Para ser sincera, nunca me considere alguien inteligente. Acepto que tenía buenas notas en muchas clases, si, pero eso era por el esfuerzo inhumano que le ponía a mis estudios y a la presión que el sistema educativo infringía. ¿Pero entendía las cosas rápido, o tenía un pensamiento crítico que me dejaba resolver problemas en un pestañeo? Nah, para nada.
Y claramente pienses que eso es extraño porque: Charlie, si tanto esmero le pones a la escuela ¿No esa misma escuela debería ser la que te desarrolle el pensamiento crítico y la habilidad de comprensión lectora?
Y la respuesta de eso, querido lector, es no. Porque la escuela prefiere obligarme a hacer maquetas de la anatomía del cerebro en vez de mostrarme como buscar información fiable en internet.
—¿¡Donde mierda termina la hipófisis!?— Exclame al aire, estampando mi cabeza contra el libro de estudio —Puta biología.
—Conéctala con el hipotálamo.— Sentí la voz de Patrick, que estaba sentado en la mesada de mi cocina, comiendo papas fritas. —Casi al borde del lóbulo frontal.
No sabía como Patrick había terminado en mi casa, pero en una inesperada y aburrida sucesión de hechos, él era el único que estaba viendo mi crisis.
—Wow la exactitud de esa frase me ayuda muchísimo, gracias Robinson.— Murmure, estirando la plastilina que se me pegaba en los dedos. El rio.
—Es que no hay otra explicación, Jackson.
Bufe.
—Mierda, como odio esto.— Repetí por décima vez en la tarde —Y como odio biología, y a la señora Patty.
—Pfft esa señora debe ser solo amable con su perro.— Respondió. —A nadie le cae bien.
—Y por eso se decide a hacernos la vida imposible. Sobre todo a mí.— Mi relación con la profesora únicamente había sido terrible desde que me entere que había perdido el examen, ahora me tenía como la peor alumna y ni siquiera esforzaba en mostrar neutralidad cuando se trataba de sabotearme en mis participaciones de clase. —¿Y como rayos pego cada parte del cerebro? Maldita biología.
—No entiendo por qué la odias tanto.— Siguió Patrick, caminando hacia mí y tomando una de las pelotas de arcilla —No puede ser solamente por la profesora.
—Me resulta tediosa, no sé, jamás le encontré el gusto.— Pegue el torcido lóbulo temporal al cerebelo, pero al momento se cayó —Yo soy la que no entiende como soportas tener tantas horas de biología con esa bruja.
—Tengo un máster en la habilidad de ignorarla y la biología si me parece interesante, sobre todo toda la parte de las hormonas y el porqué hacemos las cosas.— Comento, tirando la arcilla hacia arriba —Y siempre me dijeron que si quería hacer psicología me convenía irme por el lado más biológico, y ese objetivo ya me nubla de cualquier cosa mala.
Ojalá yo pudiera pensar así, podía tener mil objetivos, pero la biología me seguiría pareciendo lo peor del mundo en cada uno de ellos.
—Te envidio por eso, no puedo evitar pensar constantemente lo poco útil que es para mí aprenderme las hormonas cuando lo que quiero es analizar textos.— Comente, Patrick asintió.
—Me pasa lo mismo ¡Pero con la maldita matemática!— Exclamo, lo que me hizo reír —¡Maldita matemática!
—Entonces Matemáticas es tu Biología ¿Eh?
—¿Entiendes lo difícil que es tener que hacer más de 15 ejercicios puestos específicamente por la profesora porque no has participado lo suficiente en clase?— Bufo, tomando su mochila que estaba en el piso —Pero ni me interesa, y me va mal, y me aburro. Ya voy 6 y estoy harto de las cuentas.
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Historias De Un Personaje Secundario
Novela JuvenilCharlie Jackson se consideraba un personaje secundario. Siempre siendo la chica que estaba ahí para todos, se conformó con observar las historias desde afuera con el simple rol de acompañante. Porque eso hacen los personajes secundarios: Apoyan a lo...