Epílogo

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----6 meses después----

—Y entonces le dije que no tenía sentido lo que me preguntaba, si yo estaba ahí era porque literalmente no sé qué siento. —Escuchaba la voz de Hunter desde el otro lado de la línea. —Todavía no sé por qué te hice caso en esto.

Cerré la puerta de entrada del edificio, balanceando mi mochila, mi vaso de café y mi celular con más torpeza que equilibrio.

—Yale le entrega a sus estudiantes la posibilidad de ir a terapia cubierta por el seguro de la universidad, ¿De verdad piensas que iba a hacerte desperdiciar esa oportunidad? —Le respondí. —Además, desde que yo empecé a ir, me ha ayudado mucho.

Después de mucho reflexionar, con esa conversación que había tenido con Patrick sobre como no dejaba que me ayudaran aún en la cabeza, había tomado la decisión de empezar a ir a terapia. Había encontrado unas consultas a poca distancia de la Universidad, donde cobraban relativamente poco por sesiones cada 15 días. Y en serio podía ver que me estaba ayudando muchísimo a ver las cosas desde otra perspectiva, a bajar a tierra los problemas que tanto invaden mi cerebro. Sentía que Hunter podría servirle algo así también.

—Sí, bueno, te creo solo por eso. —Dijo, y pude sentir un timbre sonando desde su línea. —Hey, ya termina mi recreo.

—Hablamos después entonces, ¿Al final mañana vienes?

—Ja, claro que sí Lottie, así que ve escondiendo las cosas del chico con el que me engañas.

Lancé una carcajada rodando los ojos, mi novio tenía una constante necesidad de hacer bromas estúpidas.

Y no, esta vez no me equivoqué al llamarlo mi novio.

Desde hace varios meses habíamos oficialmente entrado en esa categoría, 4 meses, 1 semana y 1 día, para ser exactos. Y aunque yo siempre me había imaginado el momento de la petición con música, velas, rosas y hasta fuegos artificiales, lo que lo hizo más hermoso, fue el hecho de que fue espontáneo, dulce y un gesto pequeño.

Estábamos en el supermercado, comprando algunas cosas que debía llevar para juntarnos con nuestros amigos. Esperando en la fila, me distraje con unas revistas que estaban al costado y no escuché cuando Hunter se puso a conversar con una niña pequeña que estaba con su mamá detrás de nosotros. Una de las tantas cosas que me sorprendían de él, que había descubierto desde que empezamos a salir, era su buena manera de tratar niños, la cual se mostraba en ese momento y que él excusaba con haber crecido con una hermana menor.

—Es muy bonita —Fue lo primero que llamó mi atención, distrayéndome por completo de las modelos que observaba. La niña sonreía de oreja a oreja, mirándome. Hunter rio.

—La más hermosa.— Sentí su mano envolver mi cintura, mientras que un sonrojo invadió mis mejillas.

—¿Hace mucho es tu novia? ¿La quieres mucho?

Y ahí pensé en corregirla, decirle que no éramos novios todavía. Pero como solía pasar, Hunter no dudó un segundo.

—No somos novios hace tanto, pero la quiero más que la distancia entre el sol y la luna. —Me acercó a él, y cuando me giré a mirarlo, me guiñó un ojo.

No corrigió las palabras de la infanta, solo me miró con esa sonrisa que me mataba de la ternura. Y ahí se definió todo.

Después de eso, caminando al auto, confirmé si sus palabras significaban algo, si había una chance de que ya éramos oficiales o si simplemente era mi cerebro sobrepensador que veía mucho en una conversación con una niña. Y desde ese 7 de julio, cada que alguien pregunta puedo decir sin dudar que tengo novio, al mejor de todos los novios y al que quiero tanto como la distancia del sol y la luna.

Historias De Un Personaje SecundarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora