—Justo tenías que imprimir en las que salgo peor, ¿No, Charlotte? —Protestó Peter, cruzándose de brazos. —¡Mira mi cara en esta! Parece como si hubiera tomado veinticinco shots de vodka todos juntos.
—Estuviste cerca esa noche. —Rio Leyla —Esta es mi favorita, igual.
Giró una foto de nosotras dos solas en el centro comercial cuando la acompañé a comprar nuevos jeans y terminamos probándonos lentes de sol.
Siempre me gustó colgar fotos en mi cuarto, desde pequeña tengo toda una pared dedicada a exponer a la gente que quería. Mi mamá solía llamarla cariñosamente "La pared de los recuerdos" y solía ayudarme a actualizarla cada tanto tiempo, cuando debía ir a imprimir papeles para la escuela. Justo hoy me había pedido que fuera a recogerle algunas cosas, y entre ellas estaban mis nuevas fotos, con mis nuevos amigos.
—De verdad me matas de la ternura, Charlie. —Dijo Nico, que había venido de visita por el cumpleaños de su prima. —Solo tú te tomas el tiempo de imprimir fotos para colgar.
Me sonrojé
—No es nada, solo creo que son importantes— Los tres me miraron con ternura —Y me gusta tener algo de ustedes conmigo que no esté en el teléfono.
Peter se me acercó, rodeándome con los brazos y plantando un beso en mi cabello: —Tienes suerte de ser tan adorable; te perdono que eligieras las peores fotos.
—No mientas, sales bien en todas.
—¿Y esta? —Escuché preguntar al rubio, mientras tomaba una de las fotos del fondo del sobre, una que yo tampoco sabía que estaba. —¿Quién es este bombonazo?
Una sonrisa se coló en mis labios, cuando me mostró la imagen. El recuerdo de esa tarde donde Hunter y yo nos habíamos reunido por primera vez, cuando hicimos el primer trato para trabajar mejor, entró a mi mente como un flash. Nuestros rostros risueños me daban gracia hasta el día de hoy, sobre todo al pensar como básicamente le había tenido que rogar para que pusiera una mejor sonrisa para mandarle a mi madre.
—¿Qué hace esto aquí? —Me reí, sin poder evitar que saliera con un dejo de ternura. —Probablemente mamá se confundió y la mandó con las que le dije que imprimiera.
—Todavía no respondiste mi pregunta, amiga. —Insistió Nico. —¿Quién es él?
—Me suena. —Agregó Leyla, tomando la foto de mis manos y examinándola. —¿Es alguno de tus amigos de la escuela?
—Es Hunter, mi compañero para lo de literatura. —Expliqué. —El que les dije que iba a venir hoy
—¿¡Él es Hunter!? —Peter exclamó, robándole la foto a la morocha. —Dios mío, ¿Qué le dan de comer a los de tu escuela?
—¿Entonces con él te juntas todos los días, eh? —Leyla sonaba divertida.
—No todos los días, solo cuando tenemos clase de literatura y para hacer el trabajo. —Sonreí. —Nos tomaría menos si no nos distrajéramos con cualquier otra cosa, les juro que es peor que Peter. No paramos de hablar.
De verdad, para las veces que nos habíamos juntado, ya deberíamos haber terminado el trabajo. Pero como era tan sencillo discutir con él, había logrado que solo charlar se volviera más divertido que terminar un trabajo de mi materia favorita.
—Ok, ok, espera. —Nico interrumpió mis pensamientos. —¿Desde cuándo nos gusta este chico?
—Sí, la verdad. Nos debiste de haber avisado. —Agregó Leyla, levantando una ceja.
—¿Qué? ¿De qué hablan? —Reí, mirándolos confundida.
—Oh, vamos, Charlie, ¿Qué acaso no te ves?
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Historias De Un Personaje Secundario
Teen FictionCharlie Jackson se consideraba un personaje secundario. Siempre siendo la chica que estaba ahí para todos, se conformó con observar las historias desde afuera con el simple rol de acompañante. Porque eso hacen los personajes secundarios: Apoyan a lo...