Capítulo 36

1.4K 152 158
                                    


Mi tercer mes había comenzado.

Mi abdomen había cambiado ligeramente, era un poco más notable con la ropa que llevara puesta.

Cansancio, náuseas, antojos y mareos.

Lucy había estado tan al pendiente de mi como nunca, junto a Tinny fue tan paciente en lo que ahora me parecía repugnante comer.

Mis cambios constantes de estado de ánimo eran tediosos, me sentía tan mal como nunca antes lo había estado.

Las náuseas matutinas me estaban matando.

Me sorprendió no recibir ni siquiera una visita de mi abuela o alguna carta.. Porque era seguro que ella ya lo sabia. Y yo no me sentía con las fuerzas suficientes como para pisar la mansión de nuevo, mucho más que una mansión era una vista de recuerdos a mi soledad tan temprana.

—Ron, por favor no te vayas. — le pedí parada frente a la chimenea.

—Margaret.. —tomó mi rostro entre sus manos. —Ya lo habíamos hablado, tengo que ir a trabajar. — beso mi frente y se volvío alejar. — ¿Por qué no le pides a Lucy que venga hoy?

Lucy venía todos los días por la tarde a la misma hora, yo no se lo tenía que pedir.

—De acuerdo. — se me formó el nudo en la garganta.

—Me iré a trabajar, te veo al llegar.— el desapareció junto con las llamas.

Me senté en uno de los sillones, le pedí algo de comer a Tinny mientras me senté a esperar.

Esto no me estaba gustando. Me sentí de nuevo como cuando era esa niña de cinco años. Como si estuviera regresando a los primeros días junto a Ron.

No hablábamos en las noches porque yo estaba muy cansada para hacerlo.

Espere, espere, el tiempo pasaba lento lo sentía como una eternidad, que aunque pudiera buscar algo en que distraerme la desmotivación me golpeaba con más fuerza.

Hasta que la chimenea me dejó ver la figura de Lucy anunciando su llegada.

De inmediato me puse de pie.

—¡Llegue! — alegre sonó  acercándose a mi, miró mi rostro — Margaret ¿estas bien? ¿Ocurrió algo?

—Las hormonas, sólo eso. — me excuse.

—Hoy tenemos el chequeo.

Y ahí recuerdo porque quería que Ron no se fuera, era la tercera vez que no estaba en estas revisiones.

Cuando dije que Lucy se había encargado de todo era literalmente, ella tenía la energía para hacerlo y estaba más que encantada.

—¿Ya comiste? — me preguntó.

—Sí, algo..

—¿Y te gustó? — replicó a lo que asentí. —La doctora no tardará en llegar.

Los chequeos mensuales había decidido tomarlos en casa, el salir y ser observaba constantemente era algo que no podía controlar.

Ellos calculaban mejor que yo cada una de mis semanas, solo era una persona más, no tendría un embarazo diferente.

En cuanto llego, subimos a mi recámara para hacer los chequeos.

Me recosté en mi cama y deje hacer a la doctora su trabajo.

—Todo esta de maravilla. Siga con las indicaciones que le dí, no duden enviarme una carta en cuanto lo vean necesario.

—La acompañó a la chimenea. —habló Lucy.

Tan pronto como salió tan pronto como volvío, de nuevo sola.

Se sentó conmigo en la cama. — Si mi vida depende de ser tía, seré la mejor.

—¿Cómo a estado tu madre? —le pregunté incorporandome en la cama.

—Sigue enferma, en San Mungo.— aprieta la sonrisa. —Deberías de salir de aquí. ¿Adivina qué? Hoy los chicos tienen entrenamiento.

El gran alivio llegó a mi.

—¿Podemos ir a verlos? — pregunté suplicante.

—Eso no se pregunta. — de inmediato se puso de pie. —Ese suéter es adorable. — me señaló.

-

Estaba sentada en las gradas junto con Lucy hasta que a lo lejos vi a los camarógrafos subidos escobas.

No respetaban los límites.

De inmediato me tense, Lucy lo noto de enseguida.

—Vámonos. — no dude en aceptar.

—Quiero ir a la Madriguera.

—¿Con tu suegra?

Asentí. —Sí, quiero ir con ella.

Fleur llevaba un mes y medio adelantado al mío.

Ambas nos habíamos unido más después de la noticia de nuestros embarazos junto a la señora Weasley, si requería un consejo sabia a dónde acudir.

Llegamos por la Red Flu apareciendo en la sala. Pará mí suerte Ginny se encontraba en esta.

—Margaret.. Hola ¿Cómo están?

—Bien. — sonreí ante la pelirroja.

Esta con entusiasmo se acercó a mí. —¿Puedo? — pregunto señalando mi abdomen. Asentí y ella pronto coloco su mano sobre el, acariciandolo.

En cuanto se separó su mirada callo a mi lado. — Ginny ella es mi amiga.. Lucy. — la presenté.

—Encantada. —se sonrieron.

—¿Sabes donde está tu mamá? — le pregunté.

—Oh, sí. Enseguida le habló, siéntense. —nos invitó, desapareciendo por las escaleras.

Me acerqué al sofá.

—Margaret con cuidado. — me advirtió Lucy, a veces llegaba a ser muy protectora.

—Estoy bien. Aún puedo moverme. — me senté invitándola a ser lo mismo, que ella aceptó.

Pronto llegó la señora Weasley junto a Ginny.

—Oh, Margaret, cielo. Qué bueno que viniste, tenías un tiempo sin hacerlo, empezaba a preocuparme. ¿Cómo están tú y el bebé?

—Todo va de maravilla, estamos sanos y teniendo los problemas de siempre.

—¿Sigues con las náuseas fuertes? —se sentó dejándome en medio.

Asentí. —Son un verdadero dolor de cabeza.

—En cuando entres a tu segundo trimestre se pasarán.

—Eso quiere decir que en cuanto deje de entrar en estos pantalones ¿cierto?

Río un poco. —No pienses en eso, la ropa es lo de menos. Oh, a ti no te había visto.

—Lucy, trabajo para Margaret, es un gusto conocerla.

—Igual a mí. Estaba tejiendo, cuando estaba embarazada lo hacía demasiado seguido, para tener algo con que no aburrirme.

—Eso es algo que me encantaría aprender. ¿Tu quieres intentarlo? — le pregunté a Lucy.

—Oh, no. —se negó. —Nunca fui buena en eso, con rapidez me estresaba si un nudo no me salía como quería.

—Bien, iré por las cosas.

Empecé con algo básico, pero básico para la señora Weasley, mientras ella había formado una hermosa figura mientras yo solo pude tejer una figura cuadrada.

Después de todo había funcionado, y mi cabeza estaba en concentración, sin pensamientos aturdidores.

Al finalizar, me lleve conmigo unas cuantas para practicar en casa.






















——
N. A

Doble actualización, rápido ve. Yo? Escribiendo sin parar.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora