Capítulo 42

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Al volver a despertarse, cuando Seokjin abrió sus ojos, lo que vio no fue ni el oscuro techo de la cueva en las profundidades ni el pálido aunque atractivo rostro de Jungkook, sino unas tablas de madera. Sobre ellas, había dibujada unas simpáticas cabezas besándose.

Estos eran los bosquejos que había dibujado en su cama del Embarcadero del Loto.

Seokjin estaba recostado en su cama. Liu leía un libro, su cabeza estaba inclinada hacia abajo. Al ver que había despertado, sus apacibles cejas de inmediato se elevaron, bajó su libro —¡Jinnie!

—¡Shijie!

Logró levantarse de la cama. Sus miembros habían dejado de quemar, pero se sentía débil. Su garganta también estaba un poco seca. Seokjin preguntó —¿Regresé? ¿Cuándo salí de la cueva? ¿Acaso shushu envió gente a que me rescatara? ¿Dónde está Jungkook? ¿Dónde está Yoongi?

La puerta de madera se abrió. Yoongi entró con un jarro de porcelana blanca colgando en sus manos. Su voz era dura —¿Por qué estás gritando? —Después de hablar, se giró hacia Liu —Jie, la sopa que herviste. La traje.

Liu tomó el jarro y vertió sus contenidos dentro de un cuenco. Seokjin habló —Yoongi, tú, bastardo, ¡Ven aquí!

—¿Por qué quieres que vaya? ¿Quieres arrodillarte y agradecerme?

—¡Llegaste ahí después de siete días completos! ¡¿Querías matarme?!

—¿Acaso te mataron? Si es así, entonces, ¿Quién es el que está hablándome ahora mismo?

—¡Estoy muy seguro de que solo toma cinco días desde la Montaña del Arroyo Crepuscular para llegar a Yunmeng!

—¿Eres estúpido? ¿Solo contaste el tiempo hasta acá y no el que toma volver hasta ahí? Sin contar el hecho de que después de volver tuve que dirigir a la gente y buscar en toda la montaña por el viejo árbol baniano, luego excavar el agujero que fue bloqueado por Chao y su gente y luego rescatarte en siete días ¡¿Dónde está tu gratitud?!

Al pensar sobre ello, Seokjin se dio cuenta de que en efecto había olvidado contar el tiempo que tomaba regresar. Se quedó sin palabras —Parece ser que sí fue ese el caso. Pero, ¿Por qué Jungkook no me lo recordó?

—A él le molesta incluso verte, ¿Y esperas que ponga atención a todo lo que digas?

—¡Tienes un punto!

Cuando Liu terminó con la sopa, se la pasó. Dentro de la sopa había raíces de loto y costillas cortadas en pedazos. Ambas eran de un tono rosado como la carne, habían sido hervidos hasta volverse suaves. Un rico aroma salió de la caliente sopa. Seokjin no había comido nada en los días que estuvo dentro de la cueva. No podía comer nada muy sólido tan pronto, así que esto era perfecto. Después de agradecer a su shijie, de inmediato empezó a comer, abrazando el cuenco hacia sí —¿Dónde está Jungkook? A él también lo salvaron, ¿Verdad? ¿Está aquí? ¿O volvió a Gusu?

—Qué tonterías. No es como que él sea de nuestra secta, así que, ¿Por qué vendría aquí? Por supuesto que volvió a Gusu.

—¿Regresó solo? En Gusu, su secta…

Antes de que pudiera terminar, Dao entró. Seokjin dejó a un lado el cuenco —¡Shushu!

—Que estés sentado está bien.

Liu le pasó un pañuelo a Seokjin para que se limpiara la boca —¿Está buena?

Seokjin no tomó el pañuelo. En vez de eso, hizo un exagerado puchero —¡Sí!

Yoongi le reprendió —¡¿Acaso no tienes manos?!

Con una sonrisa, Liu limpió la boca y mentón de Seokjin y luego se fue felizmente con el cuenco en las manos. Dao se sentó en el lugar donde ella había estado. Echándole un vistazo al jarro de porcelana, lucía como si él también quisiera probar, pero el cuenco ya había sido retirado por Liu.

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora