Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN

Capítulo 18

Un día más y otro día en el que me encontraba sola en mi hogar, otro día en el que no hablaba con Ron.

Ron solo me dedicaba los buenos días y las buenas noches, ya que el resto del día se la pasaba en el Ministerio, yo sabía que el hablaba con ella eso lograba causar un gran vacío en mi desde que vi aquella foto caer entre sus cosas y verla cerca de su oficina.

Nadie tenía que confirmarmelo, simplemente lo sabía.. Creo que todos conocen ese sentimiento, que para mí aunque no quisiera admitirlo se había vuelto mi preocupación..obsesión, podría ser un término, el sentir removerse mi estómago al imaginarlo sonreír con ella, eso me calaba un poco.

¿Cómo una sangre su..

Pronto detuve mi pensamiento, sé qué la familia Weasley Y Ron.. Al parecer no les importa ese tema respecto a la sangre pura, defendien a los que son nacidos de muggles de los magos que revosaban de su sangre pura, sé que a Ron le molesta eso y me quedo claro cuando hable con él.

Pero yo crecí con esa regla desde que tenía uso de razón.

¿Pero la cambiaría por Ron? Podría hacerlo. Podría hacer lo que fuera por agradarle, me esforsaria en cambiar mis ideologías.. Solo sí a sí llegaría agradarle..

¿Lo intentaría? Lo más probable.

No pensaba dejarlo tan rápido a los brazos de ella, no le dejaría el camino libre, me esforsaria por ganarme a la persona con la que me case, siempre creí en que me casaría con la persona que amaría el resto de mi vida, y quería a mi esposo conmigo. Tal vez debía tomar el consejo de mi abuela.

Tenía que despertarme más temprano de lo normal para poder verlo en las mañanas antes de irse al Ministerio. Y al parecer Ron se empeñaba más en hacerlo cada vez más temprano.

Siempre lo podría encontrar urgando la cocina en busca de un bocadillo, y dejar sus plumas y pergamino en la cocina, al parecer fue algo que se le hizo costumbre.

Este día no fue la excepción aunque yo realmente quería que nuestra comunicación funcionara.

No le había mencionado nada sobre mis supuestas vacaciones de luna de miel pero tampoco ayudaba el que Ron no dejará que intercambiarámos más de dos palabras.

Por mí mente recorrió el pensamiento de visitar a George que al a hacerlo una sonrisa apareció en mi rostro, le escribí ya que estaba vez no llegaría sin avisar, aunque era lindo tomarlo por sorpresa.

Pronto aparecí en la tienda y George ya se encontraba junto a la puerta moviendo la cabeza en busca de un objetivo que al parecer era yo ya que pronto se le ilumino el rostro.

Me acerque a la puerta a lo que George fue tan amable de abrirla por mi.

—Hola. — hable primero sonriente colocandome frente a él.

Vaya que era alto.

—Hola.. —suspiró. — Pasa, rápido no querremos que toda la gente te acorrale. — me susurró George.

La tienda se encontraba completamente llena,siempre manteniendo su esencia, niños corriendo por todos lados y padres preocupados siguiendo a los más pequeños, no había día que no estuviera así.

George pronto me dirigió hacia las escolares y con la notable diferencia de estaturas me cubrió como si yo fuera escapado de Azkaban y estuvieran buscándome.

—Esta vez prepare algo para ti. —mencionó George con una pequeña sonrisa ladeada.

Pero antes de entrar, una chica con uniforme nos detuvo, era de suponer que trabaja para George.