Capítulo 32

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Desde la primera vez que había tenido esa situación tan embarazosa como vomitar enfrente de mis compañeros por causas que supuse fueron el haber almorzado tarde, las arcadas no se detuvieron.

Jale la palanca y vi como todo lo que había comido se iba para la alcantarilla. Los nervios me estaban consumiendo.

Tocaron la puerta, la voz de Lucy se escucho tras ella.

Mi oficina es amplia, con una pequeña sala de estar y su propio baño, una hermosa ventana donde dejaba ver los rayos del sol y decoraba por plantas que Lucy me obsequiaba.

—Mar. ¿Estas lista?

Enjuague mi boca con un líquido específico para eso. No quería un mal aliento.

Abrí la puerta y ahí estaba ella. — Lo estoy, solo estaba ocupada. —sonreí.

No quería preocuparla así que decidí en ese instante no contarle.

—De acuerdo.. ¿Vas a necesitar algo?

—No.. Bueno, en realidad si hay algo. — caminamos hacia la sala de juntas del edificio.

Antes de entrar me pare justo enfrente de la puerta.

—Podrías traerme un pastel de chocolate.. De esos que hay en la cafetería, ya ves que siempre me los ganan.

—¿Pastel de chocolate? —unió el entrecejo. Como un claro ¿es enserio?

Asentí con la cabeza entusiasmada. — Por favor. — le pedí con la voz más suave.

—Bien. — accedió dudosa. —Entra ya, no querrás llegar tarde.

De nuevo asentí, abrí la puerta llamando la atención, todos mis compañeros de equipo ya se encontraban ahí, con Andrew de cabecera.

Vi mi asiento vacío, en medio de dos de mis compañeros, me acerque tomando mi lugar, justo a tiempo y sin reclamos. Dirigí mi vista entre los presentes, dedicándoles una pequeña sonrisa como saludo.

Andrew soltó un suspiro pesado. —Bien.. —empezó. — Seré claro, rápido y sin rodeos..—hasta que fue interrumpido por los toques en la puerta, sus facciones se endurecieron. —¡Adelante! — indicó dejando ver la figura de Lucy, con el delicioso pastel de chocolate en un pequeño plato junto con el tenedor.

Andrew bufo en cuanto la vio. — Lo siento. — hable, alzando inocentemente mis hombros. — Es para mí. — dejo Lucy el plato frente a mí. —Gracias.. —le sonreí y ella me la devolvió.

—Compermiso. — la fría voz de Lucy habló, saliendo por la puerta.

—Cómo decía antes de ser interrumpido.. — severamente me miró mientras tomaba bocado placenteramente. — Esta semana es la última de entrenamientos. —festejaron. — Y saldremos a juego..

—¿Quieres? — le ofrecí susurrante a mi compañero de lado que me veía atentamente. Este eufórico aceptó, tomando mi tenedor a lo que amigablemente le pasé el plato.

—Demostraremos de que estamos hechos. — la imponente voz de Andrew continuaba hasta que paro su discurso de motivación. —¡Deja de comer Alex!

-

Aunque Andrew nos mando a llamar habíamos entrenado de todos modos, ya que él tenía que salir para arreglar los asuntos importantes pero volvió a la hora.

Al terminar todo aquello.

Ron y yo nos aparecímos en la Madriguera, como últimamente era fanática de unas galletas, lleve las que teníamos listas gracias a Tinny, no quería llegar con las manos vacías.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora