Capítulo 36

454 98 22
                                    

Seokjin por fin pudo estar seguro de cuál escena era la que estaba presenciando.

En ese tiempo, cuando SunHo recibió una información, comenzó un ataque sorpresa en Yangquan.

Los ataques de SunHo casi siempre habían sido exitosos. Sin embargo, debido ya sea a un error en la información o solo por pura suerte, nadie se esperó que este asalto los condujera directamente hasta el líder de la secta Kim, Kim Han.

A causa de un desacierto en el cálculo de sus fuerzas, la secta Kim abandonó su estado de pasividad. Capturó a todos los cultivadores participantes y los llevaron a la Ciudad Sin Noche.

Hoseok se medio arrodilló a un lado de SunHo —Nunca me imaginé que estarías en una situación tan horrible.

SunHo solo dijo una palabras —Piérdete.

La risa de Hoseok traía consigo un sentimiento de lástima —¿Todavía piensas que eres el rey de Hejian? Mira cuidadosamente, este es el Palacio del Sol.

Uno de los cultivadores a su lado espetó —¿Palacio del Sol? ¡Es solo la guarida de los perros Kim!

La expresión de Hoseok cambió y desenvainó su espada.

Una línea de sangre de inmediato brotó desde el cuello del cultivador. Murió sin hacer sonido. Aquellos pertenecientes a su secta, gimieron y gritaron al tiempo que se lanzaban sobre él. SunHo estaba furioso —¡Tú!

Otro cultivador rugió —¡Tú, perro Kim! Si te tienes tanta confianza, ¿Por qué no me matas también?

Hoseok ni siquiera movió sus cejas. Con otro movimiento, la sangre fluyó del cuello de ese cultivador. Hoseok sonrió —Claro.

Con su espada en mano, se erguía en medio de un charco de sangre con dos cadáveres de cultivadores de blancas túnicas a sus pies. Preguntó, aun sonriendo —¿Alguien más quiere decir algo?

SunHo respondió fríamente —Perro Kim.

Sabía que solo la muerte era lo que le esperaba en el futuro próximo ahora que estaba en las manos de Kim Han. Es por eso mismo que ya no le temía a nada. Si Seokjin estuviera en esa situación, él también habría maldecido abominablemente tanto como se le hubiese dado la gana antes de hacer cualquier otra cosa puesto que, de todas formas, iba a morir. A pesar de esto, Hoseok solo sonrió, sin enojarse en absoluto. Con un chasqueo de sus dedos, uno de los cultivadores de la secta Kim se acercó hacia él arrastrándose sobre sus rodillas. Con ambas manos sobre su cabeza, posicionó una larga caja ante las manos de Hoseok.

Hoseok abrió la caja y sacó de ella un cierto objeto —Líder de secta Park, ¿Por qué no le echa un vistazo a esto?

¡Era el sable de SunHo, Baxia!

SunHo estaba enfurecido —¡Piérdete!

Sin embargo, Hoseok ya había sacado a Baxia y la sostenía en su mano —Líder de secta Park, Baxia ha estado en mis manos en bastantes ocasiones en el pasado ¿No cree que ya es demasiado tarde como para enojarse ahora?

SunHo dijo una palabra a la vez —¡Quita tu mano!

Como si estuviera tratando de enfurecerlo a propósito, Hoseok sopesó el sable en su mano y comentó —Líder de secta Park, su sable, me atrevería a decir, puede pasar como un arma espiritual del más alto nivel. Dicho eso, a comparación del sable de su padre, anterior líder de la secta Park, sigue siendo algo inferior. ¿Por qué no intenta adivinar cuántas veces el líder de secta Kim tendrá que golpearlo para quebrarlo?

En medio segundo, toda la sangre del cuerpo de SunHo se fue directo a su cabeza. El cuero cabelludo de Seokjin estaba entumecido por la repentina ira. Comentó en silencio, Qué intenso.

Cultivación Demoníaca - KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora