Después de tantas confesiones, historias sin un final feliz y múltiples mentiras, Verse, por primera vez sentía paz. Una paz que no pensó sentir cuando imaginaba que le pudo haber pasado a su madre años atrás. A pesar de que nunca confío en Thomas, realmente algo en su ser le decía que el realmente fue sincero con ella. La extrañaría toda su vida a pesar de tener pocos recuerdos con ella, pero estaba feliz. Feliz de saber que su madre no solo murió defendiéndola a ella.
Le había contado absolutamente todo a Bucky, sin descartar ningun detalle y el también notó que algo en su mirada había cambiado. Definitivamente algo cambio en ella desde esa plática.
—Es como si... ella fuera una súper heroína de algún cómic. Me la imagino peleando por todas esas chicas. Es jodidamente genial.— ella comentó con entusiasmo para después peinar sus cabellos hacia atrás.
Bucky solamente podía mirarla sonriente, sentado en la orilla de la cama que ambos compartían.
—Pensé en buscar a las viudas que ella salvó pero creo que sería indagar mucho y... quiero enfocarme en todo lo que está pasando ahora.— asintió con rapidez. Soltó un suspiro y miró a Barnes, quien no dejaba de sonreír.
—Llevo hablando veinte minutos y tu solo estás sentado ahí mirándome como un idiota.— frunció el ceño con una sonrisa.
Bucky soltó una risita y extendió sus brazos, esperando que ella entendiera que quería un abrazo.
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Verse rodó los ojos con diversión, pensando en lo estúpidamente tierno que James podía ser aveces. Se acercó y el pudo tomar su cintura para sentarla sobre su regazo y abrazar su cintura con comodidad, envolviendo sus brazos en ella.
Sin decir nada más, tomó sus labios en un beso sin prisa, metiendo sus manos dentro del suéter de la rusa, acariciando su cintura y espalda conforme sus labios se movían en sintonía.
—Me encanta verte así.— susurró sobre sus labios y siguió besándolos.
—¿Como así?— ella se separó y lo miró con curiosidad. Acarició los cabellos de su nuca esperando su respuesta.
—Tan feliz, te ves tan hermosa cuando sonríes ampliamente y aparece el hoyuelo en tu mejilla. Deberías hacerlo más seguido.— Buchanan sonrió de costado sin dejar de mirarla a los ojos.
Ella sonrió con timidez y envolvió sus brazos en su cuello para estar más cerca de él, si es que se podía.
—Parece ser que conocer sobre Ania te hizo muy feliz, ¿Eh?—
—Me alivió, más bien. Es como si me hubieran quitado una carga sobre mi. Me he sentido así desde que te dije toda la verdad. Realmente agradezco haberlo hecho.— Barnes pudo percibir la sinceridad en su palabras. —Pero aún así me siento mal por Stefan. Debió ser duro perder a su madre de esa manera...—
