𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 | TBY II

81 ━━ STARS.

𝕺𝖒𝖓𝖎𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊

El Capitan suspiró con tranquilidad y tomó la pequeña cajita donde guardaba aquellos cigarrillos. Sacó uno y dejó la caja a un lado, para después tomar el encendedor. Colocó el cigarro en sus labios y lo encendió. Soltó otro suspiró al sentir la placentera calada de acababa de darle y dejó el encendedor a un lado.

Siguió un par de minutos más tomando caladas del cigarrillo entre sus labios hasta que la puerta del sanitario de su habitación se abrió. La rusa, quien acomodaba sus cabellos castaños y oscuros. Tan solo se encontraba en ropa interior, con un bonito sostén negro y unas bragas del mismo color.

James la miró con atención, admirando el cuerpo de la chica. Sacó el humo en su boca sin dejar de pasear su mirada por su cuerpo, para después morder su labio inferior.

—Ugh, apesta a cigarro.— Verse miró con disgusto al Capitán.

El castaño soltó una risita ronca.

—No te hagas la inocente, no después de lo que hicimos justo aquí.— hizo énfasis, señalando su propia cama.

La rusa elevó una ceja. James solo se encogió de hombros, nuevamente expulsando el humo de sus labios de una manera atractiva, o eso pensaba Verse. Mordió su labio con seducción y se acercó a la cama, gateo sobre esta hasta acercarse a él y arrebatarle el cigarro de sus labios. Lo llevo a los suyos y dio una profunda calada, después, imitando el gesto del Capitán. James sonrió, sabía sus intenciones, quería seducirlo una vez más y estaba funcionando.

La rusa le devolvió el cigarro y se recostó a su lado, recostando su cabeza en el pecho desnudo del Capitan. James la atrajo a él, acariciando sus cabellos con sus dedos mientras seguía manteniendo el cigarro en sus labios.

—¿Es cierto?— la ojiazul preguntó, acariciando la piel cálida del Capitán.

—¿El que?—

—Que siempre quisiste estar conmigo.— elevó su mirada y recargó su mejilla en su pecho para mirarlo de cerca.

Mientras ella esperaba su respuesta, admiraba el rostro del Capitán. Su nariz perfilada, sus ojos azules y profundos, su gruesa barba perfectamente cuidada que le daba un aspecto demandante y sus labios carnosos que tomaban el cigarrillo.

—¿Dudas de mi?— el castaño sonrió de costado.

—No, idiota. Y no me respondas con otra pregunta ¿Es cierto?—

El Capitan rió con sus palabras, ella nunca cuidaba su tono al hablar con alguien más. Sacó una última vez el humo de su boca y finalmente lo apagó, dejándolo a un lado. Se acomodó sobre las almohadas para abrazarla más el, escondió su nariz en los cabellos de la rusa.

—Lo es.— afirmó suspirando el aroma que sus cabellos emanaban. —Siempre fuiste la persona más irritante que haya conocido y deseaba callarte de un beso.—

—Ajá ¿Y también de una follada?— la chica elevó una ceja.

—No lo tenía planeado, pero si. Fue muy difícil resistirme a ti todo este tiempo, con esos ojos y ese cuerpo que tienes...— soltó un resoplido.