Capítulo 61

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Margaret

La fantasía de ensueño que Sídney nos proporcionó terminó esa misma noche.

Nuestro regreso a Reino Unido fue pronta, sólo fue cuestión de aparecernos en cuanto dejamos las habitaciones a los muggles.

Desde los sucesos que ocurrieron note a un Ron mucho más serio, con la mirada profunda más no perdida, con el ceño fruncido en automático.

Y en cuanto llegamos a casa todo volvió a ser lo mismo. Le pedí que se quedará, incluso Harry no le vio problema ante ello.

De cierto modo, me sentí bastante enojada e humillada, porque él prefirió volver al Ministerio ante su recuperación, estaba empezando a creer que era ahora así como la llamaba a ella.

—La eligió a ella.. — solté un suspiro pesado y frustrado.

—¡¿Qué?! — escupió Lucy. —Pero tú tienes una gran reputación de ser una mujer que atiende a la gente.. dulce y sencible a lo problemas que la gente sufre. — mencionó con la mandíbula abierta y anonadada.

No pensé replicar más ante el tema.

—¿Qué vamos hacer al respecto con los medios? — preguntó Lucy.

—¿Sobre?

—Ya sabes. — bufa. — Sobre el rubio de rulos estúpido.

—Cormac.

—Sí, él.

Suspiré, ¿por qué los hombres no podían ser como los libros que leía? ¿Acaso tan mala suerte tenía? Recargue la espalda sobre la silla.

—Aveces es mejor no decir nada y dejar que te lleve la corriente.

—¿No vas a negarlo?

—Negarlo sería darle importancia, el público toma todos mis 'no' por 'sí'

—¿Cómo pudiste meterte con él? No juzgó, obviamente, pero debes estar con alguien en que confíes.

Pase mi mano sobre la cara. — Creí que podía confiar en él, creí.. Solo eso, ¡y me equivoque! — canturre sin humor. — Es solo que el parecía ser alguien bueno, obviamente me hirió, era realmente encantador.

—¿Sigues hablando con Andrew?

—En ocasiones..

De acuerdo, antes de juzgarme, sé que Ron me engaña con ella, y yo sólo quiero sentirme protegida, no es una justificación, pero soy humana, con problemas paternales, y realmente necesito cariño.

Tal vez es un poco hipócrita quejarme de que él está con ella, pero él siempre lo estuvo, yo solo busco un poco de protección del cual mi marido no me ofrece.

Y dirían ¿cómo fue qué pasó? ¿En qué momento? Pero por ahora mi mente no está para eso.

Estaba discutiendo con Lucy de unos cuantos planes que tenía pensado hacer para causas benéficas en el piso de sala, y los niños jugaban sobre la alfombra.

Tinny hace aparición.

—Lindo chaleco. — halaga Lucy.

—Oh, señorita Lucy. — exclama sonriente.

—¿Qué sucede Tinny? — le preguntó.

—A llegado esta carta para usted, ama Margaret.

—Oh, muchas gracias. — la recibo. Enseguida noto que lleva en el centro el sello de mi apellido de soltera.

Una gran y elegante 'R' la decora. Lucy pareció reconocerla.

—¿Es una carta de tu abuela? — unió las cejas.

Encadenados [Ronald Weasley] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora