Capitulo 20: Mi nuevo (que siempre estuvo) compañero de literatura

939 86 84
                                    


Por culpa de la constante necesidad de disciplina de mi madre, había pasado toda mi vida siendo una de las primeras en llegar a todo sitio. Solía decirme que las personas más exitosas ''nunca hacen esperar a nadie'', sino que ''son siempre las que abren las puertas del lugar'', porque entienden la falta de respeto que significa fallar en la palabra. Así que, para cualquier evento o actividad que tuviera, mamá me hacía irme aproximadamente una hora más temprano de la planeada, sin importar la cercanía del lugar. Todo para asegurar llegar a tiempo, ganándole a cualquier adversidad que podía surgir en el camino, como el típico tráfico del centro de Wisconsin.

Eso, con el tiempo, había quedado inculcado en mi rutina. Sin embargo, hoy fue distinto. La alarma no sonó, perdí el autobús, mi padre se llevó el auto y Sam (Quién asumía que probablemente también estaba llegando tarde, como siempre) no contestaba para llevarme ella. Así que tuve que caminar hasta la escuela, empezando solo cinco minutos antes de que el timbre sonara.

¿Quieren una buena imagen mental? Imaginen a Charlie corriendo por la calle, medio despeinada y con la camisa mal puesta, tratando de que no se le caiga la mochila, todo porque en menos de 3 minutos empezaba su primer turno.

Son estos momentos en los que me arrepiento de no saber andar en bicicleta.

Entré corriendo al edificio, pasando los pasillos vacíos. Agradecí que por lo menos recordaba que asignatura tenía en ese momento, si no, todo se hubiera hecho aún más largo. Luego de tomar mis cuadernos del locker, llegué a la puerta del salón de Miss Collins, rogando que estuviera de buen humor para dejarme pasar, aunque me haya perdido como un cuarto de la clase.

Miss Collins me vio a través del vidrio, y en su rostro apareció esa mueca decepcionada que todos los profesores hacen cuando no se cumplen las reglas, y que toda la vida me costó mucho no tomarme en serio. Dejo el marcador con el que había escrito características del género dramático, y se acercó a abrirme.

—Srta. Jackson ¿Me puede explicar a que se debe su tardía llegada? —Me puse roja al sentir los ojos de todos mis compañeros en mi nuca. ¿Cómo hacía Sam para pasar por esto todos los días?

—Perdón, profesora, tuve unos inconvenientes y básicamente vine corriendo. De verdad no queria llegar tarde. —Me apresuré en explicar, ya sintiendome temblar de arriba a abajo. —Prometo que no va a volver a pasar, por favor déjeme entrar

Miss Collins me miró por un segundo más, y suspiró. Parecía como si supiera que si me decía que no, iba a largarme a llorar.

—Es la primera vez que te pasa, y se que no volverá a ocurrir. —Dijo finalmente, haciéndose a un lado para dejarme entrar al salón. Le sonreí agradecida, y sintiendo un peso bajar de mis hombros. —Debes sentarte allí en el fondo, alguien tomó tu asiento de siempre.

—Muchas gracias, profesora. —Suspire, y caminé rápidamente hasta el asiento libre del fondo que me pertenecería ahora. Dejé mis cosas a un lado y me desparramé en la silla, apoyando mi cabeza en el pupitre y suspirando. Por lo menos ya había llegado.

—Parecía que te ibas a desmayar allí afuera. —Sentí un susurro conocido a mis espaldas. Levanté la cabeza y me giré, encontrándome con los ojos extremadamente azules de Hunter, que me miraban con algo de diversión. —No es tan grave llegar tarde, ¿Lo sabes?

—¿Hunter? ¿Qué haces aquí? —Le pregunté, y me cuestioné por un segundo si me había equivocado de horario y hoy no me tocaba Literatura.

—Wow, Lottie, me duele que nunca me hayas notado— Rio ¿Lottie? —Llevo en esta clase desde que empezó el año

Y después molesto a Peter con que es un distraído. Honestamente, jamás había notado al chico, ni siquiera me había imaginado que estaría en esta clase. Creí que estaba en todas las mismas clases que Sam (Como pasa en todos los libros), y como ella no está en Literatura avanzada, asumí que él tampoco. Sin embargo, definitivamente ahí estaba, sentado en el lugar detrás de mí, con su cabello negro desordenado, su camiseta de alguna banda underground y su típica chaqueta de cuero que ya dudaba si lavaba en algún momento.

Historias De Un Personaje SecundarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora