Soobin no pudo evitar soltar el agarre de su mano. Pero, aun así, Seokjin salvó la lámpara de aceite de chocar contra el suelo. Con calma, rozó la lámpara contra el talismán de fuego ardiente que tenía en su otra mano, la encendió y la puso sobre la mesa —¿Hizo usted todas estas, gerente? Están bastante bien hechas.
El resto finalmente se dio cuenta de que la gente que estaba en la habitación no eran humanos reales, sino maniquíes de papel.
Las cabezas y cuerpos de los maniquíes estaban fabricadas con gran delicadeza y eran del mismo tamaño que una persona real. Habían hombres, mujeres e incluso niños. Todos los hombres eran Luchadores de Sombras, por lo que sus cuerpos fueron creados altos, macizos y con una expresión enojada. Por su parte, todas las mujeres fueron creadas con delicados rasgos y con sus cabellos peinados en un moño simple o doble. Aun cuando estaban cubiertas con holgadas ropas de papel, todavía era posible ver sus agraciadas posturas. Los diseños de las ropas llegaban a ser casi más delicados que los bordados de una túnica de verdad. Algunos estaban coloreados con vívidas tintas y otros estaban sin colorear, siendo dejados con un tono gris cenizo. En cada una de las mejillas de los maniquíes, habían dos manchas de rubor que pretendían pasar como la complexión sonrojada de una persona viva. Sin embargo, ninguna de las pupilas había sido añadida aún; sus ojos estaban completamente en blanco. Mientras más osado era el rubor, más sombrías lucían.
Había otra mesa en la habitación. Sobre ella, se hallaban unas pocas velas, cada una con distinto tamaño que las demás. Seokjin las encendió una por una y así la amarilla luz iluminó casi todos los rincones de la casa. Aparte de los maniquíes de papel, también habían dos guirnaldas de plantas en cada lado de la habitación. Por su parte, el papel de oro, el dinero de fantasmas y las pagodas se encontraban apiladas junto a la pared.
Beomgyu ya tenía su espada levemente desenvainada, pero al ver que era solo una tienda que vendía bienes funerarios, suspiró con discreto alivio y enfundó su espada nuevamente. En el mundo de los cultivadores, aun cuando un cultivador fallecía, nadie utilizaba los extraños y caóticos obsequios de despedida de la gente común. Debido a que los chicos nunca antes habían visto cosas como estas, después del susto inicial, la curiosidad brotó desde el interior de sus corazones. Con la piel llena de escalofríos, sentían que esto era más emocionante que ir de cacería nocturna en busca de bestias ordinarias.
Sin importar cuán densa era la bruma, esta no podía colarse dentro de las casas. Desde que habían entrado a la ciudad Yi, esta era la única ocasión en la que podían verse fácilmente los rostros los unos a los otros, lo que hizo que sus mentes se relajaran. Seokjin vio su relajo y le preguntó a la señora mayor —¿Sería posible que nos prestara la cocina?
La señora mayor miraba con el ceño fruncido a la lámpara, como si le disgustara la presencia de cualquier tipo de luz —La cocina está atrás, úsenla como les plazca— Después de sus palabras, se metió rápido en otra habitación como si tratara de huir de una plaga. Cerró la puerta tan fuerte que incluso algunos terminaron temblando.
Beomgyu exclamó —¡Definitivamente hay algo raro con la vieja! Tú...
Seokjin le interrumpió —Okey, shh. Necesito que alguien me ayude ¿Algún voluntario?
Soobin se apresuró —Yo puedo ir.
Kai todavía estaba parado tan tieso como una vara —¿Y yo qué hago entonces?
— Mantente parado. No te muevas si no te digo que lo hagas.
Soobin siguió a Seokjin hasta atrás, hacia la cocina. Tan pronto como entraron en esta, fueron embargados por un fétido olor. Soobin nunca antes había olido una esencia tan terrible. Si bien la cabeza le daba vueltas, logró detener el impulso de salir enseguida de ahí. Beomgyu le siguió también pero dio un salto hacia atrás inmediatamente después de haber entrado. Abanicó con su mano el aire tan rápido como podía —¡¿Qué diablos es esto?! ¡¿Qué están haciendo en vez de pensar en alguna cura?!
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Cultivación Demoníaca - KookJin
FanfictionComo el gran maestro que fundó la Secta Demoníaca, Kim Seokjin deambuló por el mundo siendo odiado por millones a causa del caos que creó. Al final fue traicionado por su shidi más querido y asesinado por poderosos clanes que se unieron para dominar...