Capítulo 2

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El rostro de Seokjin se encontraba polvoriento y con restos del maquillaje que ha Seok le gustaba usar, quiso lavar un poco su cabeza, pero no había ni un rastro de agua en la habitación, ni para beber, mucho menos para lavar. Solo había un contenedor que se asemejaba a una cuenca, la que sospechaba era utilizada con el objetivo de lavar cosas y no para la limpieza personal.

Empujó la puerta, pero esta se hallaba con el cerrojo puesto, probablemente para evitar que vagara fuera de la habitación.

¡Ninguna de estas cosas le hacía sentir el regocijo de la reencarnación en absoluto!

Llegó a la resolución de que lo mejor sería sentarse en posición de loto y empezar a acostumbrarse a su nuevo hogar. El tiempo transcurrió rápidamente, sin darse cuenta, un día ya había pasado. Cuando abrió sus ojos, la luz del sol ya se había colado en la habitación por medio de las brechas que había entre la puerta y las ventanas. Y, a pesar de que ahora se encontraba capaz de levantarse y caminar, aún se sentía algo mareado.

Seokjin estaba desconcertado. La cantidad total de los poderes espirituales de Lee Seok era lo suficientemente insignificante como para ser ignorada, por lo tanto, no debería haber ni una razón por la que no pueda controlar este cuerpo adecuadamente. Entonces, ¿Por qué no puedo hacerlo?
De pronto, un ruido se produjo en su estómago, y en ese momento se dio cuenta de que el fenómeno no estaba realmente relacionado a sus poderes espirituales. De hecho, se sentía hambriento, y aquello tenía que deberse a que este cuerpo no había practicado el ayuno antes. Si no iba a buscar comida en seguida, se convertiría en el primer espíritu maligno en morirse de hambre después de haber vuelto al plano mortal.

Levantando su pie y a punto de darle una patada a la puerta para abrirla, de forma inesperada el sonido de unos pies que se acercaban surgió. Alguien golpeó fuertemente la puerta y gruñó — ¡Es hora de la comida!

No obstante, no había ni un indicio de que la puerta iba a ser abierta. Seokjin bajó su cabeza y, en lo más bajo de la puerta, vio una estrecha abertura por donde se asomaba un pequeño tazón en frente de ella.

El sirviente volvió a gritarle desde afuera — ¡Vamos, vamos! ¿Qué estás esperando? ¡Saca el tazón afuera después que termines!

La abertura era ligeramente más pequeña que aquellas por las que suelen arrastrarse los perros: no permitía el pasar de un humano, pero los tazones podían fácilmente ser introducidos dentro. La comida que le trajeron consistía en dos platos y una porción de arroz que lucía desagradable.

Mientras jugaba con los palillos que estaban pegados al arroz, se sentía cada vez más fastidiado.

El patriarca Moon apenas había regresado al mundo mortal y la primera cosa con la que se encontró fue una patada y una reprimenda; sin mencionar estas sobras que le fueron servidas como su comida de bienvenida. ¿Dónde estaba la sangre y la violencia? ¿Las matanzas despiadadas? ¿La destrucción absoluta? ¿Quién iba a creerle? Ahora mismo él era como un tigre que paseaba por tierras planas, un dragón en aguas bajas, un ave fénix sin sus plumas que, una vez perdida la ventaja que tenía sobre los demás, ahora era menospreciado por aquellos más débiles que él.

De repente, el sirviente habló de nuevo, pero con risa esta vez — ¡A-Ling! ¡Ven acá!
La dulce voz de una joven respondió desde la distancia —, A-Siulk, ¿Estás trayéndole de nuevo la merienda al que está acá?
A-Siulk chasqueó su lengua — ¿Por qué vendría a este ominoso lugar si no fuera por eso? La voz de A-Ling se escuchó más cercana, como si estuviera en frente de la puerta —. Solo debes traerle una comida al día y a nadie le importa si eres un flojo. Es una tarea tan vana y aun así piensas que es ominosa. Solo mírame, estoy tan ocupada que llegué al punto en que ni siquiera puedo salir a jugar.

A-Siulk se quejó —. ¡Traerle la comida no es el único trabajo que tengo! ¿Cómo te puedes atrever a salir a jugar afuera estos días? Con tantos cadáveres caminantes que hay allá afuera, todos están encerrándose en sus casas.

Seokjin se agachó junto a la puerta y escuchó mientras comía.

Aparentemente, desde hacía un tiempo que la Villa Mo había dejado de ser un lugar pacífico. Los cadáveres caminantes, como indica su nombre, eran gente muerta que tenía la capacidad de moverse; eran un tipo de cadáver alterado de nivel bajo. A menos que la persona fallecida retuviera dentro de sí un gran resentimiento, usualmente mostraban una apariencia de ojos adormilados y se movían lentamente. Tampoco eran demasiado peligrosos, pero había suficientes como para causar alarma entre la gente común, especialmente por su vomitiva fetidez.

Sin embargo, para Seokjin estos cadáveres eran los títeres más obedientes que pudiera haber. Incluso llegó a sentir un sentimiento de familiaridad cuando estos fueron nombrados. Parecía que A-Siulk estaba haciendo una mueca —. Si quieres ir afuera, tendrás que llevarme contigo, así podré protegerte...

A-Ling le respondió con una sonrisa casi burlona — ¿Tú? ¿Protegerme? Deja de alardear ¿Estás seguro que puedes vencer a esas cosas?

A-Siulk dijo molesto y con un tono amargo — Si yo no puedo vencerlos, otros tampoco podrán.

A-Ling se rió.

— ¿Cómo sabes que otras personas no pueden vencerlos? Déjame decirte que hoy unos cultivadores vinieron a la Villa Lee. ¡Escuché que eran de una destacada secta! La ama está hablando con ellos en el hall central y toda la ciudad está de espectadora. ¿No puedes escuchar el alboroto? No tengo tiempo para estar jugando contigo, es probable que me den más trabajo después.

Seokjin escuchaba con atención. Ciertamente, se lograban percibir unos débiles sonidos bulliciosos que provenían del este. Meditó la situación por unos momentos. Luego, se levantó y pateó la puerta. Esta se abrió con un clank.

Los dos sirvientes, A-Ling y A-Siulk, que hasta ese momento estaban coqueteando entre ellos, gritaron cuando la puerta repentinamente se abrió de golpe. Seokjin lanzó lejos su tazón y se aventuró hacia afuera, retrocediendo unos pasos cuando se enfrentó al resplandor del sol. Elevó su mano hasta el inicio de su frente y cerró los ojos por un momento. Justo en ese momento, A-Siulk gritó aún más fuerte que A-Ling, pero cuando observó más detenidamente y se dio cuenta de que solo era Seok, la persona a quien todos podían humillar, le volvió la valentía. Ante el pensamiento de que probablemente había perdido cara en frente de A-Ling, debía compensarlo de inmediato. Así que se adelantó y, moviendo sus manos como si estuviera regañando a un perro, exclamó — ¡Shuu! ¡Shuu! ¡Vete lejos! ¿Para qué saliste?
A-Siulk lo trataba aún peor que si fuera un mendigo o una simple mosca. La mayoría de las veces, todos los sirvientes de la familia Lee trataban a Seok de esta manera porque él nunca ponía resistencia. Seokjin le dio una patada poco fuerte a A-Siulk, dejándolo en el piso y rió —. El atrevimiento que tiene este simple niño que hace recados de humillar a otros de esta manera.

Dicho esto, se dirigió hacia el tumulto. Tanto dentro como en sus alrededores, el hall del este se hallaba apiñado de gente. Justo cuando Seokjin había dado sus primeros pasos dentro del patio, la voz de una mujer se alzó varios tonos más fuerte que las de los demás presentes —Un miembro de la generación más joven de nuestra familia solía ser un cultivador...

Seguramente se trataba de la ama Lee que de nuevo intentaba establecer conexiones con el mundo de los cultivadores. Seokjin no esperó a que esta terminara de hablar y, moviéndose velozmente entremedio de la multitud y llegando al hall, sonrió —. ¡Ya voy ya voy! ¡Aquí estoy! – gritó de una forma infantil mientras daba pequeños saltos.

Ante sus ojos apareció sentada en el hall una señora de mediana edad que se veía poseedora de una buena salud y vestía ropa un tanto extravagante. Efectivamente era la ama Lee. Sentado más abajo, estaba su esposo y, al lado opuesto de él, había unos jóvenes adolescentes vestidos con túnicas blancas. Debido a que un tipo desaliñado y de apariencia extraña había aparecido entremedio de la gente, la conversación se detuvo. A pesar de eso, sin ni un atisbo de vergüenza, Seokjin habló como si fuera indiferente a la incómoda atmósfera que se había generado —. ¿Quién me estaba llamando antes? ¡Soy yo el que solía ser cultivador! – dijo levantado la mano y moviéndola de un lado a otro en forma alegre.

Su rostro estaba tan lleno de polvo que, cuando sonreía, este se caía de a poco espolvoreándose por el piso. Un cultivador más joven, que estaba a punto de morir de risa, no pudo evitar soltar un "pffft". Sin embargo, su rostro se volvió serio cuando otro joven, que parecía ser el líder del grupo, lo miró desaprobatoriamente. Seokjin siguió la voz, detectando su origen. Había pensado que los sirvientes estaban siendo ignorantes y exagerando la situación, pero, para su sorpresa, efectivamente eran discípulos de una distinguida secta.

Los chicos, que vestían túnicas con mangas y cinturones que parecían flotar por el aire, y eran sin lugar a dudas un deleite para los ojos de quien los observaba. Si uno se fijaba en sus uniformes, era obvio que su procedencia era la secta Jeon de Gusu. Además, para ser más específicos, debían ser las generaciones jóvenes y unidas por sangre del clan Jeon, ya que todos llevaban una cinta en la frente de aproximadamente el grosor de un dedo y con un patrón de nubes.

El lema de la secta Jeon era "ser justo". La cinta que llevaban en la frente significaba " comportarse bien" y el patrón nuboso era el patrón oficial del clan Jeon, el que estaba vedado para cualquiera que no perteneciera a esa familia. A Seokjin le daba dolor de muelas cada vez que veía a alguien del clan Jeon. En su vida pasada, siempre había equiparado el uniforme que utilizaban con ropa de luto. Es por eso que jamás podría equivocarse en identificarlos.

Como la ama Lee no había visto a su sobrino hace bastante tiempo, no lo reconoció inicialmente; y solo logró salir de su estado de consternación cuando se dio cuenta de quién era realmente la persona llena de maquillaje que había aparecido. Estaba furiosa, pero al mismo tiempo, no quería perder su compostura, por lo que bajó la cabeza para hablarle a su esposo — ¿Quién lo dejó salir? ¡Regrésenlo a dónde salió!

Su esposo sonrió inmediatamente y caminó hacia el señalado con evidente fastidio; estaba listo para sacarlo a empujones de ahí. Sin embargo, de la nada Seokjin se tiró al piso haciendo una rabieta, con sus miembros aferrándose a la tierra. Nadie lograba hacer que se levantara, incluso después de que llamaron en ayuda a más sirvientes. El rostro de la ama Lee empezaba a oscurecerse poco a poco y, mientras más lo hacía, su esposo más sudaba. Le reprendió— ¡Tú... maldito lunático! ¡Si no vuelves ahora mismo, espera y verás el castigo que te llegará!

Si bien todos en la Villa Lee sabían que en la familia tenían a un joven amo que había perdido la razón, Seok ya se había escondido por años en esa pieza oscura, asustado de salir al mundo. Es por eso que después de ver que sus acciones eran como las de un monstruo, la gente empezó a cuchichear entre ella, ansiosos de presenciar un buen espectáculo. Seokjin habló con un tono inocente y formando un pequeño puchero en sus labios — La verdad, es que podría volver si así lo quieres— Se detuvo y con una sonrisa maliciosa apuntó a Yeon — pero dile que devuelva todas las cosas que tomó de mi primero.

Yeon no esperaba que ese lunático bueno para nada tuviera las agallas para causarle problemas aquí, en frente de todos, especialmente después de como lo había disciplinado ayer. Su rostro empalideció — ¡Eso es ridículo! ¿Cuándo he tomado yo tus cosas? ¿A-acaso tendría que tomar algo de ti?

Seokjin sonrió y con un poco de sarcasmo dijo — Cierto, cierto. No tomaste nada, ¡Lo robaste!

La ama Lee aún no decía ni una sola palabra, pero Yeon estaba notablemente furioso y, levantando un pie, estaba listo para patearlo. Sin embargo, uno de los chicos de túnica blanca que llevaba una espada consigo, movió levemente su dedo, provocando que el pie de Yeon se resbalara y este cayera al piso. A pesar de esto, Seokjin de todas formas rodó por el piso dramáticamente, como si realmente hubiera recibido la patada y en eso haló de su túnica, resultando en que esta se abriera por el frente, dejando ver así la marca de zapato que le había dejado ayer Yeon.

Ante este hecho, los demás pensaron que, claramente, Seok no podía haberse pateado así mismo. Si a eso se agregaba el hecho de que Yeon siempre había sido imprudente y arrogante, ¿Quién más que él pudo haberlo hecho? Sin importa qué, era evidente que la familia Lee estaba siendo un poco demasiado despiadada con su propio pariente. Era tan simple como comparar que, cuando él recién había regresado a la villa, su grado de locura no era tan alto; así que solamente pudo haber empeorado gracias al trato de la familia. No obstante, todo esto estaba bien para ellos mientras fuera un espectáculo bueno para presenciar. ¡Y resultaba que este era incluso más interesante que los cultivadores ahí presentes!

Antes de este hecho, la ama Lee lo había ignorado, puesto que no quería molestarse en discutir con una persona enferma, por eso había ordenado que se lo llevaran. Pero, ahora sabía que definitivamente Seok había venido preparado, que su cabeza estaba completamente lúcida y que deliberadamente los había deshonrado. Se sentía un tanto anonadada como llena de odio —Tú, armaste toda esta escena a propósito, ¿No es así?

Seokjin respondió inocentemente haciéndose el desentendido — Él robó mis pertenencias y estoy aquí para recuperarlas. ¿Eso también cuenta como hacer una escena?

Con tantos pares de ojos observándola atentamente, la ama Lee no podía ni golpearlo ni llevárselo lejos. La furia brotaba desde lo más profundo de su ser ya que solo podía salir de esta situación comprometiendo a ambos lados — ¿Tomar? ¿Robar? Decir eso es un poco irrespetuoso, si me lo preguntas. Todos somos parte de una gran familia y él solo quería echarles un vistazo a tus cosas. A-Yeon es tu hermano menor, ¿Qué tiene de malo que tome algunas de tus cosas? Como hermano mayor, no deberías ser tan reacio a prestar una o dos de tus cosas, ¿No? No es como que no las vaya a devolver.

Los jóvenes del clan Jeon los observaban sin palabras. Estos chicos se criaron en una secta de cultivación, por lo que solo habían sido expuestos al bien y a cosas espléndidas. Era muy probable que nunca se hayan enfrentado a farsas como esta o incluso haber escuchado una lógica de este tipo. Seokjin reía histéricamente en su mente y extendió su mano — Entonces, regrésenlas – dijo expirando tanta inocencia en eso rasgos tan finos y delicados que poseía.

Por supuesto, aquello era imposible para Yeon, ya que las cosas a las que se refería, o las había lanzado lejos o las había destruido. He, incluso si fuera capaz de regresarlas, su orgullo no se lo hubiera permitido. Su rostro se coloreó morado de rabia y gritó —¡Mamá! — Su semblante estaba furioso. —¿Realmente vas a permitir que me trate así?

La Ama Lee le miró con el ceño fruncido, en forma de indicarle que no empeorara la situación. Sin embargo, Seokjin formó un pequeño puchero y con un suave movimiento de sus largas pestañas habló de nuevo —No solo no debió tomar mis cosas, sino que no debió haberlo hecho en plena noche. Todos saben que me gustan los hombres. Incluso si no está avergonzado, al menos yo sé cómo no lucir sospechoso.

La ama Lee tomó aire por la sorpresa y gritó —¿Qué clase de cosas estás diciendo en frente de los aldeanos? ¡Sin vergüenza! ¡A-Yeon es tu primo!

En términos de contar historias alocadas, Seokjin era definitivamente el mejor. En el pasado, sin embargo, si quería hacer esto, debía siempre mantener en mente su estatus. Pero ahora, ya que todos lo tomaban por un lunático, podían hacer lo que quisiera y de la manera que quisiera. Enderezó su cuello y argumentó desafiante —Aun cuando él sabía que soy su primo, escogió no evitarme. Entonces, ¿Quién de los dos es en verdad más sinvergüenza? ¡No me importa tu reputación, pero no arruines mi inocencia! ¡Aún deseo encontrar un buen hombre! – terminó diciendo con semblante triste.

Yeon dejó salir un fuerte grito y arrojó una silla hacia él. Tan pronto como Seokjin se percató de que su ira se había salido de control, se giró y levantó, por lo que la silla solo terminó estrellándose contra el suelo y destrozándose.

Ahora que la pelea había comenzado, la masa de gente que se encontraba en el Hall del este regocijándose por la deshonra de la familia Lee, se había desvanecido. Seokjin se giró hacia el grupo de jóvenes del clan Jeon, los que boquiabiertos observaban la escena, se ocultó tras el joven que parecía ser el líder, siendo este mucho más alto que Seokjin, solo pudo asomar su cabeza tras del chico y señalando a Yeon les gritó con dramatismo —¿Vieron todos? ¿Lo hicieron? ¡El ladrón también está intentando darle una paliza a alguien! ¡Qué insensible!
Yeon se veía furioso y estaba a punto de abalanzarse sobre él, pero el líder de los jóvenes lo detuvo —Por favor, cálmese. Las palabras son más poderosas que las armas.

La ama Lee vio como el chico estaba deliberadamente protegiendo al lunático y sonrió cautelosamente —Este es el hijo de mi hermana menor. No es muy brillante; todos en la Villa Lee saben que es un lunático y a menudo habla sandeces que no deben ser tomadas en serio. Cultivador, por favor...

Antes de que pudiera terminar su frase, la cabeza de Seokjin se asomó desde detrás de la espalda del chico y frunció el ceño —¿Quién dice que mis palabras no deberían ser tomadas en serio? ¡Trata de volver a tomar alguna de mis cosas de nuevo! ¡Roba una de mis cosas y te cortaré una mano!

Originalmente, Yeon había sido detenido por su padre, pero, después de escuchar estas palabras, estaba a punto de perder la paciencia de nuevo. Seokjin tomó ese momento para dar unos pasos hacia un lado y retirarse rápidamente. Luego, el joven líder bloqueó la entrada por la cual se fue y cambió el tema de la conversación —Entonces, mañana tomaremos prestado el patio oeste durante la noche. Por favor, recuerden las cosas que les he dicho ya. Después de que caiga la noche, cierren todas las ventanas y no salgan o, peor aún, no vengan hacia el patio.

La ama Lee temblando de ira, se esforzó por responder —Sí, sí, por favor...

Yeon lo encontraba incomprensible, ¿Cómo podían dejar escapar al lunático sin haberle dado castigo alguno? —¡Mamá! El lunático me insultó en frente de toda esa gente y, ¿Ya está? Tú me dijiste antes, me dijiste que era solo un...

La ama Lee le comandó con un tono severo — Silencio. ¿No puedes esperar a que hayamos regresado?

Yeon nunca se había encontrado en una posición tan desventajosa ni había sido deshonrado de esa manera; la reprimenda de su madre solo empeoraba la situación. Estaba lleno de odio y, pensó, que el final de ese lunático iba a ser esta noche.

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Después de que Seokjin terminó de recorrer el lugar, salió por la puerta de la casa de la familia Lee e hizo acto de presencia por la Villa. Si bien sorprendió a un sinnúmero de personas con esto, él estaba disfrutando cada segundo, dándose cuenta de paso de todos los encantos que tiene ser considerado un lunático. Estaba incluso empezando a gustar del maquillaje que llevaba puesto, ese que lo hacía lucir como un fantasma ahorcado, casi lo hacía perder las ganas de limpiarse el rostro. Arregló su pelo y miró sus muñecas. Los cortes no parecían haber mejorado ni un poco, lo que significaba que una venganza tan ínfima no era aprobada por la técnica prohibida.

¿Realmente tenía que deshacerse de la familia Lee?

Para ser sincero, no sería una tarea muy difícil.

Sin prisa alguna, Seokjin volvió al patio oeste de la familia Lee. Ahí, los discípulos del clan Jeon estaban parados en la punta de los techos y paredes, discutiendo entre ellos luciendo solemnes.

Si bien la secta Jeon de Gusu contribuyó de gran manera en el asedio en su contra, para ese tiempo, esos chicos no debían haber nacido aún y, si lo habían hecho, no debían haber sido más que unos niños pequeños. Por ende, no debía dirigir su odio hacia ellos. Seokjin decidió permanecer en el lugar y observar lo que iban a hacer.

Después de pasado un rato, sentía que algo no estaba bien.

¿Por qué las banderas que ondeaban en la punta de los techos lucían tan familiares para él? Este tipo de banderas se llamaban "Bandera de atracción de fantasmas". Si esta era puesta en una persona viva, atraería a todo tipo de espíritus, fantasmas injuriados, cadáveres caminantes o seres malignos dentro de un área específica, por lo que no solo atacarían a esa persona, si no a los que tuvieran la mala suerte de estar cerca de ella. Y, como la persona que lleva esa bandera se convertía en algo así como un blanco viviente, a ese objeto también se le solía llamar "Bandera de blanco". Otros usos de las banderas consistían en ponerlas en una casa, pero para que funcionara, aquella debía tener humanos vivos que la habitaran. De esa manera, el rango de ataque se expandiría para incluir a todos aquellos que estuvieran dentro.

Debido a que siempre había energía siniestra rodeando el área en que la bandera era puesta, como si hubiera algún tipo de remolino de viento negro, otro nombre con el cual solían llamárseles era "Banderas de viento negro". Al disponer una formación de banderas y no dejar que nadie se acercara al patio oeste, los discípulos debían tener la intención de dejar que los cadáveres caminantes se dirigieran hacia allí para capturarlos en un solo intento.

Y acerca del por qué le parecían familiares... ¿Cómo es que no le podían dar esa impresión? Después de todo, ¡El creador de las banderas de atracción de fantasmas no era otro más que el Patriarca Moon!

Parecía ser que, si bien el mundo de la cultivación decía odiarlo, aun así, usaban las invenciones que él había creado.

Un discípulo que estaba en el techo lo vió ahí parado y le habló —Por favor, regresa. Este no es un lugar en el que una persona como tú deba estar.

Si bien lo estaban echando, era por amabilidad. El tono en que lo dijo también difería de aquel que fue utilizado por los sirvientes en la familia Lee. Pero Seokjin lo pilló con la guardia baja y saltó, tomando en el camino una de las banderas.

El discípulo sobresaltado, saltó a tierra y comenzó a perseguirlo. —¡No te muevas! ¡Eso no es algo que deberías tomar!

Seokjin decía a gritos mientras corría lejos, lucía tal cual como un lunático con su cabello desarreglado y sus miembros descontrolados —¡No la voy a devolver, no la voy a devolver! ¡Quiero esta cosa! ¡la Quiero!

El discípulo lo alcanzó en unas cuantas zancadas y lo agarró del brazo —Si no lo devuelves, ¡Te voy a golpear!

Seokjin se aferró a la bandera, no dispuesto a dejarla ir. En eso, el líder de los jóvenes que estaba encargándose de la disposición de la formación de banderas bajó del techo cuando llegó a sus oídos el ruido de la disputa —Kai, basta. No hagas un escándalo y solo toma la bandera.

Kai un poco ofendido se defendió —Pero Soobin, ¡No lo golpeé! ¡Míralo! ¡Estropeó la formación de banderas!

Durante el tira y afloja con la bandera, Seokjin aprovechó para comprobar la Bandera de atracción de fantasmas que tenía en sus manos. Las decoraciones dibujadas estaban correctas y los conjuros completos. No había errores, así que no había nada malo con utilizarlas. Sin embargo, era evidente que la a persona que los dibujó, le faltaba experiencia, por lo que solo iban a ser capaces de atraer seres malignos y cadáveres caminantes dentro del rango de cinco li. Pero no importaba, esa distancia debía ser suficiente, ya que no debería haber ni una criatura maliciosa en un lugar tan pequeño como la Villa Lee.

Soobin le sonrió, le hablo con un tono amable y paciente, como quien hablaba con un niño —Joven amo Seok, el cielo se está oscureciendo y estamos prontos a empezar la captura de los cadáveres caminantes. Será peligroso en la noche, por lo que sería lo más recomendable que volviera a su habitación.

Seokjin lo observó de pies a cabeza. Era bello y refinado, con una apariencia digna y una sonrisa leve de preciosos hoyuelos. Seokjin silenciosamente le daba el visto bueno. La formación de banderas estaba fijada de una manera organizada, y sus manierismos también eran respetuosos, características que lo convertían en un discípulo con un alucinante potencial. No tenía idea de cómo era posible que, en un clan tan conservador como el Jeon, alguien pudiera haber criado a un joven como ese.

Soobin sin quitar su sonrisa volvió a hablar —Esta bandera...

Antes de que terminara, Seokjin lanzó la bandera de atracción de fantasmas en el suelo y bufó de forma caprichosa e infantil —Es solo una bandera ¿Qué es lo tan importante? ¡Puedo dibujar mejor que eso! – Huyó lejos en el momento en que se deshizo de la bandera. Los chicos que estaban aún en el techo observando el bullicio casi se cayeron a causa de la risa que les produjo escuchar aquellas ridículas palabras. Kai también se rió entre dientes, pero a diferencia de los demás, era debido a la rabia que tenía y recogió la Bandera de atracción de Fantasmas — ¡Qué maniaco! – dijo con un aire despectivo.

Seokjin continuó vagando por el lugar, haciendo nada hasta que finalmente volvió al pequeño patio que le pertenecía a Seok.

Ignoró el pestillo roto y el desorden en el suelo, eligiendo un lugar relativamente limpio y se sentó en posición de loto.
Sin embargo, antes de que la luz del día pudiera asomarse, fue sacado de su meditación por un ruido que provenía de las afueras.

Una serie de pasos caóticos se aproximaban velozmente seguidos de llantos y gritos. Seokjin logró captar algunas frases que se repetían:

—¡Métanse ahí y tráiganlo!
—¡Notifiquen a los oficiales!
—¿Qué quieres decir con "notificar a los oficiales"? ¡Golpéenlo hasta la muerte!

Abrió los ojos y vio como unos pocos sirvientes ya habían entrado.

Todo el patio estaba iluminado con fuego. Alguien exclamó desde algún lugar— ¡Traigan al demente asesino al Hall central y háganlo pagar por esto con su vida!








¡Hola!
Me emociona que hayan personitas leyendo esto, espero que les este gustando, les aseguró que los próximos capítulos serán más interesantes.

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora