Capítulo 29

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Yao bajó la mirada, hacia la hoja de Shuanghua, aquella que había penetrado su corazón y luego lentamente volvió a elevar la vista. Vió a Yeonjun, quien sostenía calmadamente su espada.

Yeonjun no estaba realmente consciente de lo que estaba sucediendo -¿Estás ahí?

Yao movió sus labios, no hacían ruido.

Hyun sonrió ampliamente -Lo estoy ¿Por qué estás aquí?

Yeonjun retiró a Shuanghua y la devolvió a su funda -Shuanghua se estaba comportando extraño. La seguí a donde me llevaba y vine a ver lo que ocurría -Se preguntó -No hemos visto ningún cadáver caminante en esta área hace bastante tiempo, menos aún uno que vagara en solitario ¿Vino hasta aquí desde alguna parte?

Lentamente, Yao cayó sobre sus rodillas en frente de Yeonjun.

Hyun le miró hacia abajo -Probablemente. Está haciendo sonidos horribles.

En una situación como esa, si Yao le pasaba su espada a Yeonjun, este hubiera sabido de inmediato quién era. Sería capaz de reconocer la espada de su amigo más cercano con solo un toque.

Sin embargo, Yao ya no podía hacer eso ¿Le pasaría su espada a Yeonjun, diciéndole así a quién había acabado de matar con sus propias manos?

Este era justamente el objetivo de Hyun, así que no tenía nada que temer. Se giró hacia Yeonjun -Vámonos. Es hora de hacer la cena, ya estoy hambriento.

- ¿Compraste los vegetales?

- Yup. Me encontré con esta cosa mientras venía de regreso. Qué mal día.

Yeonjun se fue primero. Hyun le dio unas palmadas a sus heridas en el hombro y el brazo. Tomó la canasta y, al tiempo que pasaba al lado de Yao, sonrió y miró hacia abajo -Nada de comida para ti.

Después de haber pasado mucho rato desde que Hyun se había ido y probablemente ya había vuelto al Hogar de ataúdes con Yeonjun, A-Su finalmente se paró del arbusto.

Sus piernas estaban entumecidas por agacharse por tanto tiempo. Sosteniendo su varilla, caminó cojeando y tambaleándose hasta Yao, cuyo cadáver arrodillado ya se había puesto rígido.

La muerte de Yao había estado lejos de ser una pacífica. A-Su saltó al ver su ojos completamente abiertos. Luego, al ver la sangre que corría desde su boca y bajaba por su mentón, manchando el frente de su camisa y haciendo una posa sobre el suelo, grandes lagrimas rodaron desde sus ojos.

Si bien estaba asustada, A-Su se acercó y cerró los ojos de Yao. Luego se arrodilló en frente de él y juntó sus palmas - Hermano, por favor no me culpes ni tampoco al otro Hermano. Si salía de mi escondite, iba a morir de todas formas, así que tuve que esconderme y no pude ayudarte. El otro Hermano también fue engañado por ese bastardo. No lo hizo a propósito. ¡Él no sabía que eras tú a quién estaba matando!

Siguió sollozando -Voy a regresar. Por favor, deja que tu fallecido espíritu me bendiga para que así pueda sacar a Hermano de aquí, bendícenos para que podamos escapar del control de este demonio. No puedo dejar que ese demonio Hyun muera en paz, ¡debo cortarlo en pedacitos para que así nunca pueda reencarnar!

Después de su discurso, se puso de rodillas y se inclinó tres veces. Se limpió el rostro fuertemente, se levantó, se dio valor así misma y caminó en dirección de la ciudad Yi.

El cielo ya se había oscurecido cuando regresó al Hogar de ataúdes. Hyun estaba pelando manzanas en la mesa. Cortaba a todas las rebanadas una forma de conejo, parecía estar de un ánimo fantástico. Cualquiera que lo viera pensaría que era un joven muy alegre. Nadie sería capaz de imaginar lo que había hecho. Al escucharle entrar, Yeonjun llegó con un plato con coles en su mano -A-Su, ¿A dónde fuiste hoy? Ya es muy tarde...

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora