Capítulo 9

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La residencia de la secta Jeon estaba ubicada en una remota montaña en las afueras de la ciudad Gusu.

Una niebla constante envolvía las blancas paredes y los negros techos de las construcciones, se extendía a lo largo del pintoresco jardín un pabellón ubicado a las orillas del agua como si fuera un océano de nubes del reino inmortal. Al amanecer, los primeros rayos del sol matutino brillaron a través de las brumosas olas de niebla que flotaban como si estuvieran a la deriva por todo el lugar, complementando así su nombre; "La profundidad de la Nubes".

En un lugar tan tranquilo, el corazón de una persona se asemejaba al agua calma. Solo los ecos del campanario podían escucharse vibrando a través del aire. Si bien era incomparable a un templo sagrado, el frío de las montañas de todas formas irradiaba un solitario aire Zen.

Sin embargo, el ambiente fue repentinamente roto por un prolongado quejido, que envió un escalofrío a lo largo de las espaldas de los discípulos que a esa hora entrenaban o que estaban realizando sus lecturas matutinas. No pudieron evitar el mirar hacia la dirección de la entrada principal, que era de donde provenía el ruido.

Seokjin estaba llorando en frente de la entrada, aferrándose a Manzanita. Kai habló algo irritado —¡Deja de llorar! ¡Dijiste que te gustaba Jungkook gege! ¿Así que por qué te quejas tanto ahora que te ha traído con él?

Seokjin puso una cara larga.

Nunca tuvo la oportunidad para volver a invocar a Taehyung después de aquella noche en la montaña Dafan. Tampoco había tenido oportunidades para descubrir el por qué Taehyung no tenía consciencia o el por qué había aparecido en este mundo de nuevo... No pudo hacer nada de esto antes de que fuera llevado por Jungkook.

Cuando era joven, había venido a estudiar a la secta Jeon por tres meses junto a los discípulos de otros clanes, así que ya había experimentado en persona la insípida y aburrida atmósfera de la secta Jeon. De hecho, aún sentía escalofríos cuando pensaba en las tres mil y tantas reglas de la secta que atiborraban el muro de Disciplina. Mientras era llevado por la montaña, pasó nuevamente por la pared de roca y vió que unas mil más fueron talladas. Ahora, eran más de cuatro mil. ¡Cuatro mil!

Kai ya estaba perdiendo la paciencia y habló —¡Ya, ya! Deja de hacer escándalo. El ruido está prohibido en La Profundidad de las Nubes.

¡Él estaba haciendo ruidos fuertes justamente porque no quería entrar a La Profundidad de las Nubes!

Si dejaba que lo arrastraran ahí dentro, sería extremadamente difícil el poder salir. En aquellos años, cuando vino acá a estudiar, a todos los discípulos se les entregó una ficha de jade para poder pasar. Solo con la ficha una persona era capaz de entrar y salir libremente, sin ella, no podían atravesar la barrera protectora de La profundidad de las Nubes. Después de diez años, la seguridad solo podía haberse vuelto más estricta en vez de más floja.

Jungkook estaba de pie en frente de la entrada, haciendo oídos sordos y mirando la escena con una mirada indiferente. Cuando la voz de Seokjin se calmó un poco, habló—Déjalo llorar. Cuando se canse, tráelo dentro.

Seokjin abrazó a Manzanita y lloró aún más fuerte, chocando su cabeza contra él.

¡Qué mala suerte! Pensó que con un azote de Zidian, todas sus dudas se habrían ido. En ese momento, se había sentido satisfecho consigo mismo y, con una boca llena de palabras burlescas, sin cortesía alguna le dijo algunos comentarios repulsivos a Jungkook. Pero, aun así, ¿Quién se hubiera imaginado que Jungkook no iba a seguir la misma rutina de antes? ¿Qué era todo esto? ¿Era posible que, después de tantos años, su nivel de cultivación haya aumentado, pero, a su vez, se haya vuelto más intolerante?

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora