Capítulo 60

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El agua caliente cae sobre mi cuerpo, la sensación me hace sentir absolutamente relajada como toda mi estadía durante este par de semanas en Sídney. Los niños están junto a Ron. El hotel muggle es bellísimo y nuestras habitaciones eran verdaderamente amplias con una vista hermosa.

Cierro la llave impidiendo mi contacto con el agua, escucho un ligero sonido pero supongo que son lo niños. Deslizó la puerta de vidrio antes de salir envuelvo mi cuerpo en una toalla.

Me detengo ahí mismo, mi ojos se agrandan al ver a Ron recargado en la puerta.

—¿Te vas a duchar?. — le preguntó.

—No. Ya lo hice.

Claro que ya lo sabía, sólo que fue lo primero que salió de mi.

Camino hacia donde se supone que está mi ropa, me pongo las bragas aun con la toalla puesta, le doy la espalda deshaciendome de la toalla hasta colocar mi sostén.

Me vuelvo estática en cuanto siento su respiración detrás de mí.

—Estoy considerando el hacerlos esperar. — su voz se escucha tan cerca de mi oído.

—Los niños están del otro lado.

—No hagas ruido.

Su mano se posa en mi espalda baja dejando caricias hasta subir y desbrochar mi sostén más no lo quita de todo, su mano toma mi nuca haciéndome girar.

Acerca su rostro al mío, pero yo soy quien lo beso, él acepta complacido, moviéndonos al ritmo, muerde mi labio haciéndome jadear aprovecha dando entrada a lengua. Me sube de un tirón de la cintura para rodearlo con mis piernas.

Puede sentir su creciente erección frotarse sobre la tela de mis bragas. Camina conmigo haciendo que mi espalda choque contra el vidrio frío, mis manos suben a su cabello que tomó con fuerza acercándolo a mí.

El sonido de la puerta principal llega a nuestros oídos, Ron continúa masagenado mis muslos y el choque del puño contra la puerta lo hace gruñir. Esta vez el llanto de Harry pude reconocer.

—Los niños. — me detengo. El pasa su boca a mi cuello. —Esta llorando.

—Déjalo, le hace bien, nació un mes antes.

Coloco mis manos sobre sus hombros. — La puerta, Ginny y Harry ya debieron llegar, no vamos a quedar mal con ellos. Harry preparó la tarde.

Esta vez le proporciono un empujón solo un poco leve, mis pies tocan de nuevo el piso.

El se queda anonadado, supongo que no espero, su respiración está pesada, su cabello despeinado y su entrepierna ligeramente afectada.

Abrocho mi sostén. — Ve abrirles. — El llanto de Billy aún resuena.

—¿Con esto? — rechina entre dientes señalando con un movimiento de cabeza.

Suspiro, me el vestido blanco corto que elegí para el resto del día, peinó mi cabello con las manos y en segundos estoy presentable.

Intento salir pero Ron me toma de la mano para dejar un beso en mis labios. Extrañaba tanto su toque sobre mi piel. Lo dejo finalmente, camino con velocidad al cuarto de los niños, Harry y Maison están sentados en el piso y el primero no deja de llorar.

Lo cargo en brazos, tranquilizandolo, los golpes sobre la puerta no han dejado de sonar y la abro finalmente, dejando ver a Ginny y Harry de lentes.

—Pasen.. — los invito a entrar para cerrar la puerta. Harry carga en sus brazos a mi Harry, lo pensé así porque me resultó verdaderamente divertido, al menos lo es así en mi mente.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora