Capítulo 31: Sale el sol, pero la tormenta recién empieza

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Se suele decir que después de la lluvia siempre sale el sol; y por mucho tiempo me tome esa frase como una metáfora sobre como luego de algo muy malo, siempre se va a abrir paso a algo mejor. Una bocanada de aire fresco luego del encierro; un rayo de luz luego de la oscuridad.

Pero, ¿Qué pasa cuando en realidad adoras la lluvia? ¿Y lo único que quieres es que regrese?

Siempre me consideré amante de las tormentas. Desde pequeña me sentía hipnotizada cada vez que observaba como el agua caía a través de la ventana, o como los árboles se movían con el viento, y el techo resonaba al ritmo de las gotas. Quizá era la bonita estética, la oportunidad acogedora que me daba para poder quedarme en mi casa, o la bella manera en la que el agua era capaz de colarse y limpiar hasta el lugar más aislado; pero siempre sentí a la lluvia como algo mágico, un espectáculo escondido en lo más cotidiano.

Y ahora, sentía que la lluvia había comenzado a representar algo más para mí, algo que brillaba como ojos azules profundos y sonrisas cómplices en la oscuridad de mi habitación. Unos labios dulces y caricias tímidas que todavía sentía grabadas en mi cuerpo, y que solamente aumentaban mi añoranza.

Porque apenas salió el sol de entre las nubes de tormenta, Hunter Brooks desapareció junto a la lluvia, y no había sabido nada más de él por los 7 días que le siguieron.

7 días desde que me levante y Hunter no estaba a mi lado. 7 días sin que Hunter apareciera.

No respondió mis mensajes, no fue a clase, ni siquiera lo vi por la ciudad.

Por 7 días.

Y eso era preocupante, por múltiples razones:

La primera: Hunter estaba desaparecido, ¿Y si le había ocurrido algo? ¿Y si algo o alguien lo había lastimado? No podía evitar pensar en sus padres, en sus posibles castigos y la violenta actitud que su padre había tenido el día que visite su casa. Mi mente ya se había inventado los peores escenarios posibles, y me tenían tan ansiosa que hasta había considerado ir a buscarlo, solo para comprobar que estaba bien. Sin embargo, eso tampoco me sonaba como el mejor escenario, y eso tiene que ver con la segunda razón por la que me preocupaba esta desaparición:

Mi última interacción con Hunter fue la noche donde nos besamos. Donde él me besó. Cerré los ojos luego de una última caricia, sin saber que al despertarme perdería por toda una semana ese contacto, esa sonrisa. Y he estado todo este tiempo carcomiéndome la cabeza pensando en todo lo que pude haber hecho mal esa noche. ¿Fui muy intensa? ¿Fue demasiado? ¿Acaso no le había gustado? ¿Beso tan mal? ¿Acaso él nunca había querido que eso pasara?

Pero, si no quería, ¿Por qué fue él el que lo hizo primero? ¿Por qué me besó una vez, y luego otra, y otra? Si él no quería que pasara algo entre nosotros, ¿Por qué no se alejó en el momento en el que nuestros ojos chocaron?

Y por último, la tercera razón de mi ansiedad, aunque la menos importante a mi parecer, se basa en que ya era el día de la entrega del trabajo de literatura (sí, ese que había iniciado todo). ¿Cuál era el problema? Los últimos detalles no estaban terminados, y con Hunter desaparecido, no había podido avanzar nada.

Si me hubiera tocado con cualquier otra persona, probablemente habría arreglado el trabajo yo sola... Bueno, lo hubiera hecho en general yo sola. Pero este trabajo, las escenas, los diálogos, eran demasiado nuestros para alterarlos. Ese trabajo era algo de Hunter y mío, algo que nos unía, no solo mío con Hunter de ayudante.

Éramos un equipo, lo habíamos establecido con aquella promesa en el parque. No podía tirar todo eso a la basura por una simple nota.

Di un profundo suspiro, revisando por última vez mi chat con ''Sr. Buen Gusto'', al cual todos los mensajes le habían llegado, pero ninguno había sido visto. Me armé de valor tragando en seco y decidí finalmente entrar al salón, donde Miss Collins ordenaba sus cosas para la clase que empezaría en pocos minutos.

Historias De Un Personaje SecundarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora