𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 | TBY II

33 ━━ GUILT.

𝕺𝖒𝖓𝖎𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊

—¿Bucky?—

La voz que no pensó que volvería a escucharla después de décadas, se escuchó con eco. Rápidamente se giró, encontrándola a ella, con esos ojos que eran idénticos a los suyos.

—R-Rebecca...— susurró incrédulo. Se acercó a ella ligeramente. —Becca...—

Se detuvo al ver como ella se hacía ligeramente hacia atrás.

—¿Qué haces aquí?— preguntó incrédula.

Bucky frunció el ceño ligeramente.

—Lo prometiste...— Rebecca asintió con firmeza. —Prometiste que regresarías y no lo hiciste, me dejaste sola...—

Bucky inmediatamente entendió a lo que se refería y la interrumpió.

—N-No, Becca. Tú no entiendes, y-yo... m-me secuestraron...— asintió rápidamente pero los ojos de su hermana mostraban puro dolor, algo que no podría perdonarse.

—Me dejaste sola.— afirmó nuevamente.

—No, no, no, Becca... estoy aquí. Jamás te d-dejaría sola.— el soldado hablo con temor.

Becca negó con lágrimas en sus ojos mientras se hacía atrás. Bucky camino hacia ella pero la castaña se giró, desapareciendo entre la oscuridad.

—N-No, no... ¡Rebecca!— llamó su atención con la esperanza de tenerla cerca ya que no volvería a dejarla como lo hizo décadas atrás, cuando el era un joven de veintisiete años y ella una joven de diecisiete.

—¡Becca!—

Rebecca no respondió, la oscuridad no lo dejaba ver.

—Hey, Buck...— Verse llevaba dos minutos llamado su atención pero el no respondía.

Hasta que sintió una caricia en su hombro y rápidamente la miró.

—¿Que? ¿Que pasa?—

Rickman suspiró con cansancio y negó.

—Nada.— susurró. —¿Estas mejor? ¿Te sigue doliendo el cuerpo?—

—Estoy bien.— asintió sin ningún destello de felicidad o tristeza. Simplemente estaba serio y callado, como solía serlo antes de abrirse con ella.

—Solo... quiero que sepas que puedes hablar conmigo de lo que sea.— Verse le dedicó una mirada sincera.

James, no respondió. Ni siquiera estaba mirándola.

—Iré a... salir un rato, necesito hacer algo. Cualquier cosa, Sam está cerca o puedes llamarme a mi...— asintió mientras se levantaba.

Le dio una última mirada al soldado, que tenía la mente en otro lado, sus ojos lo demostraban.

—No tardo...— trato de llamar su atención. —Te amo.—