—¿Qué crees que le pase?— Me susurro Peter, mirando a la morocha, preocupado por la ventana que daba al mostrador.
—No lo sé.— Negué, el sonido de una taza apoyada fuertemente en la mesada me espanto —¿Qué hacemos?
El día había empezado normal en la cafetería Blue Moon, solo 3 clientes, ninguna comida chamuscada, todos los suministros entregados correctamente. Eso hasta que Leyla volvió de su clase de Leyes, luciendo extremadamente apagada y de mal humor, y sin querer dirigirnos la palabra, lo cual claramente nos preocupó a Peter y a mí.
Y ahora que la veíamos luchar furiosamente con una cafetera, nos preocupaba aún más.
—Pienso que deberíamos ayudarla, va a terminar rompiendo la cafetera si sigue así.— Un gruñido furioso vino desde la otra habitación —Ve tú.
—¿Qué? ¡No, yo no!— Negué —No sirvo para ayudar a la gente, solamente arruinaré más las cosas, ve tú.
Lo único que le faltaba a Leyla era que su mediocre amiga intentara ayudarla, fallando épicamente y solo arruinando más su mal día.
—Claro que sirves idiota, eres muy buena ayudando a la gente.— Se quejó el castaño.
—No, hablo en serio... Además tú la conoces desde antes, la entiendes más.— Insistí —Es mejor que vayas tú.
—Ya sé, mejor vamos los dos.— Y me tomó del brazo para llevarme hasta donde estaba Leyla.
—Ugh, maldita cosa vieja estúpida.— La escuchamos decir, acompañada de un golpe en la mesada. Leyla estaba parada frente a la cafetera, intentando meter la jarra en la máquina con el ceño fruncido. —Maldita cosa de mierda.
—Hey Leyls...— Salude yo, luego de una discreta batalla de miradas con Peter. Ella no volteo a mirarme —¿Cómo va?
—Oh, hola chicos, ¿Qué hay?— Seguía apagada, tal como cuando llego, pero ahora daba más miedo, porque también estaba molesta. Siguió peleando contra la máquina. —Si tan solo esto cooperara...
Peter se aclaró la garganta y se acercó más.
—Hey Leyls, ¿Necesitas ayuda con eso?— Preguntó —Pareces estar teniendo un problema...
— No, Peter, gracias— Lo corto —Es solo esta estúpida jarra que no sirve. Maldita sea, no soy tan estúpida para no poder encender una cafetera.
La mirada de desesperación que me dio mi amigo me dio la señal para intervenir.
Camine hacia ella, la cual aún hacía fuerza con la cafetera que pitaba y se movía de un lado a otro por las violentas maniobras de la chica.
—¿Leyls, estás segura que no quieres que te ayudemos?
—Estoy bien, Charlie, tranquila. Trabajo aquí hace 3 años, no necesito ayuda con esto. Solo necesito...cerrar...¡Agh, maldita sea!— Y sin que ninguno se lo esperara, la taza junto a la cafetera terminó siendo tirada al suelo, haciéndonos frenar en seco.
Sip, definitivamente esto era algo para preocuparme.
Porque nuestra querida Leyla, la chica calmada, tranquila y serena que trabajaba en Blue Moon, ahora solo estaba insultando mientras se agarraba la cabeza con fuerza.
—Genial, lo que me faltaba, ¡Maldita taza de mierda! ¡Maldita vida de mierda! ¡Todo es una mierda!— Se quejó, agachándose a levantar los pedazos de loza—¡Y ahora hay pedazos por todo el suelo, la señora Chang me matará! ¡Maldita sea, qué mierda!
Me agaché a su lado, y apoyé mi mano en su hombro, deteniéndola con miedo a que se lastimara.
—Leyls, está bien, es solamente una taza. Fue un accidente.— Algo definitivamente no estaba bien aquí, y que Leyla se haya corrido bruscamente también me lo había demostrado. —¿Pasó algo? ¿Necesitas hablar?
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Historias De Un Personaje Secundario
Teen FictionCharlie Jackson se consideraba un personaje secundario. Siempre siendo la chica que estaba ahí para todos, se conformó con observar las historias desde afuera con el simple rol de acompañante. Porque eso hacen los personajes secundarios: Apoyan a lo...