Capítulo 35

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Tal como Seokjin había pensado, la parte final del cuerpo de Park SunHo, su cabeza, efectivamente era custodiada por Hoseok.

SunHo, aquel que casi parecía entrar en un invencible frenesí durante la Campaña para Derribar el Sol, ahora estaba bajo capas y capas de sellos en medio de una estrecha y lúgubre habitación, sin ser capaz de ver la luz del día.

Si Seokjin simplemente removía el sello en su cabeza, el cadáver de SunHo sería capaz de detectarlo y venir a buscarla por sí mismo. Mientras inspeccionaba las restricciones del casco y decidía cómo iba a lidiar con este asunto, de repente sintió una poderosa fuerza de atracción. Su liviano cuerpo de papel había sido empujado hacia delante y ahora estaba pegado a la frente de SunHo.

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Al otro lado de la Torre JinLin, Jungkook, sentado al lado de su cuerpo, seguía observando el rostro de Seokjin. Un tiempo después, sus dedos se contrajeron. Con la mirada baja, se tocó suavemente sus labios.

Fue un toque, en efecto, bastante suave. Tan suave como cuando el hombre de papel había chocado contra ellos.

De repente, las manos de Seokjin se sacudieron un poco y se hicieron puños. La expresión de Jungkook se endureció y llevó el cuerpo de Seokjin hacia sus brazos. Sosteniendo su rostro, vio que, si bien los ojos de Seokjin aún estaban cerrados, sus cejas se habían movido hasta estar casi juntas.

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Por su parte, dentro de la habitación secreta, Seokjin no tuvo tiempo para reaccionar. Aquellos difuntos que guardaban dentro de sí un extremo resentimiento, radiaban tales energías de odio que se proyectaban en los vivos, acto que hacía que se mitigara su furia y les permitía esparcir sus emociones. Esta era la causa de la mayoría de los casos de embrujo. De hecho, este también era el mecanismo detrás del funcionamiento de Empatía. Si Seokjin estuviera usando su cuerpo físico, que servía como una línea de defensa para su alma, la energía de resentimiento definitivamente no podría tocarle si él así no lo deseaba. Sin embargo, en este momento, él se encontraba poseyendo un delgado pedazo de papel, lo que perjudicaba significativamente su habilidad defensiva. Ahora mismo, él no solo se hallaba cercano a la cabeza de SunHo, sino que además, su energía de resentimiento era inusualmente fuerte. Seokjin había sido afectado en apenas un momento de distracción. Un segundo antes, había estado pensado “¡oh no!” y, al siguiente, ya podía sentir el olor de la sangre.

Hace años que no se cruzaba con un hedor tan denso. Algo enterrado en lo profundo de sus huesos de inmediato se despertó y empezó a cocinarse a fuego lento. Tan pronto como abrió sus ojos, vio ante él el brillo de una hoja, la sombra de sangre derramada y la cabeza de un hombre, elevándose por los cielos, acompañado de su deshecho cuerpo.

El hombre decapitado vestía una túnica con el diseño de llamas y el sol. Seokjin se vió “a sí mismo” desenvainar su sable, y con una voz profunda saliendo de su boca —Vayan a buscar la cabeza. Cuélguenla en donde esos perros Kim puedan verla.

Alguien respondió desde atrás —¡Sí!

Seokjin reconoció quién era ese hombre decapitado.

Era Kim Xu, el hijo mayor del líder de la secta Kim, Kim Han. Había sido asesinado por SunHo en Hejian. Su cabeza había sido cercenada de un solo golpe y ahora colgaba en frente de las tropas, como una demostración para los cultivadores de la secta Kim. Su cadáver había sido descuartizado por los furiosos cultivadores de la secta Park, después molido y enterrado bajo la tierra.

SunHo le echó un vistazo al cadáver que estaba en el suelo y lo pateó hacia un lado.

Con la mano en la empuñadura de su sable, miró calmadamente hacia sus alrededores.

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora