Capítulo 64

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Diciembre 2003

De acuerdo, suelto un suspiró, todo comenzó, en abril, exactamente el día primero, de hecho comparto cumpleaños con George que es muy divertido.

Estaba cumpliendo mis 22, así que, me había despertado muy temprano esa mañana, con la esperanza de una felicitación por parte suya. Por la de mi marido.

Así que me habia elegido un vestido color amarillo, es primavera y pocas veces el sol juega a favor en Londres, aunque el Ministerio esté metros bajo tierra y evidentemente tan alejado de el.

Arreglé mi rostro, arregle mi cabello, arregle mi ropa, zapatos y el collar de perlas en mi cuello.

Así que, aquí estaba de nuevo, rodeada de ancianos con trajes aburridos, y normas con las cuales  no me agradan del todo.

Mientras algunos me llamaban 'La esposa rebelde del Auror' otros eran verdaderamente amables, y me veían por lo que soy realmente.

Recibí una gran cantidad de felicitaciones durante todo el transcurso del día. Lucy me hizo pasar un gran momento, Andrew y los demás chicos del equipo al que pertenecía, Alex, Philip, Chris, y así podría nombrar a los demás, convivieron conmigo y con mis hijos.

Pero ya era de noche, así que henos  aquí.

—¿Qué carajos traes puesto? — Ron me reclamó entre dientes.

—Agradece que no es negro. — replique.

—Jamás te hubiera traído si tú.. —

—¿Sabes qué? — lo mire severa. — Ya me quiero ir, voy por mi bolso.

Lo deje con la palabra en la boca.

Estaba tan concentrada en mi propia ira, en el ruido que hacían mis zapatos al chocar contra el piso, que golpe a un mago frente a mí.

Este se giro.

—¡Lo lamento tanto! — había derramado la copa de vino sobre su ropa.

—¡Hey!— esa sonrisa. —Pero si eres tú.. Otra vez, Margaret.

—¿Cormac? ¿Qué haces aquí?

—Bueno.. Mi padre trabaja en el Ministerio y.. No sé si lo sabías, pero te mentí, no quede en el equipo.

—¿En serio?

—Oh, no te preocupes, tenías asuntos más importantes como para fijarte en mí, por cierto, feliz cumpleaños.

—Gracias. — le sonreí. — Tu traje.. — señale apenada. — Por favor, dejame arreglarlo, tomaré mi bolso y sacaré mi varita.

Él me ofreció una sonrisa ladeada. — Te sigo.

Entonces me contó que cómo él había luchado en la segunda guerra mágica, le aceptaron el puesto como Auror, además, es cierto que el padre de Cormac era influyente en el Ministerio, eso ya lo sabía.

Después llegaron los elogios, las palabras bonitas, los pequeños detalles, me sentí culpable, porque lo esperaba de Ron, de mi esposo, no de un extraño. Pero la carne.. O de mi parte, los sentimientos, son débiles. Y ocurrió, acepte una cena, en su casa.

De ahí pase a Andrew.

Las veces que yo había tenido sexo con mi esposo, fueron realmente pocas, la primera la podría describir por compromiso y deber, la segunda al poco tiempo por placer, y la tercera nuevamente por deber.

Fue todo un milagro que hayamos podido concedir a Harry, con tan poco tiempo.

Los Caerphilly Catapuls, tenían un evento nuevamente, como todos, siempre era invitada.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora