Capítulo 4

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Los chicos presentes eran jóvenes e inexpertos. Sin embargo, a pesar de que lucían algo nerviosos, siguieron las enseñanzas de su estricta crianza y se quedaron para proteger el hogar de la familia Lee. Mientras colgaban talismanes en las paredes, el sirviente llamado A-Siulk fue cargado hasta el Hall. Ahí, Soobin tomó su pulso con su mano izquierda mientras que, con la mano derecha, sostenía la espalda de la ama Lee. Estaba en un terrible aprieto, ya que no podía ayudarlos a ambos al mismo tiempo. No obstante, de un momento a otro A-Siulk empezó a levantarse a rastras desde el suelo.

A-Ling exclamó escandalosamente —¡A-Siulk! ¡Estás despierto!

Pero antes de que su rostro tuviera la oportunidad de iluminarse por la felicidad, A-Siulk levantó su mano izquierda y agarró su propio cuello.

Al observar esto, Soobin le dio unos fuertes toques a unos cuantos puntos de acupuntura dispersos en el brazo, tres veces cada uno. Seokjin sabía que, aun cuando aquellos muchachos parecieran gentiles, la gente proveniente del clan Jeon tenía una fuerza en los brazos que se contraponía a esa imagen que proyectaban. Con una fuerza como tal, sería difícil moverse para cualquier persona. Sin embargo, A-Siulk parecía como si no sintiera absolutamente nada y, su agarre, no hizo más que seguir apretándose mientras que su expresión se tornaba cada vez más retorcida y adolorida. Kai procedió a agarrar su mano izquierda, pero fue como intentar romper un trozo de hierro: no tuvo efecto alguno. Después de un momento, un crack provino desde el cuello de la víctima y la cabeza de A-Siulk cayó. Su cuello estaba roto.

¡Se había estrangulado a la vista de todos!

Presenciada la situación, la voz de A-Ling titubeó — ¡Un fantasma! ¡Aquí hay un fantasma invisible! ¡Hizo que A-Siulk se estrangulara así mismo!

Su tono era duro y su voz estridente, lo que produjo que la sangre de todos se helara. Era fácil creer sus palabras en esa situación. No obstante, ocurrió que Seokjin tenía una opinión diferente; no se trataba de un fantasma feroz.

Había examinado los talismanes que los chicos escogieron utilizar; todos eran defensivos contra espíritus y el hall este estaba ahora literalmente cubierto de ellos de pies a cabeza. Si realmente fuera un fantasma feroz, entonces, al ir al hall este, los talismanes deberían haber despedido llamas verdes. Sin embargo, todavía nada de eso ocurría.

No era culpa de los chicos el haber reaccionado tan tardíamente, y, además, era innegable que esta criatura era en verdad cruel. En el mundo de la cultivación había una estricta definición para la categoría que conformaban los "fantasmas feroces": Tenían que matar a al menos una persona al mes y continuar con este comportamiento por al menos tres meses. El criterio fue establecido por el mismísimo Kim Seokjin y por eso era probable que siguieran utilizándolo, ya que después de todo, él era el mejor que había cuando se trataba de este tipo de espíritus. A partir de su experiencia, matar a una persona en siete días sería suficiente para considerar al fantasma feroz como uno que mata frecuentemente; sin embargo, esta cosa ya había matado a tres personas en un lapso de tiempo muy breve. Con una situación de estas características, hubiera sido difícil para un cultivador capaz pensar inmediatamente en una solución, lo que significaba que para unos chicos que apenas estaban comenzando su carrera, lo sería mucho más.

Mientras meditaba, una de las velas empezó a moverse de un lado a otro. Un viento siniestro atravesó el patio y el hall este, produciendo que todas las linternas y velas se apagaran.

El momento en que las luces se extinguieron, surgieron gritos de todas direcciones. Todos los presentes empujaban y jalaban los unos a los otros queriendo escapar lo más rápido que se pudiera mientras se tropezaban y caían en el proceso. Kai gritó con voz fuerte —¡Quédense dónde están y no corran! ¡Atrapará a quien sea que corra!

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora