Hoy era uno de esos días que no podían salir mal, pero que en mi cerebro sin duda saldrían terriblemente mal.Y definitivamente eso no podía pasar, no cuando era el cumpleaños de Ashton.
Lo había saludado a medianoche para ser la primera. Le había comprado sus chocolates favoritos y 2 nuevas púas para su guitarra que ahora descansaban en una bolsa roja en el asiento de atrás de mi auto. Y pensaba dárselo apenas lo viera.
Todo sonaba perfecto, pero igualmente una mala sensación me perseguía, aunque intentaba ignorarla.
Le mandé un tercer mensaje a Sam, repitiendo que ya me encontraba fuera de su casa. Hoy había pasado a buscarla, ya que ella estaba teniendo unos problemas con su auto, y mis padres no necesitaban usar el nuestro por hoy. El problema aparecía en el hecho de que Sam solía levantarse 5 minutos antes de que empezara la clase, y yo solía ir a clase mínimo 15 minutos antes de que esta iniciara. Por lo que, mientras yo ya hasta había logrado maquillarme, Sam probablemente seguía durmiendo.
Tuve que esperar 10 minutos hasta que por fin mi amiga se subió junto a mí al auto, le faltaba un zapato y estaba despeinada, pero por lo menos no íbamos a llegar tan tarde.
—Buenos días. —Saludé, ocultando una risa. —¿Te enredaste el cabello con el ventilador?
—Ja, ja, ja. Qué graciosa Charlotte. —ironizó, fulminándome con la mirada, mientras que acomodaba sus rebeldes rulos rubios con una mano. —No me juzgues, no es mi culpa que tú te levantes 1 hora antes de que empiecen las clases.
—Como cualquier persona normal. —me alcé de hombros, encendiendo el motor y escuchando su bostezo. —Deberías preocuparte por intentar no reprobar el año por llegadas tarde.
—No tengo tantas. —Dijo, pero al ver la mueca en mi rostro, pareció cambiar de opinión —Bueno, quizá sí tengo varias.
Me reí, negando con la cabeza. Era increíble la dualidad de mi amiga, ¿Cómo podía ser considerada la mejor alumna de toda la escuela, siendo, al mismo tiempo, la persona más distraída que conozco?
—¿Y qué es esa caja?— Me preguntó cuando empecé a conducir.
—El regalo para Ashton. —Respondí distraída —¿Sus favoritos eran los Milky Way, no? Siempre olvido si eran esos o los M&Ms.
—¿Tú? ¿Dándole un regalo a Ashton? —rio. —¿Quién eres y qué hiciste con mi Charlie?
—¡Hey! No soy tan mala amiga. —Reproché. —Es su cumpleaños. Alguna idiotez tenía que darle.
Lo siguiente que ocurrió fue casi un espectáculo, su rostro cambió de manera drástica. Su seño frunciéndose, sus cejas acercándose, sus ojos abriéndose despacio con una mezcla entre confusión y completo terror. No era la expresión que me esperaba.
—¿Que?— Me pregunto
—El cumpleaños de Ashton. —Repetí, despacio. —Por eso el regalo.
—No. Hoy no es el cumpleaños de Ashton— Rio —No puede ser, me dijo la semana pasada que faltaba una semana. No es hoy.
—Sam, ya paso una semana. —Dije, frenando cuando vi un semáforo en rojo y girando a mirarla. Negaba con la cabeza, casi que podía ver los engranajes moverse en su cerebro. —Sé que Einstein es como tu ídolo, pero aunque él diga que el tiempo es relativo, es innegable que hoy es el cumpleaños de Ashton.
—No, no puede ser. —Siguió murmurando.
—Revisa en el calendario entonces. —Me alcé de hombros, honestamente harta de que me haga dudar de algo que sabía con tanta certeza. La vi sacar su celular, y luego de teclear unos segundos, vi el segundo espectáculo en su rostro. Su sorpresa fue tanta, que su movil cayó al piso del auto.
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Historias De Un Personaje Secundario
Teen FictionCharlie Jackson se consideraba un personaje secundario. Siempre siendo la chica que estaba ahí para todos, se conformó con observar las historias desde afuera con el simple rol de acompañante. Porque eso hacen los personajes secundarios: Apoyan a lo...