Capítulo 25

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Creí que esta mañana vería otra portada diferente en El Profeta, pero Ron y yo seguíamos en ella, sonriendo uno al otro, adorable, una pareja enamorada, ellos estaban haciendo de nuestra historia mucho más feliz de lo que como en realidad había comenzado.

Recordé ayer a mi junto a Ron en los jardines, me había inspirado tanta reconfortabiliad que logre hablar sobre mi madre.

No quiero decir que en este momento no esté siendo feliz, se apreciar los buenos momentos cuando suceden, pero el origen de este matrimonio no lo era. Tenía que ser un poco realista pero tal vez mi inmadurez cubría toda esa agria capa de verdad.

El día de la boda regresa a mi mente, el que se suponía el día más feliz de mi vida había sido todo lo contrario, fue un día muy triste para mí, me sorprendía incluso la calma que exponía ante los demás.

No tuve intenciónes de arrepentirme aunque lo llegué a pensar, pensé ya estas aquí, hazlo por papá, por él, por su familia.

Pará ese entonces podría decir que estaba enamorada tal y como lo estoy, miraba al que sería mi esposo el resto de mi vida y me sentía la mujer más afortunada del mundo.

—Margaret. — la voz de Bill me había sacado de mi propio mundo.

Parpadee un par de veces aclarando mi vista.

—¿Qué tal Bill? —sonreí al verlo tomar asiento aún lado mío.

Nos encontrábamos en la Madriguera.
Finalmente pude presentarme con la esposa de Bill, Fleur. La campeona del torneo de los tres magos, con rasgos demasiado llamativos, un cabello largo rubio cayendo tras su espalda. Con pocos rastros de francés en su habla.

Bill le había hecho llegar una carta a Ron, pidiendo la presencia de ambos.

Anunciando su embarazo que con su estadía en Francia ya era más notable al regresar.

Pude sentir la tensión sobre mis hombros, al igual que el semblante de Ron, sabía que estaba pensando lo mismo que yo.

Cinco años de tiempo me había dado mi padre para formar la familia tradicional, uno ya había pasado, estaba viviendo el inicio antes del segundo, el tiempo nos perseguía y estaba claro que el tener un hijo tomaba tiempo, en esta situación habían dos en específico.

¿Qué sí me sentía atraída por Ron? Por supuesto.

—¿En qué piensas? — preguntó de nuevamente. — Te noto un poco tensa. ¿Estás bien? ¿Quieres que..

Intento ponerse de pie pero lo detuve.

—Estoy bien. —musite, mi mirada cayó en Ron que hablaba con Harry en una de las esquinas. —Gracias Bill..

El pareció asentir.

Pronto la esbelta figura de Fleur hizo aparición.

—Oh, Maggaret. — exclamó con las migajas de acento que le quedaban, sentándose a un lado mío, dejándome en medio de la pareja. —Bill me hablado demasiado sobre ti.

El rubor hizo aparición en mis mejillas.

—Totalmente encantadora, me devastó no haber podido asistir a la boda de mi cuñado. Jamás pensé que Ron conseguiría a una novia tan bonita.

Sentí arder aún más mis mejillas, ella era adorable.

—Las dejaré conversar. — salió Bill.

—¿Puedo? — llamo mi atención su entusiasmo. Antes que pudiera contestar ya había tomado mi mano izquierda analizando el zafiro que tenía en el dedo. —Es bellisimo..

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora