Capítulo《49》

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Decidí cumplir la promesa hecha, no solo a Donghae, sino a mismo. De no permitir bajo ninguna circunstancia, que Hae fuera lastimado por su padre. Pese a que Donghae evitaba decírmelo, me resultaba obvio que sufría horrores en las dichosas reuniones donde se veía obligado a demostrar sus capacidades precisamente ante la persona que se encargaba de socavarlas. También me resultaba obvia la intención del prepotente hombre, al usar a su propio hijo, para evidenciar mi innecesaria presencia en su casa y como una cosa que no funciona, echarme de ella; y de paso, fastidiar a su esposa y a su hijo.
Seguramente para él debía ser humillante que alguien tan inferior a su familia, tuviera algún contacto con la misma, y más aún cuando podía motivar a su hijo a rebelarse de manera positiva. Esa, es mi intención con Donghae, hacerlo confiar en él mismo, para que muestre con hechos y no con pataletas de niño malcriado, todo lo que puede ser y hacer por sí mismo.

Todos los días agazapado cerca al estudio y con mi móvil en mano, seguía las reuniones. Observar el ambiente malsano para Hae y la angustia marcada en su precioso rostro, fueron suficientes para enfrentar al agresor verbal que amenazaba con aplastar a mi ángel sonriente. Entré en el lugar sin reparar mucho en las consecuencias negativas que yo pudiera tener, siempre y cuando se las impidiera a Donghae.

El señor Lee me intentó amedrentar con un tremendo grito que sonó como el rugido de un león con dolor de muela. Sin embargo, nada detendría mi objetivo. Hae, con una mirada atemorizada me imploraba marcharme. Le ofrecí una sonrisa para calmarlo y procedí.

---No me creo nadie más, ni nadie menos. Únicamente soy alguien con un alto grado de responsabilidad con su deber encomendado. Deber que cumplo con entera satisfacción, más allá de lo meramente material y que se encuentra allí---,señalando con mi dedo índice a Donghae me acerqué a él para hablarle.

---Donghae Lee, usted sabe perfectamente quien es y lo que es. Alguien inteligente y capaz, que lleva en la sangre la pasión por el manejo de los negocios. Algo que no precisa mostrar ante nadie distinto a usted mismo. Esto, te puede ser de utilidad---deposité en sus manos un Ipad donde se encontraba una especie de juego que inventé para él con fórmulas y claves estratégicas referentes al tema. Cuando recibió el dispositivo electrónico, acarició mis manos sonriéndome de manera graciosa. Frunció la nariz y entrecerró los ojos, parecía un gato a punto de estornudar. Quise reírme, pero la fruta verde, no estaba para jugo. Las circunstancias no eran las más propicias. Cumplida la misión se retira el mártir, pensé y actúe en consecuencia.

---De nuevo me disculpo por mi atrevimiento. Con permiso me retiro---sentí como el señor Lee me pulverizaba con la mirada, mientras que los demás con sus expresiones faciales me daban su total aprobación. En tres zancadas estuve fuera del lugar. Terminando de cerrar la puerta tras de mí me encontré a la señora Lee.

----Debo confesar que en algún momento, puse en duda aquello que asegurabas; sobre que eras capaz de hacer cualquier cosa por el bienestar de mi hijo. Pero con este acto, me anulas cualquier duda. Te has ganado de mi parte admiración y toda la confianza para que mi Donghae, siga en tus manos. Soo Eunhyuk---,me acarició una mejilla para luego depositar un suave beso sobre ella. Sin decir más se marchó. Me recosté sobre la puerta sintiéndome inmensamente feliz. Por haber ayudado a mi Hae, ya que confiaba plenamente en el efecto que tendrían mis palabras en él. Igualmente por lo que acababa decir y hacer la señora Lee.

Lo sucedido una vez Eunhyukki salió fue magia pura.

---Bueno, entonces continuemos---dijé con seguridad. Seguridad que usé para explicar lo requerido. Evitaba en ciertas ocasiones mirar a los ojos a papá, para no perder el recién adquirido valor. Él continuó con más intensidad sus insolencias, pero terminó estrellándose solo; ya que no me afectaban como lo venían haciendo, o al menos, ya no tanto. Notar la frustración dibujada en su rostro me convertían en el feliz triunfador del desafío que me impusiera él mismo. Pero como todo triunfo tiene su precio, debí trabajar de ahí en adelante de forma incansable en la preparación del evento que se acercaba. La reunión familiar para Navidad.
Días y días de intenso trabajo, que lejos de cansarme me resultaba muy entretenido. Hasta que.... Me resistía a creer y aceptar que Eunhyuk, me hubiera decepcionado con algo que no esperaba de su parte.

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