Capítulo 17

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Mansión Rowle.

—¿Cómo a estado la feliz pareja? — dijo sarcástico Thorfinn Rowle.

Se encontraba el junto a su primogénito y su madre, sentados plácidamente en aquella gran sala.

—Bien. — mustio la abuela Rowle con aquella característica copa entre sus dedos. — Aunque Hamilton no parece estar de acuerdo.

—A lo que nos has contado no creo que nada esté bien ¿a que venía todo esto? Casarla con un Weasley, que aparte.. — dijo Hamilton, hermano mayor de Margaret pero se vio interrumpido por su padre.

—¿Y qué son esas cosas? — cuestionó con esa profunda voz Thorfinn.

—¿Qué no la escuchaste? — señaló Hamilton a su abuela. —El Weasley está enamorado de una sangre sucia. La hubieras casado con el Malfoy.

—Al parecer aún no entiendes nada. — dijo Thorfinn. — ¿De qué nos serviría eso? Nuestro apellido e imagen quedaría manchado y mal visto, eso afectaría a nuestras futuras generaciones. — insistía y se aferraba fuertemente a sus suposiciones.
—Nadie quiere cerca a personas con familiares desquiciadamente conocidos. He sabido que Malfoy ahora presta su conocimiento al Ministerio y a dado los nombres de los magos partidarios a Voldemort, Malfoy siempre a sido un incompetente. — terminó por decir Thorfinn.

—Ahora de lo único que se preocupara Margaret. — dijo la abuela Rowle para levantar El Diario Profeta de la mesa que tenía frente a ella. —Es en saber cómo comportarse siempre, de cuidar lo que dice, de ser políticamente correcta. — mencionó mientras agitaba levemente el periódico donde se podía ver a Margaret en la portada, donde aquella nota hablaba de su última vista a lado de Ron.

—A demás de eso, debe intentar tener un matrimonio, criar a sus hijos, que por si les recuerdo tomaron esa decisión para que él se quedara durante más tiempo con ella porque si se hubieran casado solamente ¡El ya la hubiera dejado! — dijo Hamilton, había aumentado su tono de voz al decir esto último, se encontraba molesto.

—¿Por qué te molesta tanto? —cuestionó su padre. —Tú estuviste de acuerdo. Tú mismo sellaste el juramento. Mi matrimonio con tu madre también fue arreglado, como el de tu abuela y todos los demás han sido..

—¡Pero yo tengo remordimiento!  Todo el tiempo. Al menos yo lo hago, porque muy en el fondo se que ella tampoco dejaría que murieras, es sólo una niña. Es decir la presión debe ser enorme y doloroso pensar que cada movimiento que Margaret haga será observado, comentado y criticado por la sociedad mágica..

—¿Y quién no eligiría eso? Tan solo comparalo con la otra opción, elegimos lo correcto. Nos está yendo mejor que a los Malfoy, eso es seguro . — interrumpió su abuela. — Su matrimonio no es el primero en ser uno arreglado ni será el último. Se adaptaran, como todos.

—¿Cuántas veces.. cometerá el mismo error esta familia? — cuestionó Hamilton. — Prohibir matrimonios.. Que deberían autorizar. Forzar otros que no deberían. Pagando las consecuencias cada vez.

—Ya se caso con Margaret. — mencionó su abuela aburrida.

—Pero sigue enamorado de la otra.

—Te voy a decir algo como hombre. — intervino la atención su padre. — Mientras más edad tenga Margaret, mientras más confianza tenga, mientras más bella.. se vuelva Margaret y así va hacer. Weasley se irá enamorando más de ella y todo va estar bien.

—¿Y mientras tanto jugará con ambas?

—¡Así es como funciona!— dijo la señora Rowle. — Así a funcionado siempre..

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora