Capítulo 34

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Desperté.

Una luz blanca destella frente a mí.

Palmeo mi uniforme en busca de algo roto y estoy completa, respirando.

Una figura alta se acercan a mí.

Estoy acostada en una camilla, mi vista se aclara y puedo reconocer mi alrededor perfectamente.

La enfermería.

Recargo mi palda contra el respaldo.

Andrew está a mi lado.

—Hasta que despiertas. — dice. — Vaya susto nos pegaste, tonta.

—¿Dónde está Ron?

—Estuvo aquí, no se despegó hasta que tuvo que ir a la cafetería de aquí.

Bueno, la cafateria era una tentación para cualquier alma que la pisara.

Hasta que veo llegar a nuestra medimaga. —Veo que ya despertaste. — me sonríe parándose al otro costado.

—¿Ya sabe por qué se desmayo? — le cuestionó Andrew.

—¿Yo me desmaye?

—Sí, tú. — me mira cejudo.

—Ya lo tenemos aquí. —alza un pergamino. —Te hicimos unas pruebas nada del otro mundo. — me explica muy calmada. —Felicidades. —amplia su sonrisa, mostrando todos sus dientes.

—Gracias. —responde Andrew, inflando su pecho orgulloso.

Eso me recuerda que ¡Ganamos! ¡Ganamos el partido!

—¡Oh! —exclama la doctora. —¿Usted es el padre?

Andrew se pone pálido.

—¿Qué? — cuestionamos unísono.

En ese instante la puerta se abre de nuevo, dejándome ver a Ron. Mis facciones se iluminan al verlo.

Se para aún lado de Andrew y él sigue siendo más alto que Ron.

Lleva unas donas en un plato.

—¿Estas bien? ¿Cómo te sientes? —rápido llega a mi. —¿Qué tiene? ¿Qué fue lo que pasó? — le cuestiona.

—¡Ogh! — exclama Andrew. —Saquen a ese bicho. —señala asqueado.

Estaba apuntó de decirle algo pero realmente había un bicho y lo veo sacar con su varita a un ¿escarabajo?

—Felicidades. — le extiende el pergamino a Ron. —Los dejaré solos.

Ron se sienta junto a mi en la camilla extrañado.

—Hoy no es mi cumpleaños. — une el entrecejo, abriendo el pergamino.

Se queja intentando encontrarle un ángulo. —No le entiendo a estas cosas. — me lo pasa.

Lo tomo entre mis manos con nerviosismo, mientras mis ojos pasan encima de las letras.

3-4 semanas.

Dejó caer el pergamino a mi regazo.

Ron me sigue viendo, atento.

—¿Estas bien? ¿Qué es lo que dice?

Veo ese verde de sus ojos.

—Y-Yo..

—T-Tú.. —juguetea.

—Ronald, estoy embarazada.

No hay sonrisa, no hay respuesta, no hay reacción, no hay nada.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora