Capítulo 66

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La cuerda de cítara era extremadamente delgada, ya que estaba cubierta de una pintura especial que la convertía en algo casi invisible a los ojos de las personas. Eso, sumado a que tanto el corazón como la mente de Seokjin estaban totalmente revueltas, hicieron imposible que se diera cuenta cuando la cuerda se enroscó en esa región tan vital.

—¡Jungkook, no! ¡No retrocedas!

Pero, inmediatamente, Jungkook retrocedió cinco pasos sin dudarlo ni un segundo. Hoseok sonrió —Maravilloso. Ahora, por favor, enfunde a Bichen.

Con un clank, Jungkook volvió a obedecer. Seokjin estaba furioso —¡No empieces a exigirle tantas cosas!

—¿Es esto exigir demasiado? Porque ahora mismo le pediré a Jungkook-Jun que selle él mismo sus poderes espirituales. ¿Cómo debería llamarse eso entonces?

Seokjin se enfureció aún más —Tú...

Pero antes de que pudiera terminar su frase, sintió un agudo dolor en su cuello. La cuerda estaba cortando y hundiéndose en su piel. El rostro de Jungkook estaba fantasmalmente pálido. Hoseok dijo —¿Cómo podría hacer caso omiso a mis palabras? Después de todo, su vida está en mis manos.

Jungkook dijo una palabra a la vez, enfatizando —No lo toques.

—Entonces, Jungkook-Jun, ya sabes qué debes hacer.

Después de un momento de silencio, Jungkook respondió —Sí.

Namjoon dejó salir un suspiro. Levantando su mano, Jungkook se dio a sí mismo dos decisivos golpes y selló sus poderes espirituales.

Hoseok sonrió, su voz era suave —Esto realmente es...

Los ojos de Jungkook estaban fijados en Seokjin —Déjalo ir.

Sin embargo, Seokjin intercedió, deteniéndole —¡Jungkook! H-hay algo que tengo que decirte.

Hoseok dijo —¿No puedes dejarlo para después?

—No. Es algo demasiado urgente.

—Entonces, puedes decirlo ahora mismo.

Se escuchó como un comentario sin mucha importancia de parte de Hoseok, como si estuviera pensando en voz alta. Sin embargo, Seokjin pareció darse cuenta de algo —Tienes razón —Así que, con toda la fuerza de sus pulmones, gritó —¡Jungkookie! ¡Jungkook! ¡Jungkook-Jun! ¡En la posada, y-yo realmente sí quería acostarme contigo!

Todos quedaron sin habla.

Las manos de Hoseok se aflojaron y la cuerda cayó. Tan pronto como sintió que el punzante dolor de su cuello se había ido, y sin ser capaz de esperar ni un momento más, Seokjin se abalanzó hacia Jungkook.

La increíble confesión golpeó a Jungkook como un rayo cayendo de lo alto, con tal fuerza que partió tanto los cielos como la tierra y lo dejó paralizado. Aún atónito, una inusual confusión trepó por el perpetuamente inexpresivo rostro de Jungkook. Esta no era la primera vez que Seokjin se lanzaba a sus brazos y lo abrazaba como si de eso dependiera su vida. Pero, esta vez, el cuerpo de Jungkook estaba tan rígido como si se hubiera convertido en una pesada estatua de madera. Se congeló a tal punto que no sabía qué hacer con sus manos ni dónde posarlas.

—Jungkook, ¡¿Escuchaste lo que dije?!

Los labios de Jungkook se movieron un poco. Un momento después, contestó —Tú...

Jungkook siempre había sido preciso y conciso con sus palabras, jamás pausaba. Pero, en estos momentos, se escuchaban extremadamente vacilantes. Después de otro momento, continuó —Tú dijiste...

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora