Capítulo 7

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En cuanto pise la Mansión me dirigí casi corriendo a la gran sala, mi cabello probablemente ya era un desastre, en cuanto llegué al salón, encontré a mi abuela frente a Ron, en otro sillón tomando una copa de vino.

—Al fin llegas. — atacó de inmediato. —¿Por qué demoraste tanto? — me examinó. —Bueno, eso no importa, siéntate ya. — apuntó, indicándome el lugar un lado de Ron. — Deja el estuche frente de ustedes. — señaló la mesa de por medio y eso hice.

Estaba deseando conocer el contenido de lo que estuve sujetando por un par de horas. Tomé asiento finalmente aún lado de él.

Mi abuela abrió con afinación el estuche, mostrándonos siempre su interior.

—Aquí tenemos unos cuantos de nuestros bombones familiares. — comentó en cuanto nos mostró el interior. — Mas el importante es justo este. — señaló el medio de todo.

Bellas y relucientes joyas posaban en su interior pero justo en medio se encontraba un aún más pequeño estuche color negro.

—¿Para qué es todo esto?..

—Te quejaste conmigo de no tener un anillo en tu dedo. — mi abuela miró a Ron. — Y no te culpo, pero para eso soy tu abuela.. solucionando todo lo que pidas.

Ron carraspeo a mi lado.

—Mi familia se encargará de los anillos de boda. — dijo Ron. — Los de la unión..

Mi abuela lo vi con una de sus cejas alzadas casi incrédula.

Pose mi vista sobre el pequeño escuche, pequeños detalles del mismo color lo detallaban con perfección, glamuroso.

—Esto ha pasado de generación en generación entre algunas mujeres de la familia. — habló mi abuela. — Me perteneció cuando me case con tu abuelo.. Al igual que le perteneció a tu madre, a lo que en un punto de tu vida también llegaría a pertenecerte y viendo las circunstancias.. este es el momento. — ligera nostalgia surgió de ella, cosa que rara vez se le notaba. —Adelanté Weasley, tómalo.

—¿Yo? — replicó Ron.

—Sí tú, ¿Pues quién más?

Este se inclino a tomar el estuche entre sus dedos. Me miró y al igual que el no sabía que decir o hacer. ¿Qué se suponía?

—¿Qué esperas?— bufo mi abuela. — ¡Ábrelo!

Ron pasó saliva por su garganta, con las manos algo torpe lo abrió revelando finalmente, mis ojos se agradaron de inmediato.

—Cielos. — musite con admiración.

Lo reconocí de inmediato, era cierto, era el de mi madre, en las pocas fotos que poseía de ella se podía notarlo, el precioso anillo con un zafiro de un azul intenso rodeado de finos diamantes.

Ron incluso amplio su mirada, casi intimidado, a clara diferencia del semblante de la persona que tenía a un lado. Era lo más reluciente, brillante y caro con lo que a estado cerca durante su vida.

—Aunque, me veo obligada a ofrecerte otros más..—

—¡No! — rechacé de inmediato. — Este es perfecto..

Mi abuela sonrió con asentir. —No podría estar más de acuerdo. ¡Vamos, Weasley! Colócalo en su dedo.

Volví a encontrarme con ese par de ojos verdes, una expresión seria decoraba su rostro.

—Creo que debería preguntartelo. — dijo por lo bajo, lo suficiente para nosotros. — Siempre vi que eso se hacía. —me dio una media sonrisa. — ¿Te casarías conmigo? — soltó con seguridad la pregunta.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora