41 ━━ SILENCE.

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𝕺𝖒𝖓𝖎𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊


—Stefan Rickman, un gusto.—

La castaña no se inmutó ni para borrar su semblante de inmensa confusión.
Stefan seguía con su mano extendida para que ella la tomara, pero al ver que ella seguía mirándolo de una manera extraña, hizo una mueca y dejo de extenderla.

—¿Sueles quedarte así cuando conoces a alguien?— el ojiazul elevó una ceja.

La castaña entrecerró los ojos, aún mirándolo con intensidad.

—Creo que si...— Stefan murmuró para si mismo. —¿Te quedarás ahí o...?

—¿Como dices que te llamas?— la castaña finalmente habló.

—Oh.— el hombre elevó las cejas. —Stefan Rickman. Gusto en...—

—¿Rickman?— lo interrumpió con confusión.

El hombre asintió con obviedad. Verse suavizó su semblante pero no impidió que miles de preguntas sin respuesta se adentraran a su mente. Stefan pareció notarlo, ya que elevó una ceja.

—¿Que? No pensarás que eres la única Rickman fuera de la cárcel... ¿O si?— preguntó con cierta burla.

El semblante de la chica pasó de inmensa confusión a una increíble ira.

—¿Sabes que? No estoy para bromitas de mal gusto. Me tengo que ir.— ignoro completamente su pregunta y gruñó con molestia.

—Wow, ¿Así le agradeces a alguien que acaba de salvar tu vida? Definitivamente eres una Rickman.—

Verse inmediatamente se giró, mirándolo con molestia.

Mientras tanto, el soldado rondaba por las calles de la ciudad en su auto, con el corazón en la mano. Verse había tardado más de lo normal y estaba asustado, era tarde y se temía que algo le sucediera. Pasó por los lugares donde ella pudiera estar, el panteón donde su madre se encontraba, S.W.O.R.D y ahora se dirigía hacia el smithsoniano.

Al casi llegar al lugar, notó dos figuras en la calle, parecían dos personas discutiendo. Ya que se acercó más, pudo identificar sin problema alguno a su chica.

—Escucha, no se que pretendas con tus bromitas de mal gusto o lo que sea que hagas...— se acercó peligrosamente a él. Stefan tuvo que bajar la mirada levemente, ya que ella era más baja. —Pero estoy en una situación que estoy segura que tú no podrías sobrellevar, así que si me disculpas, me tengo que ir. Piérdete, imbécil.— susurró con molestia. Podía sentir su aliento cerca del suyo.

—La mirada Rickman.— Stefan murmuró mirándola a los ojos.

—¿Que?— la chica frunció el ceño.

Bucky estacionó el auto rápidamente, llamando la atención de ambos. Salió de este y al ver la sangre en la boca de la castaña, rápidamente se acercó a ella.

—Joder, Verse. ¿Que te paso?— tomó su rostro entre sus manos.

—Buck... ¿Que haces aquí?— jadeó sorprendida.

𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 | TBY IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora