, pero no, lo inmaterial. Sentimientos como el amor, la ternura, y la dedicación, jamás se compran con dinero. Un niño rico, caprichoso, mimado, y malcriado nos mostrará que es la excepción a la r...