Cultivación Demoníaca - KookJin

Capítulo 58

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La masacre ocurrida en la Ciudad Sin Noche fue una batalla legendariamente sangrienta, en la que el Patriarca Moon, Kim Seokjin, masacró por sí mismo a más de tres mil personas la noche de la conferencia de juramento.

Algunos también dijeron que fueron cinco mil. Pero no importa si fueron tres o cinco mil, algo era seguro, esa noche, las ruinas de la Ciudad Sin Noche se convirtieron en un infierno sangriento en las manos de Seokjin.

Y el asesino, incluso bajo los ataques de todos, logró volver ileso al monte Luanzang. Nadie supo exactamente cómo lo hizo.

Debido a esta batalla, el mundo de la cultivación fue herido de gravedad. Así que en esas circunstancias, después de casi tres meses resguardando energía y urdiendo planes, las Cuatro Grandes Sectas finalmente lograron llevar a cabo con éxito un asedio a la guarida de ese demonio en el monte Luanzang. De esa forma, devolvieron la palabra "masacre" a los remanentes de la Secta Kim y al enloquecido Patriarca Moon.

🍫🍫🍫🍫🍫 (Tiempo actual)

Seokjin miró a los cultivadores que estaban ante la Cueva Destruye Demonios. Sus expresiones eran las mismas que las de los cultivadores de la noche de la conferencia de juramento, que, vertiendo su vino en el suelo, se comprometían a esparcir las cenizas del resto de la Secta Kim y las suyas. Algunos eran los sobrevivientes de esa noche, otros eran los descendientes de esos cultivadores, pero eran aún más en número aquellas "personas justicieras" que tenían las mismas creencias que ellos.

Yi WeiChun, el cultivador de mediana edad que proclamó que él le había cortado las piernas y que tenía que usar prótesis de madera desde entonces, habló de nuevo —Las deudas de sangre que debes a tres mil personas no serán pagadas jamás, ¡ni siquiera si mueres un millón de veces!

Seokjin lo interrumpió —¿Tres mil personas? Efectivamente había tres mil cultivadores presentes esa noche en la Ciudad Sin Noche. Pero, también había líderes de sectas y muchos que son parte de sus élites. Con todos ellos presentes, ¿Cómo podría yo, realmente, haber matado a esas tres mil personas? ¿Acaso me tienes en alta estima, o los estás subestimando?

Él sólo estaba exponiendo un hecho simple con calma, pero el cultivador se sintió despreciado, furioso —¿De qué crees que estamos hablando aquí? ¿Acaso crees que pueden regatearse las deudas de sangre?

—No es que quiera regatear sobre algo así, pero no quiero que mis honorarios se dupliquen sólo por las palabras de otro. No cargaré con lo que no hice.

Alguien dijo —¿Con lo que no hiciste? ¿Hay algo que no hayas hecho?

—Por ejemplo, yo no fui el que cortó a SunHo-Jun. Yo no fui el que obligó a Madam Jung a quitarse la vida en la Torre Jinlin. Tampoco soy yo el que controla a todos esos cadáveres que se encontraron mientras subían la montaña.

Baek sonrió —Patriarca Moon, siempre había oído que eras arrogante, pero ahora mismo estás siendo demasiado humilde. Si no fuiste tú, realmente no puedo pensar en nadie en este mundo que pueda controlar tantos cadáveres feroces que además puedan luchar tan bien contra nosotros.

—¿De verdad no puedes pensar en nadie? Cualquiera puede hacerlo si tiene el Sello del Tigre.

—¿No es el Sello del Tigre una de tus armas?

—Ahora es el momento de preguntarse quienes son los que lo atesoran tanto. Es como con Taehyung. En ese tiempo, unas ciertas sectas le temían a morir al General Fantasma. Le dijeron a la gente que lo matarían, pero, a sus espaldas, lo escondieron por más de diez años. Qué extraño. ¿Quién fue el que dijo que sus cenizas habían sido esparcidas en aquel entonces?