—Estas haciendo nevar sobre ti.Habíamos regresado, nisiquiera pudimos despedirnos de los demás ya que directamente nos dirigimos a la chimenea.
No podía controlar lo que sentía viendo aquellos gemelos en su traje. Ni siquiera dude en que se traba de un obsequio de ella en cuanto los vi.
—Margaret, basta.— replicó. Le correspondí la mirada, logrando que aquellos copos dejaran de caer.
—¿Por qué los usaste?
—¿De qué hablas? —cuestionó de regreso.
—De los gemelos en tu traje. —el estómago me ardía con tan solo mencionarlo.
—Ya te lo dije. Solo es un regalo de una amiga.— recalcó.
—Pero ella no solo fue tu amiga Ron. —la voz me salió como un hilo, sentía que los celos resplandecían en todo mi alrededor pero no quería que el me viera como una niña caprichosa.
Ambos estábamos sentados uno frente al otro con la mesa de por medio, mientras el no paraba de tomar bocado.
—Estas siendo paranoica.
Baje mi cabeza, me levante haciendo la silla retroceder con una bruscalidad torpe.
—Terminé de cenar. —musite cuando apenas había tocado el plato.
Pero su indiferencia siguió presente, un bien salió de sus labios concentrándose en El Profeta que sostenía.
—¡Margaret! ¡Margaret! — unos chillidos llenos de desesperación hicieron que despertará.
—¡Margaret! —De nuevo grito, aclare mi alrededor reconociendo la voz de Ron. —¡Rápido! ¡Ven!
Su voz se podía escuchar a través de la puerta ¿Qué es lo que le sucedía? Descalza y con el cabello despeinado toque su puerta antes de entrar.
—¡Entra! —respondió dentro.
Al abrir la puerta pude ver la cama, vacía. El vapor salía del baño.
—¿Dond.. —trate de hablar pero rápido tuve respuesta.
Ron salió del baño corriendo tan pálido que parecía que hubiera visto un fantasma, el terror se apoderada de sus facciones.
Paso por un lado mío, me ruberice al notar la toalla atada a sus caderas, el agua caía por su pecho y torso, teniendo jabón en el cabello y algunas partes más del cuerpo.
Que no note que te ruborisaste.
—¿Qué fue lo que pasó? —logré articular.
—Hay-hay. —titubio. —Un- ¡Una araña! ¡Ahí adentro!
¿Es enserio? Vaya que no era broma, ya era un Auror y el podría seguir temiendoles.
—¿Qué se supone qué yo haga?
—¡Sacala!
¿No se suponía que él era el valiente?
—¡¿Yo?! P-pero, yo también les tengo miedo.. —musite. —Puedes terminar tu baño en el mío, ¿Donde está tu varita?
Pronto se acercó a la mesa de noche, extendienola a mi dirección.
—Bien, intentaré sacarla sin que salgamos heridas las dos.
—¡Bien! —me animó. — Gracias. —planto un beso en mi mejilla antes de salir de la habitación.
Baje a la cocina encontrándome con Tinny que al verme con alegría saludo. No sólo se encontraba Tinny por mi fortuna ahí estaba Ron junto unos permagaminos, sentí un profundo alivió ya que como recordaba los primeros días el se iba en cuanto podía.
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Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN
Hayran KurguArthur Weasley fue manipulado en la segunda guerra mágica al aceptar hacer un juramento inquebrantable con el mortifago Thorfinn Rowle que buscaba asegurar su futuro. ¿Pero a qué precio? ¿Surgirá algo de esta unión a la fuerza? Un engaño, un juramen...