55 ━━ HAPPINESS.

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𝕺𝖒𝖓𝖎𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊


—Te ves cansada.— Venus sonrió ligeramente mientras recargaba sus brazos en los barrotes de la celda.

Verse elevó su rostro, dedicándole una mirada totalmente molesta e irritada.

—Vete al infierno.— escupió mientras limpiaba la sangre que manchaba su labio inferior con el dorso de su mano.

—He estado ahí. Es acogedor— la mujer sonrió con burla.

Verse se levantó con dificultad gracias al dolor en todo su cuerpo, después de haber sufrido otra paliza por parte de los agentes de Hayward. No le convenía sacar su poder al aire cuando simplemente pueden refundirla en una cárcel, o peor, matarla.

—Bueno. Ya que por fin pudiste levantarte...— Venus recalcó. —Podré iniciar contigo.—

—¿Sabes que? Haz lo que quieras, ya no importa. Total, todo el mundo me ve como una asesina y una loca por tu culpa.— se encogió de hombros resignada y recargó su espalda en la pared, echando la cabeza hacia atrás. Cerró sus ojos con cansancio.

—¿Te gusta culpar a los demás por tus problemas, cierto?—

Verse no respondió. Se mantuvo como estaba.

—¿No te gustaría saber porque estás aquí?— la mujer la miró fijamente.

—¿Por que más estaría aquí?— Verse resopló.

—Crees que realmente conoces tu historia, pero no es así, cariño.— su voz sonó con falsa melosidad. —Estas tan perdida como cuando eras una niña de quince años, totalmente perdida y sin saber como detener las burlas hacia ti.—

Rickman se tensó al recordar aquella época. Abrió los ojos y miró a la mujer a unos metros de ella. Se acercó con lentitud, intentando descifrar lo que sus ojos azules como los suyos comunicaban, pero era imposible.

—¿De que hablas?—

La bruja soltó una risita y negó. Extendió su palma y extendió sus labios como si fuera a mandarle un beso. Pero no fue así, más bien soplo y mágicamente, una neblina roja apareció y fue directo al rostro de la rusa. Verse cerró sus ojos irritados por aquella neblina y negó mientras tosía.

Con su mano abanicó el aire cerca suyo y así la neblina desapareció. Al abrir sus ojos, tal fue su sorpresa al ver que ya no se encontraba en la celda, sino en otra habitación.

—P-Pero que...—

—Bienvenida a tu pasado.— Venus se colocó a su lado repentinamente. —O más bien... el pasado de Ania.—

Ania.

Ella estaba por preguntar pero el sonido de una puerta abriéndose la interrumpió. Se sobresaltó y miró en dirección a la puerta. Un hombre abrió la puerta y al mirar a un punto fijo, sonrió levemente.

—Trate de... conseguirte algo de hielo.— hablo y se acercó a la cama.

Verse miró a quien le estaba hablando y sintió cómo si un balde de agua fría hubiera caído sobre ella. Era su madre, reconocería ese rostro donde fuera.
Su labio inferior tembló y pronto pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos azulados.

𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 | TBY IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora