46 ━━ CAPTAIN HYDRA.

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𝕺𝖒𝖓𝖎𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊

En la base donde se encontraba el cuarto rojo, habitación donde se forjan los asesinos más temibles de todo el mundo, estaba tranquila. Como solía estar, por fuera parecía una simple escuela, pero por dentro, era un total infierno para los soldados débiles, ya que no cualquiera sobrevive a los tratos de aquel lugar.
La bruja más poderosa del lugar por el momento estaba desaparecida, por lo menos dos décadas desde que alguien la había visto rondar por los pasillos del lugar, nadie la había visto desde ese terrible día donde ella lo perdió todo.

—Hey... ¿escuchas eso?— el guardia frunció el ceño al escuchar un extraño sonido.

—Debe ser una de las naves averiadas, déjalo.— respondió despreocupadamente.

El hombre no parecía estar seguro. Escuchó gritos lejanos pero parecía ser que sólo el los había escuchado. Esta vez, un grito aún más fuerte se escuchó y rápidamente elevó su arma, apuntando hacia donde el creía que provenían aquellos lloriqueos.

—¡¿Quien está ahí?!— gritó al aire. Estaba a punto de volver a hacerlo pero un cuchillo salió de la oscuridad, un cuchillo que fue directamente lanzado hacia su garganta.

Sus palabras se quedaron en su garganta. El guardia a su lado jadeó asustado y miró como la sangre comenzaba a empaparlo completamente mientras caía muerto.

Igualmente apuntó su arma hacia la oscuridad. Y pronto, una figura poco a poco se dejó ver.

Abrió los ojos a más no poder. Era ella, la bruja.

—T-Tú, tú...— respiró entrecortadamente.

La mujer elevó su mano con la intención de controlar el cuchillo que había lanzando anteriormente. El cuchillo dejó la garganta del otro y en un movimiento rápido ahora la pinta afilada del cuchillo a encontraba rozando la garganta del otro hombre.

—Serás mi guía.— la mujer murmuró mientras se acercaba el. El hombre respiraba pesadamente intentando no moverse en lo absoluto, ya que si lo haría, podría terminar con un cuchillo enterrado en su garganta.

—Este lugar ha cambiado y necesito que me guíes a él.— asintió mientras relamía sus labios.

—N-No se d-de que me hablas... p-por favor, no me hagas n-nada...— suplicó mientras comenzaba a sollozar.

—Guíame a él. Al Capitán Barnes.— la franja roja en su ojo derecho brilló. El cuchillo con el que lo estaba amenazando, se movió rápidamente hacia ella y lo tomó con firmeza. El hombre jadeó mientras soltaba todo el aire que tenía contenido por el miedo que sentía.

—Hazlo si no quieres que te asesine frente a tu esposa y tus dos hijos. Decide.— sonrió con malicia mientras hacía una maniobra con el cuchillo en su mano.

(...)

Con la magia llevaba controlando por milenios, logró echar a andar un hechizo para que sólo el guardia quien la guiaba la pudiera ver. Nadie más podía verla, solo el.
El guardia caminaba con temor por los pasillos de la base más grande la organización Nazi. Al llegar a su destino, se cercioró de que no hubiera nadie más.

—E-Es aquí...— el hombre asintió frenéticamente.

Ella contempló las grandes puertas, y detrás de ellas se encontraba lo que perdió exactamente dos décadas atrás. Suspiró pesadamente y giró su rostro para mirar al guardia.

𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 | TBY IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora